¿Somos libres? Yo me hice esa pregunta
hace pocas semanas atrás, pero luego reflexione: ¿cómo saber si somos libres si
no conocemos verdadera y profundamente lo que es la libertad?
Búsqueda en Google: "Cóndor de los Andes" |
Investigando sobre el tema pude darme
cuenta que el concepto de “libertad” ha tratado de ser definido a través de
toda la historia de la humanidad, y aunque muchos pensadores estuvieron de
acuerdo en algunas cosas, siempre había discrepancia en alguna otra. Quien lo
piensa rápidamente podría decir que la libertad es “hacer lo que nos plazca sin
que otros nos lo impidan”, pero una definición tan vaga no es propia de quien
cree en la justicia, porque los seres humanos no deberíamos ser tan egoístas,
por eso aunque una persona quiera que otra muera, no tiene la libertad de
asesinarla, eso no sería justo, por lo que hasta la definición más sencilla de
libertad dice que “es la facultad natural que tiene el ser humano de hacer lo
que le dicten sus propias decisiones siempre y cuando se haga responsable de
sus actos, dichas decisiones no deben lastimar a los otros, ni estar en contra
de los principios de convivencia de la sociedad” si no, ese ser humano caería
en libertinaje, que no es más que libertad vulgar, o dicho de una mejor manera
una actitud irrespetuosa de la ley, la ética y la moral de quien abusa de su
propia libertad menoscabando la de los demás. ¿Entonces, si no tenemos la
libertad de asesinar a quien queramos significa que no somos libres?
Por esta complejidad que adopta el
concepto un autor llamado Escriche declaro: “la libertad –en su sentido natural y verdadero– es la facultad que tiene el hombre de obrar
o de no obrar en todo, como crea convenirle, por eso toda la ley le es
contraria, porque toda la ley le ataca y disminuye”, pero Escriche no llamaba a
la destrucción del esbozo de sociedad justa en la que vivimos porque también
dijo que: “la ley que nos quita una parte de nuestra libertad, nos asegura la
porción que nos queda, confiriéndonos los derechos de seguridad personal, de
protección para el honor y de prosperidad; de modo que el sacrificio que
hacemos para adquirir tan preciosos bienes es mucho más pequeño que la
adquisición” Es decir, la ley nos da la seguridad de coexistir en una sociedad
justa y tranquila para vivir en libertad y tener la seguridad por ejemplo, de
quien quiera dañarnos este impedido al menos por el temor a las consecuencias
que caerán sobre él al aplicársele la ley.
Primera reflexión: “si quieres ser
libre no coartes la libertad de los otros o lo pagaras con tu propia libertad”
Pero no es solo eso, la libertad es mucho más. Desde el punto de vista
ético los autores exponen que los filósofos Socráticos decían que “es imposible que un
hombre ejerza un acto libre sin que en su misma índole de hombre adquiera una
profunda reconfiguración intrínseca … La vida humana está entretejida de
multitud de actos, pero no es indiferente actuar bien o mal, porque cada acto
tiene consecuencias externas, pero también –y sobre todo– consecuencias
internas … es dueño de sí, el que tiene virtudes y no es dueño de sí el que no
las tiene porque tiene vicios …. Las personas se hacen buenas o malas, esto a
través de sus actos, puesto que la moralidad de sus actos están determinados por
sus objetivos”
Segunda Reflexión:
quien hace daño a los otros adquiere un vicio y si hace bien adquiere una
virtud, por lo tanto, siguiendo con el ejemplo del asesino, se podría decir que
su vicio es el odio, y al hacer realidad la muerte de esa otra persona no está
ejerciendo un acto libre y sus razones pierden aun más fundamento. Los que son
esclavos de sus vicios no son libres y la ejecución de actos malos y de
injusticias, guiados siempre por los vicios, nos degeneran como personas,
destruyen nuestra espiritualidad y envenenan nuestra alma. Sin pretenderlo
entendí, que es posible que una persona sea
malvada, el ser humano tiene la libertad de elegir quien ser, una
persona buena o mala. Esto dicta responsabilidad a nuestras acciones y liberan
de la escusa de “no tuve opción, no es mi culpa, fui víctima de las
circunstancias”
Igualmente podría decirse,
que aunque una persona desee viajar y no lo hace por quedarse a cuidar a un
hermano enfermo, no está siendo esclavo de las circunstancias, pues en un acto
libre donde al ser guiado por la bondad, decidió quedarse, pero eso sí,
asumiendo la responsabilidad de que poco debe quejarse de no haber viajado.
Otro aspecto
interesante que relaciona el profesar una creencia u otra y su asociación con
la libertad, nos hace plantearnos la pregunta de ¿Quién tiene derecho de usar
su libertad de expresión para “odiar”,
“vejar” o “mancillar” a otros? Muchas veces, los que son de una religión
critican, atacan y denigran a otra, aunque procedan de la misma raíz de
creencias. Otras veces más con la escusa de “es un a país libre” caemos en la
grosería de decir lo que nos plazca a otros, sin asumir responsabilidad, ni pensar
en la consecuencia de nuestras palabras. Eso no es libertad, es libertinaje
porque viola los mismos valores mencionados anteriormente. Un ser humano libre,
respeta y expresa sus ideas con cordialidad, recordemos aquella reflexión que
nos dice: si sé que tengo la razón no necesito usar la violencia, insultar,
burlarme o subir el tono de voz para demostrarlo. Esta fue mi tercera
reflexión.
Desde aquí podemos
preguntarnos: ¿Qué necesitamos para ser libres? afortunadamente los estudiosos
lo han respondido, Valores. Al respecto cito lo siguiente “la condición previa
de la libertad en un individuo es la captación y asimilación de los valores. En
la medida en que un individuo amplía su horizonte axiológico (ciencia que
estudia la filosofía de los valores) podrá ampliar paralelamente el campo de su
propia libertad. Y en la medida en que una persona permanezca ciega a ciertos
valores, se puede decir que posee una limitación en su libertad”
Cuarta Reflexión: Todos
los seres humanos desarrollamos valores, valores buenos o antivalores, son
los principios que guían nuestros actos y apoyan o desaprueban nuestras
decisiones. Desarrollar valores éticos y dignos nos harán virtuosos, los
virtuosos son libres y justos. Pero, debemos recordar que al mundo venimos como
animales salvajes, carecemos de conocimiento, solo poseemos instintos. De ahí
que sea necesario el aprendizaje, que no inicia en la escuela, si no desde que el bebe a los pocos meses de vida
se da cuenta de “tengo alguien que me cuida”. Aunque la educación comience en
casa y algún día vayamos a la escuela, siempre, siempre, siempre, es necesario
ir más allá para ser libres. Tenemos la libertad de elegir hasta donde
educarnos, así como muchos abandonan su educación, debería haber muchos más que
la continúen más allá de su profesión, ser seres responsables que se permitan
reflexionar y tratar de entender que lo que está mal en cada uno y lo que está
mal en el mundo necesita de personas que se sientan libres de educarse, libres
de crecer y libres de arreglarlo. Y siempre recordar que: “la libertad humana
tiene que ir acompañada de buenos valores y sentido de responsabilidad, porque
actos carentes de ello dejarían de ser libres y no pasarían de ser libertinaje”
Lamentablemente
muchas veces la educación que recibimos es opresora y enemiga de la libertad,
los autores dicen lo siguiente:
La sociedad y la comunidad deben dar
al niño que nace, las condiciones para que encuentre lo necesario para
realizarse como persona en vistas a una integral realización. La libertad es
una facultad natural de la humanidad. Contamos con ella desde nuestro
nacimiento. El problema es que se nos trata de enseñar lo que es libertad,
cuando nosotros ya la poseemos. Solo a través del aprendizaje propio del
individuo es como este llegara a su independencia ideológica, económica y bajo
ciertas circunstancias podrá evitar a los "enemigos de la libertad"
Dos mujeres corriendo por la playa. Pablo Picasso 1922 |
Autores consultados:
Miguel Tamanaja, Spencer Zapata, Janeth Rubio, Suray
Cortina, Jonathan Cock “La libertad”, www.monografias.com 17
de noviembre de 2003
Si desea comunicarse con ellos: Paulgilbert79@hotmail.com, correo de Zapata
Salinas Spencer.