jueves, 20 de junio de 2013

Un sueño tenebroso


Una vez tuve un extraño sueño, un asesino me perseguía, era todo un monstruo y su mayor ambición era verme muerta... 


             Trate de ocultarme pero fue en vano, cuando me encontró aparenté estar muerta pero no funciono. Aplicó sobre mí las peores torturas, clavo cuchillos y me asfixio con correas, sin embargo no morí, quizás porque eran tan solo un sueño. Me dejó entonces en el piso más alto de un edificio, su plan era matar otras personas y volver pronto a infringir en mi el doble de lo que me había hecho y así lograría culminar su tarea.
 
            Yo me cubrí mis heridas y coloque torniquetes en los lugares donde fluía abundante sangre. Sabía que iba a morir y aunque así fuera pensé que debía ayudar a la policía a incriminar al culpable para que no se saliera con la suya. Yo tenía miedo de subir al ascensor, sentía que si me descubría lo llenaría de más ira y se desquitaría peor conmigo.
 
            Finalmente escribí una nota y me subí al aparato, presione el primer piso, al abrirse las puertas lanzaría la nota y rápidamente volvería a mi lugar de muerte a esperar al asesino. Pero ocurrió algo, al abrirse las puertas del ascensor me di cuenta que el mundo seguía ahí desenvolviéndose como cualquier día normal, las personas parecían distantes al hecho que un asesino muy cerca de ellos estuviera matando personas de la manera más cruel. Entonces aunque sentía miedo bajé del ascensor y me adentre en aquel mundo donde mi realidad estaba ausente, conversé con las personas, les pregunte ¿de dónde vienen? “estábamos almorzando” me conto una secretaria, ¿y qué almorzaste? le pregunte, y ella comenzó a platicarme con entusiasmo. Yo pensé ¿Cómo la emociona tal banalidad? Y supe que eso era vivir.

            El asesino pasó a nuestro lado y se puso a gruñir furioso de que me hubiese movido de mi lugar de muerte. Partimos juntos de regreso y una vez allí continuo clavándome cuchillos y ahorcándome, pero yo no moría. Él frustrado gruñía aun más fuerte hasta que finalmente se detuvo dudoso por lo que pasaba. Entonces le dije: “durante mi vida me mate trabajando en lo que no me gustaba solo por la buena paga que obtenía, trabajar tanto me alejó de mi familia y amigos, estaba sola con un bolsillo lleno de dinero. No reía, no lloraba, no paseaba, no leía, no conversaba, ni veía películas, porque si no estaba trabajando dormía por estar muy agotada. En fin no estaba viva, por eso no has logrado asesinarme, no puedes llevarte lo que no tengo. En cambio ahora, al quitarme las vendas de los ojos, estoy naciendo de nuevo”.

Eso fue todo, entonces desperté y escribí esta historia…      

domingo, 31 de marzo de 2013

Hermanos

...Hace tiempo me di cuenta que un tipo de amor que jamás conocere es el amor de hermanos...

Me hubiese gustado tener un hermano o hermana, habría sido un complice  y compañero de juegos durante la niñez. Seria alguien que entendiera y sintiera el mismo amor que siento por mi madre, y juntos lloraríamos desconsolados su partida. En esta etapa de nuestra vida muy probablemente seriamos confidentes y conversaríamos sobre lo que no nos atrevemos a decir a nadie más. También sufriré la ausencia de los sobrinos y sobrinas fraternos, tal vez eso originara que en el futuro visite menos parques y obsequie menos juguetes de los que pude obsequiar.

Quizás a los que si poseen hermanos mi aspiración con respecto a ellos les parezca un poco exagerada y algunos lleguen a pensar  "no todo es color de rosa". Yo les respondo que la relación con los hermanos o hermanas marche bien o mal depende de la actitud que asumimos hacia ellos.

Cada persona debería servir a su hermano como muro de contención cuando este traiga el alma hecha un tsunami. Presta tu hombro para que llore y este dará el suyo, compréndelo y el o ella te comprenderán, regalale un tiempo agradable y este también te lo obsequiara, brindale tu confianza y también te la dará. Y si a pesar de tu buena fe tu hermano ó hermana se comporta como idiota, no te rindas, comportaté tú como el mejor hermano o hermana del mundo. Recuerda que comparten la misma sangre y que es una persona a la que tu madre ama ó amó profundamente. Si no somos fieles y amorosos con la sangre de nuestra sangre ¿qué quedaría para el resto?  

Tomado de web: ojana.wordpress.com
   

sábado, 23 de febrero de 2013

Poema número dos

Es mejor que tu vivas a lo lejos,
yo aquí queriéndote y odiándote,
quizás más odiándote que queriéndote.
 Yo también viviré a lo lejos,
y tu estarás allá,
queriéndome y olvidándome,
tal vez más olvidándome que queriéndome.
Así seremos entonces
dos personas que se quieren
pero no se ven,
dos personas que se odian
pero no se lastiman,
dos personas que se olvidan
pero se recuerdan.