miércoles, 9 de septiembre de 2020

Migración

Te miro y te comprendo. 

Esta es la tierra en la que naciste, creciste, lloraste y reíste.

Conoces su historia y te ha calado hondo el corazón.

Rodeado de amor, ingeriste manjares preparados por tus ancestros. 

Junto a tus hermanos de vida, animaste guerreros en canchas mundiales. 

Has padecido, pero sigues siendo parte y sintiendo tuyo los alrededores. 

Aquí, esta tu amor, tu historia y el más brillante futuro. 

Te miro y te comprendo porque yo tuve lo mismo. 

Y aunque pueda desconcertarte mi desdicha, no deseo que llegues a entenderme, pues eso significaría que lo has perdido todo, como yo.

domingo, 6 de septiembre de 2020

Reflexiones de domingo

Todo es universo. Los humanos lo somos, con nuestros átomos de carbono y nuestra dieta a base de otros átomos de carbono. Lo son los tejidos que vestimos y los aparatos que llevamos con tanto apego en nuestros bolsillos. Es universo la basura que generamos, que le hace daño a los animales marinos, que también son universo.

Que rara es la existencia de vida, si la vida no existiera tendrían mucho más sentido los planetas, las estrellas, los agujeros negros y las supernovas. Pero la vida existe, y ¿para qué? ¿acaso mi limitado entendimiento humano debe encontrar razón en todas las cosas para que valga la pena el espacio-tiempo que ocupan? ¿pueden existir cosas en el universo porque sí y sin razón? Si lo pienso un poco las estrellas, los agujeros negros y los planetas no tiene una razón para existir, tienen un origen y un final, pero no una razón. Parece que el universo no necesita razones para ser lo que es, para contener lo que lo conforma.

Si la vida no tiene razón de ser ¿por qué vivirla tradicionalmente? En esta eterna esclavitud en la que nos sacrificamos toda nuestra vida para comprar la libertad que no alcanzamos a disfrutar porque es demasiado tarde y nuestros cuerpos están deteriorados por la guerra de vivir y cansados de tanto batallar.

Vivir, es ir a la guerra todos los días. Hambre, frío, calor, dolor, sacrificio. Amor, esperanza, alegría, todas fugaces.

En el pasado tenía la necesidad de tener "éxito", que no es más que estar sobre un escenario siendo aplaudida por la multitud. No lograrlo te hace odiarte. He visto ese auto odio también en otras personas, es una pena. Porque si la vida no tiene sentido, mucho menos lo tiene sufrir por no alcanzar ese escenario ¿Qué te queda después de los aplausos? ¿Qué queda luego que el público dirige su atención a otro lado? Quedas tú, solitario, con una satisfacción que se va marchando con el tiempo. ¿Qué vas a hacer ahora? ¿Buscar otros escenarios? ¿Seguir exhibiendote? ¿Volverte un adicto al reconocimiento de parte de otros? Si no logras nuevamente atraer a la multidud, llega la insatisfacción y el auto odio por ser demasiado estúpido para conseguir aplausos.

En el mundo hay dos tipos de personas. Los que no piensan demasiado en estas cosas y hacen lo que la sociedad indica que deben hacer, viviendo su vida como las reglas dictan que hay que vivirla. Y los que nos atormentados de esta forma.

¿Qué podemos hacer los atormentados? Apartarnos de los objetivos impuestos, reconocer los deseos propios y satisfacerlos toda la vida. Porque si no importa existir, y no tenemos razón de ser ¡embriaguemonos de placer todos los días!

Y, no lo olvides, es sólo una propuesta.