-Mariana, abre... o ¡Mandare a tirar la puerta!-
"El pasado es un hecho que ya fue", dicen los historiadores.
"El pasado es un conjunto de sucesos que transcurren en un mismo punto del tiempo", cuentan los físicos.
"¡Al pasado pisado!" dijeron los poetas.
"¡Olvida el pasado!" exigen algunos.
Mientras los psicoanalistas recomiendan: "estudiar y analizar el pasado para identificar lo que quedo inconcluso, resolverlo y así llevar una vida tranquila, en paz" Fue por eso que decidí abrir la puerta.
Luego regresé al sofá y a mi cuenco con cereales.
Rocky entró vistiendo un elegante traje, luego cerró y se acerco al sofá. Al detenerse suspiró, esbozó su tan común sonrisa y se levantó en la punta de sus zapatos de cuero negro brillante.
Noté que había comenzado a quedarse sin cabello en la coronilla, lo que hacia que su frente se viera mucho más amplia. Tenia algunas gotas de sudor en el rostro, yo sabia que estaba nervioso, yo también lo estaba y aún no entraba en pánico porque simplemente no me creía lo que estaba viendo. "Quizás estoy alucinando como años atrás, quizás fue por volver a beber" pensé.
-Mariana he estado buscándote cerca de 8 meses ¡No sabes el alivio que tengo de encontrarte!- me dijo.
Yo seguí comiendo mi cereal y observándolo como quien espera que desaparezca pronto.
-¿Por qué te mudaste de donde te dejé?- yo guarde silencio, él mientras tanto esperó, pero cuando mi silencio se prolongo demasiado me dijo con sonrisa nerviosa.
-Ya discutiremos eso, ahora lo importante es ¡Lo hemos logrado Mariana! Carlos comenzó a sentirse Dios y se equivoco, los del gobierno que tenia a su lado le dieron la espalda, ¡Se destapó la olla! Y cuando intento huir... hubo un enfrentamiento entre sus hombres y la policía... digamos que pago un poco por sus actos-
-¿Murió?- pregunte.
-Si, así es. De esto hace unos diez meses- me dijo mientras limpiaba con el pañuelo el sudor de su frente. Luego continuo:
-He recuperado todo lo que te pertenece. ¡Es hora de que recibas tu herencia!- dijo seguidamente.
-No, gracias- le respondí. Inmediatamente tomó una expresión perpleja y luego divertida.
-¿Vas a decirme que te has acostumbrado a esta vida?- dijo mirando alrededor.
Mi apartamento no era muy elegante, pero era mio, fruto de mi trabajo, por lo que el comentario me hizo sentir ofendida. Sí, estaba un poco desordenado, pero ¡la culpa era de Eva, ella era un desastre total!
-No, me acostumbre a la idea de que no tengo nada- le dije mientras me levante y fui hacia la cocina para lavar mi cuenco (que ya había quedado vacío) y lavar los demás trastes.
-Mariana, se que ha pasado más tiempo del que tenia previsto, del que te prometí. Se que en cuatro años se construye una nueva vida, pero... ¿Que propones que haga? Debo cumplir con los deseos de tu padre- me dijo mientras me seguía hacia la cocina.
-Cinco años y diez meses- Murmuré.
-¿Que dices?- me voltee a ver a Rocky y le repito.
-No fueron cuatro años, ¡VAN CINCO AÑOS Y DIEZ MESES!- le grite con toda la fuerza que mis pulmones de fumadora me permitieron.
El me miró con los ojos casi salidos de sus órbitas. Luego me di vuelta y me ocupe de lavar los trastes. Mientras el abogado guardó silencio unos momentos, que se me hacían eternos... "como que no vuelva a hablar cojo el extintor de fuego y se lo pego en la cabeza" pensé.
-Lo siento Mariana... créeme, me he sentido culpable por lo que paso. He imaginado que hablo con tu padre y que me lo reclama...-
-Ahórrate el discurso preparado- le dije de manera cortante.
El guardo silencio un rato más, yo mientras tanto termine de lavar los trastes y recordé a Eva mi atormentadora ex novia, diciéndome "¡Que mal educada al no le ofrecer a las visitas un té!". Eso pasa con las personas gruñonas, cuando están ausentes tu mente se encarga de vigilarte y hostigarte por ellas.
-¿Quieres un té?- le pregunte a Rocky. Él me miró sorprendido y luego de un micro suspiro me dijo que sí. No recordaba que fuera tan dramático, o quizás si, como las veces que suponía que nos estaban espiando.
Nos sentamos en la mesa de la cocina a tomar nuestro té y comer galletas de avena. Pensé "Luego de esto iré por berenjenas asadas", es normal que tenga tanta hambre, pues llevaba como 36 horas solo ingiriendo vodka.
-Puedes volver aquí luego y regalar tu herencia si así lo deseas, pero te pido Mariana que regreses conmigo para hacer todo el papeleo necesario, debo entregarte todo, le prometí a tu padre que lo haría-
Yo me concentre a mirar por la ventana, estaba comenzando a anochecer y lloviznar, por lo que el cielo había tomado un color rojo oscuro.
-Además has de querer ver a tus amigas de nuevo- en ese momento sentí que me saltaron las tripas. Como se atrevía a mencionarlas...
Lo mire de frente y él me miró de vuelta, ya no se veía bonachón ni asustado, si no decidido y astuto. Sabia perfectamente lo que me producía ese comentario, era un golpe bajo y había decidido usarlo para ganar, estaba listo para ir por todo. Considere si darle con mi puño en su cara me haría sentir bien, pero probablemente dolería y podría fracturar mi mano, así que descarte la idea.
-Tengo pasajes para dentro de cuatro horas. Mañana al medio día podríamos estar en casa-
Me quede pensando si a los abogados los entrenaban con técnicas de persuasión en la universidad, es como si ya diera por hecho que estaba a punto de aceptar y que con ese último comentario ya me tendría en su bolsa.
-Volver a casa te resultara más gratificante que...-
-¿Puedes ya cerrar la boca?- Rocky hizo una mueca de exasperación y volvió a usar su pañuelo para limpiar el sudor de su rostro.
-¿Que te parece si pido una pizza mientras te duchas?- me dijo momentos después. Yo me levante y sin más me fui directo a bañar.
Me vestí con jeans, converse, franela, camisa de cuadros encima, luego mi chaqueta y deje mi cabello suelto, seguramente haría frío en el aeropuerto así que también me coloque una bufanda. Tome tres jeans y cinco franelas para cinco días, no estaría allá mas tiempo del necesario... además no quería que Eva pensara que la estaba abandonando, si lo consideraba, irme por unos días le daría una lección. Las mujeres eran mujeres en cualquier parte del mundo. Seguramente cuando regresara se sentiría aliviada de verme y no pensaría de nuevo en engañarme. Llevaría conmigo también Las Tres Ninfas. Mi obra más querida, quizás se la mandaría a Sara por correo, quizás le alegraría recibirla y así se convertiría en la envidia de muchos europeos por poseer esa pintura.
Cuando salí a la sala me percate que Rocky ya había hurgado por aquí y por allá, estaba en ese momento recibiendo la pizza en la puerta. Yo mientras tanto tome a Las Tres Ninfas de la pared, la quite del marco, y la enrolle.
-Veo que has hecho tu tiempo muy productivo- me dijo mientras me ofrecía un pedazo de pizza en un plato.
-Marchémonos ya- le dije ignorando la pizza.
-Sus deseos son órdenes- respondió, a los pocos momentos un elegante auto negro paso a recogernos.
Cuando íbamos hacia el aeropuerto, el pánico me invadió y mi pierna y manos comenzaron a moverse involuntariamente.
-¿Como puedo estar segura de que no me estas engañando? ¿De que no me llevas allá solo para venderme a Carlos?- le dije estúpidamente.
Rocky hurgo en el interior de su saco y me entrego un periódico. Era de hace siete meses, la nota decía "¿Donde esta la heredera de Farmacéuticas León? La justicia la espera para hacer entrega de la fortuna que le fue arrebatada"
