martes, 28 de junio de 2016

Historia 1 parte 2 -Capitulo 12-

Imagino que han conocido personas egocéntricas, a mi parecer son insoportables. En el mundo de la clase alta abundan, también me los he cruzado en el mundo del arte, incluso en los restaurantes donde fui mesera tuve compañeros egocéntricos.

Ellos inspiraron la pintura en la que estaba trabajando ese día, a la que titule "Egocencia".

Pinte un fondo rojo intenso donde seres humanos flotaban en burbujas, las burbujas de su propio ego. Las expresiones faciales que les diseñe consistían en cejas elevadas, ojos elevados, labios elevados. Si prestan atención a una persona egocéntrica cuando habla reconocerán que no miento al representarlos de esa forma. Algunos personajes estaban en el suelo porque sus burbujas habían estallado. A estos les otorgue expresiones faciales que podrían compararse a las de demonios de tazmania. Tenían colmillos con sed de sangre y garras con sed de vísceras. ¿Alguna vez han contemplado a un egocéntrico herido?.

La titule Egocencia porque para mi los egocéntricos son iguales a niños pequeños. Al estallar su burbuja quedan indefensos y de ahí emerge su cólera.

En el momento que secaba mis manos, luego de lavar la pintura que las manchaba, me quede escudriñando que defecto corregir en mi recién acabada pintura. Juana tocó una de las ventanas de mi estudio. Sonreí al verla llegar, tome una sabana para cubrir mi obra y fui a abrirle.

-Llegas temprano- le comente con sonrisa pícara.

-Vengo por trabajo- me respondió seria. 

-¡Trabajo! Hoy no me toca aburrirme con eso- le dije mientras la dejaba pasar. 

-Tengo la información sobre tu madre- me dijo una vez dentro del taller.

-¡¿Y me lo dices así?! ¿Por qué lo buscaste? ¿Que te hizo pensar que de verdad quería saberlo?- 

-Me lo pediste como un favor Mariana-

-¡Si! Pero en mitad de la noche y ¡luego de tener sexo!- 

-¿Y eso que tiene que ver?-

-¡Que las mujeres somos más vulnerables luego de tener sexo! ¡Y los seres humanos en general somos más vulnerables durante la media noche! Decimos todo, todo el mundo sabe eso- Juana volteo los ojos y me respondió. 

-Bien, te la guardare hasta que vuelvas a sentirte vulnerable- y paso a sentarse en uno de los sillones que ahí estaban.

-Hay otros asuntos que atender. Algunos socios no están contentos con tu orden de cerrar el laboratorio de agroquímicos, dicen que fue una decisión arbitraria que debió considerarse en una reunión de junta directiva, te advertí que ocurriría- 

-¿Esta viva?- le pregunte aún restregando el paño sobre mis secas manos.

Ella me miro de frente y suspiro.

-Si- 

-Bien, me alegro por ella- respondí. 

-¿Vamos a tratar el asunto de tu madre o lo que necesitamos resolver con los socios?-

-Ese laboratorio ha dejado de existir en Farmacéuticas León, punto final- le respondí mientras iba a la nevera por una bebida. 

-Mariana hay una junta directiva a la que le debes respeto, la empresa no es solo tuya si no de todos los socios- 

-Soy la socia mayoritaria- 

-Si, pero no eres la única dueña, si le faltas el respeto a la junta pueden votar para sacarte de la presidencia y obligarte a elegir alguien que te represente en las reuniones y de nuevo extraños harían con tu patrimonio lo que mejor les parezca- 

-Si, si, esta bien ¿Que quieres que haga?- 

-Reunete con ellos y convencelos de que eliminar ese laboratorio les traerá más dinero- 

-Si dejamos de vender agroquímicos ¿Como es posible que obtengamos más dinero?- 

-Pídele asesoramiento a los ecologistas e ingenieros agrónomos de la empresa- 

-Si, si, esta bien, ayudame a fijar ambas reuniones y ya no des lata con eso-

Juana comenzó a escribir en su mini tablet y yo me quede viendo por la ventana que ya se estaba haciendo de noche. Tenia madre y aún vivía, ¿Quería conocerla? ¿Que tan extraño podría ser? Realmente no fui una niña como la de las películas dramáticas en las que su vida estaba incompleta sin una madre. Mi papá fue bueno conmigo, siempre me sentí querida y que podía contar con él. 

Recuerdo que en la secundaria algunas maestras atribuían mi homosexualidad al hecho de haber crecido sin madre, eso me enojaba. Yo estaba segura de que con madre o sin ella igual hubiese sido lesbiana. El día que comprendí que no tenia que demostrarle eso a nadie, porque querer demostrarlo era como decir que mi inclinación sexual estaba mal, me dejaron de importar los comentarios.

-Vayamos a cenar y tener sexo- le dije a Juana. Ella levanto la vista de su aparato y me sonrió seductoramente...



-¿Y donde vive?- me preguntó el señor Javier mientras subíamos el sendero hacia una zona montañosa llamada "La Aguadita" donde se supone habitaban los tucanes de pico acanalado, próximas aves en su lista.

-En una finca junto al parque ecológico que pertenecía a mi papá- 

-¿Y a que se dedica?- continuo preguntándome el padre de Ana. 

-Entrenadora de caballos. Pensé que se interesaría en saber porque decidí buscar a mi madre luego de tantos años- 

-Es lógico que lo hagas Mariana- 

-¿Por qué?- le pregunte sorprendida. 

-Eres adulta, estas sola, heredaste una gran fortuna, supongo que siempre has tenido dudas sobre ella, es parte de tu historia y los seres humanos necesitamos conocer y entender toda nuestra historia para saber hacia donde nos queremos dirigir. Tu estas en ese momento de tu vida, estas estable, puedes tener lo que sea, ahora solo debes decidir hacia donde quieres ir y necesitas eso, mirar hacia atrás un momento para cerciorarte de que todo esta claro y en orden-

Yo me quede pensativa unos momentos. ¿Era cierto aquello? Al menos si no era cierto sonaba bien, me agradaba pensar que fui débil queriendo saber de mi madre por las razones que el señor Javier me daba.

-Solo no vayas a conocerla esperando algo de ella, si no por mera curiosidad- me dijo unos momentos después.

Cuando llegamos a la cima paramos junto al río, sobre nuestras cabezas volaban, cantaban y alteaban cientos de tucanes. Fue una vista hermosa, yo solo los había visto en zoológicos encerrados en pequeñas jaulas, mirarlos de ese otro modo era como viajar a un paraíso del pasado, pero no era el pasado, aún con el planeta contaminado ellos seguían presentes.

Nos sentamos junto a un árbol y el señor Javier se quedaba por largos momentos con los binoculares observando en distintas direcciones. Al rato, me paso los binoculares a mi y el se levantó a tomar fotos con su cámara semi profesional. Sentí pena por su esposa y sus hijas al no acompañarlo, no tenían idea de lo que se perdían.

El agua que corría cerca de nosotros transmitía una frescura que era atrapada por los altos árboles, creando un ambiente frío que imagino también era apoyado por la altura de la montaña.

Nos quedamos ahí unas dos horas, comimos nuestras meriendas, descansamos, mojamos nuestros rostros y pies en el agua fría del río y luego nos marchamos.

El señor Javier me preguntó en el camino de regreso si quería ir a almorzar a su casa, pero le mentí diciendo que tenia un compromiso, no quería incomodar de nuevo a Ana si se le ocurría volver a aparecer ese fin de semana. Además creo que estaba comenzando a odiarme y no quería que eso pasara.

Me quede viendo en la cámara las increíbles fotos que el padre de Ana había tomado. Incluso nos tomamos una juntos, que requirió varios intentos fallidos, debido a que tuvo que poner la cámara sobre una piedra y activar el temporizador para poder tomar la fotografía, yo me reí con ganas de las evidencias. En la primera salia él corriendo para llegar junto a mi, en la segunda solo se veían nuestras piernas, en la tercera solo se veía la parte superior de nuestras cabezas, pero la cuarta fue la vencida. 

Al estacionar frente a mi casa me dijo: 

-Hay algo que no he hecho y si no llego con una respuesta mi esposa me matara- yo me quede perpleja al escucharlo y observar su rostro colorado. 

-¿Qué es?- le pregunte un poco asustada. 

-Paula quiere saber si Ana y tu están distanciadas- me dijo con voz baja, como si temiera que alguien lo escuchara. 

-Si, es decir, hace muchos años que no nos veíamos, ella tiene sus ocupaciones- le respondí un poco incómoda. 

-Lamento preguntarte Mariana, pero ya sabes como son las mujeres- ambos comenzamos a reír.

-¿Te gustaría ir de nuevo conmigo el próximo sábado?- me dijo cuando estuvimos mas relajados. 

-Si, ¿Puedo llevar a una amiga?- 

-¡Claro, mientras más, mejor!- me dijo sonriente.

Luego nos despedimos y entre a casa.

Continuara...

Capitulo 13

sábado, 25 de junio de 2016

Historia 1 parte 2 -Capitulo 11-

Lo mejor de estar con una mujer mayor es que se entregan a disfrutar abandonando la timidez y dedicándose a satisfacer los deseos de su cuerpo. Juana era muy creativa, en ocasiones me proponía actividades que llevaban mis sentidos al limite.

Una vez  apareció en la habitación usando un vestido de seda color salmón con una abertura que me dejaba ver el centro de su pecho y su abdomen. La seda solamente con mirarla es deliciosa, se contornea y desliza con franca morbosidad sobre la piel. Yo sentía que mi cerebro vibraba con cada paso que Juana daba hacia mi usando ese vestido. Al llegar a la cama me empujo contra el colchón y se sentó sobre mi, cuando mis manos tocaron su cuerpo por encima de esa tela, entré en la disyuntiva de si  arrancársela o permitir la continua estimulación de esa textura sobre mi ser.

Otra noche apareció en mi casa usando un corset negro de encaje. Al entrar me acaricio el rostro y me arrastro a la habitación tomándome de la franela mientras el sonido de sus tacones nos acompañaban.

En su casa me vendo los ojos con un pañuelo negro, me desvistió y prohibió moverme mientras ella pasaba por mi cuerpo un látigo de cuero. Luego de recorrer todas mis esquinas, me dio un pequeño azote  sobre mi muslo derecho que ardió como los mil infiernos pero me produjo a la par uno los placeres mas extremos que he experimentado en mi vida.

Aceites, masajes, arnés... todo lo que se le ocurría yo la complacía, adoraba a esa mujer. No me había equivocado cuando la conocí definitivamente ella era libre y le gustaba hacer todo de manera prolija.

Después de nuestros revolcones maratónicos la abrazaba hasta que se dormía y luego me retiraba a mi casa, o si ella estaba en la mía cuando le daba sueño se iba. Nuestro acuerdo era claro, sexo sin compromiso y si alguna llegaba a sentir algo más lo debía decir al instante para terminar. "Jamás me enamoraría de ti" le bromeaba yo con odiosidad "Jamas pasaría mi vida con una lesbiana" me respondía ella de manera aún más despectiva que la mía y yo reía...


Lucia estaba dichosa con el contrato de obra de mi Centro de Arte ya que le di rienda suelta a su creatividad. Al parecer los que mandan a construir edificios son temerosos de los diseños pocos convencionales. Cuando hubo la reunión y me explicó junto con su equipo su propuesta, quede muy emocionada y ellos aun más. Debía esperar 4 meses para ver todo finalizado.

Espera tras espera, siempre termina siendo así la vida.

Mientras tanto me dedique a pintar. En casa había mandado a construir un estudio durante las remodelaciones. Pasaba los días trabajando y cuando me cansaba o me abrumaba planeaba citas con Lucia, Sara o Juana. Lo tenía todo, y sin embargo a veces me costaba respirar.

"Iracundo" fue una de las pinturas de ese tiempo. Consistía en un perro que caminaba hacia el horizonte arrastrando una cadena que anteriormente lo detenía, su cuerpo daba la espalda, pero su cabeza miraba al espectador, a quien gruñía mostrando los dientes. Estaba sucio, flaco y desaliñado, además era mestizo. Pero había roto su cadena y caminaba hacia el horizonte libre y dedicando a sus captores una última expresión de "ya no más". Al menos eso fue lo que trate de decir, pero era parte de quienes miraran mi pintura contar lo que sentían al verla o su percepción acerca de lo que significaba.  

La que llame "Explosión de cerebros" mostraba a una mujer musulmana arrancándose el hiyab y el vestido, entre los desgarros de la ropa podía verse que toda la piel que había permanecido cubierta estaba tatuada, alrededor de ella múltiples esqueletos humanos con expresión de horror tomaban sus propias calaveras mientras estallaban sus cerebros.

Cuando estuve en Europa siempre quise hacer una pintura que tocara ese tópico, pero no había sentido la inspiración hasta que supe una mañana mirando las noticias que una mujer musulmana había sido asesinada a pedradas por haberse tatuado unas rosas sobre la cicatriz de su mastectomía luego de sufrir cáncer.

Creó que eso me puso triste, porque las semanas siguientes me dedique a pintar a mi padre. Lo pinte en los cultivos de la farmacéutica, sentado en su oficina, mirando hacia el frente como quien espera una foto, montado sobre un caballo... Incluso lo pinte anciano jugando al ajedrez con otros viejos de asilo. Todo esto tomando como referencia fotografías que halle en casa.

Comprobé mi estado depresivo cuando una noche, antes de que se durmiera Juana se se me ocurrió decirle:

-¿Podrías ayudarme a averiguar quien es mi madre?-

Ella que ya estaba acurrucada junto a mi abrió los ojos y me dijo:

-Haré lo mejor que pueda- luego me dio un beso en la mejilla, se recostó sobre mi hombro y al poco rato se durmió.


Un sábado cerca del medio día decidí ir a comprar víveres, era una actividad que había aprendido cuando viví en Florencia y a la que había tomado gusto desde que me mude a la casa de mi padre, ya que en Florencia solo podía comprar lo necesario, pero ahora gracias a la herencia, compraba lo que se me ocurría, incluso a veces compraba cosas que no conocía solo para probar que tan apetitosas eran.  

Estaba justo mirado las botellas de licores y pensando si debía llevar o no cuando alguien me llamo al inicio del pasillo: 

-¡Mariana!- al voltear me di cuenta que se acerca la señora Paula de Villegas, madre de mi Ana.

-¡Hola! ¿Como esta usted?- le dije.
Ella me dio un beso y me abrazo. 

-Llevaba rato siguiéndote Mariana, tratando de determinar si eras tú y !no me he equivocado! ¡me alegra mucho verte! ¡han pasado muchos años!- 

-Así es- le dije sonriendo y pensando "Mariana León, te siguen y no te das cuenta"

-¿Qué haces? ¿Como has estado?- cuando estuve a punto de responder me interrumpió. 

-¿Sabes que? Mejor vayamos a casa, preparemos algo de comer y podremos conversar más a gusto- yo nuevamente trate de responder y ella volvió a interrumpirme.

-No te preocupes que estaremos solo tu y yo, hasta que llegue Javier de su actividad de los sábados- guarde silencio unos momentos y ella me miro sonriente y continuo hablando. 

-Quizás podríamos preparar algún plato que hayas aprendido en tus viajes, como estamos en el supermercado solo debemos buscar lo necesario- me produjo muchas ganas de reír y solo me limite a responder "esta bien" antes de que comenzara a hablar de nuevo. 

Como a Italia siempre se le asocia con la pasta le sugerí preparar bistec a la Florentina con pazanella para darle a conocer algo diferente y ella estuvo de acuerdo conmigo. Compramos entonces todo lo necesario y conduje hasta su casa siguiendo su auto con mi camioneta. 

La casa de Ana, o mejor dicho la antigua casa de Ana, se hallaba igual que antes, si habían cambiado de pintura no lo sabia, pero la sentí cálida y acogedora. 

Nos dedicamos a cocinar y charlar, primero de todo lo que había ocurrido y por lo que tuve que irme (ya me estaba hartando la misma historia) de lo que había hecho con mi vida en Europa y de como me entere que podía regresar. La señora Paula me dijo que se sentía muy orgullosa de "mi proceso de descubrimiento de vocación" como ella lo llamo. Igualmente se sintió muy emocionada por mi proyecto del Centro de Arte y le prometí invitarla a la inauguración. 

Me contó que Ana casi no los visitaba desde que se había casado (sentí nauseas al escuchar eso), y que sus otras hijas estaban cursando estudios universitarios en otras ciudades. Elizabeth estudiaba relaciones industriales, mientras que Victoria primero estuvo en la Academia Militar durante dos años y posteriormente la abandono para estudiar Filosofía "es una idealista mi pequeña" mencionó.  

El padre de Ana hace un año se había integrado a un grupo de observadores de aves silvestres, actividad que realizaba todos los sábados, mientras que ella se dedicaba a aprender y preparar algún plato nuevo mientras su esposo llegaba para recibirlo con una deliciosa comida recién preparada. Me pareció muy tierno y desee tener una esposa como ella, en la supuesta dimensión desconocida donde quisiera casarme.  

Escuchamos el sonido de quien llega a casa y ella me comento "debe ser Javier, aunque no suena como él" y para cuando nos dimos cuenta Ana había entrado a la cocina y se quedo casi con la boca abierta cuando me encontró allí. 

-¿Que haces aquí?- me pregunto de manera un poco tosca. 

-¡Ana no seas grosera!, yo la invite- intervino la señora Paula.

-No estoy siendo grosera solo me sorprendí- 

-Tanto como a mi me sorprende verte por aquí, pero llegas en el momento indicado preparamos algo delicioso de comer ¿Ruth viene contigo?- 

-No, tiene un almuerzo con sus jefes- 

-Iré a llamar a tu padre para saber por donde viene- dijo antes de retirarse de la cocina yo suspire y seguí tostando los trozos de pan que me habían encargado, por su parte Ana fue hasta la nevera a tomar agua. El ambiente se sentía tenso, no me quería ahí y yo detestaba que se le hubiese ocurrido aparecer ese día, antes de que llegara la estaba pasando muy bien, su presencia rompió la armonía que había estado experimentando. 

Por fortuna su padre llego unos dos minutos después y durante el almuerzo la conversación se basó en él contando emocionado las aves que llevaba en su cuenta del reto de "las primeras 100" una especie de competencia que hacían los observadores de aves. 

-¿Que haces el próximo sábado Mariana? ¡Deberías acompañarme! siempre le pido a Paula o a mis hijas que lo hagan, pero ninguna quiere por las largas caminatas, seria un buen ejercicio de sábado Mariana, ¡además pareces estar en forma!- Note que Ana casi gruño cuando escucho la proposición que me hizo su padre, y yo solo por molestarla acepte. 

Después de más y más charla, cuando ya tenia la mente agotada anuncie mi partida y para sorpresa Ana se ofreció a acompañarme hasta mi camioneta. Me despedí afectivamente de los señores Villegas, intercambie número con ellos y salí de la casa hacia el estacionamiento seguida por Ana, apenas estuvimos solas me dijo:    

-¿Que pretendes Mariana?- yo me detuve y voltee a verla. 

-¿Yo? ir hasta mi auto, ¿por qué?- 

-Detesto que te hagas la bromista, hablo de venir aquí a estar con mi madre y de ir con mi padre a observar pájaros- me dijo en un susurro amenazador. 

-Si estas pensando que lo hago para fregarte a vida, pues no, solo fue casualidad e invitación de tus padres, tu madre te lo dijo cuando llegaste y a tu padre lo pudiste ver por ti misma- luego seguí hasta la puerta de mi camioneta y presione el control para abrirla, pero no me pude ir así no más. 

-Solo quiero hacerte una pregunta- le dije, respire y desembuche. 

-¿Que rayos te pasa? tus amigas, tus padres... todos me han mencionado que no los visitas, que no saben de ti, que te niegas a verlos. Son personas interesadas en ti, que desean pasar el tiempo contigo ¿Sabes lo difícil que es tener eso?¿Estas consciente de la cantidad de solitarios que hay en el mundo? ¡desperdicias un tesoro!- entonces abri la puerta y me dispuse a montar al vehículo cuando la escuche decirme con los brazos cruzados sobre su pecho y casi titilado del coraje. 

-¡Ese no es tu problema!- me grito con la cara colorada.    

-Por supuesto que lo es- le repliqué, luego terminé de montarme encendí el motor y me marche. 

Continuara...

Capitulo 12

sábado, 18 de junio de 2016

Historia 1 parte 2 -Capitulo 10-

La Licenciada Juana me cito en un gimnasio, ¿Pueden creerlo?

Al llegar le pregunte si intentaba decirme que me faltaba condición física, ella solo sonrió y me respondió que su plan era hacerme sentir cómoda porque había notado que no me agradaban las reuniones en oficinas. Yo me quede sin palabras, "¡Que lista!" fue lo que pensé y la seguí al interior del lugar.

Mientras comenzamos el calentamiento (con un entrenador personal) me pidió que le contara sobre "las nuevas inversiones que estaba considerando", esta vez fui yo quien sonrió antes de comenzar a hablar. Le platique que quería tener un centro de arte y cultura, deseaba que la construcción fuera enorme por lo que inicie mi descripción.

Imaginaba un edificio de seis pisos que irían de la siguiente forma: tres pisos para exposición de pinturas, fotografía y esculturas; dos pisos con salones donde dictar cursos de toda forma de arte; un restaurante de alta cocina en la terraza; construir alrededor del edificio un teatro para obras escénicas o de ballet y una sala de conciertos, ambos debían contar al menos con 800 butacas. El estacionamiento tendría espacio suficiente para cuando se programaran espectáculos y rodeándolo todo habría jardines hermosos donde se pudiera pernoctar.

-Se bien que para ti el dinero es lo más importante, pero tengo mucho y mi intención es apoyar a todos los artistas que les han dado la espalda. Por lo que solo necesito que el lugar se mantenga a si mismo, no les cobraremos altas comisiones a los que logren vender sus obras con éxito-

Ella me escucho atenta y pensante. Luego me dijo que me ayudaría a hacer real mi idea, que le agradaba el tópico exclusivo que le estaba dando y que seguro obtendría buenas ganancias a pesar de que mis aspiraciones eran pocas. Yo suspire y pensé "mujer de dinero". Aunque saber que mi proyecto se haría realidad me dio ganas de saltar en una pata.

En ese momento termino el calentamiento y pasamos a una clase de cardio en bicicleta estacionaria, yo estaba oxidada porque tenia años sin entrenar, pero la emoción que sentía por mi nuevo centro de arte y cultura me lleno de energía y la clase no fue capaz de sofocarme. 

Charlamos un poco más a lo largo de los trabajos con pesas sobre los pasos y las fechas que seguiríamos para hacer posible mi sueño.

Fueron 4 horas de entrenamiento y a pesar de ser las once de la mañana solo deseaba llegar a mi cama y dormir.

Cuando estábamos en las duchas contemple el cuerpo de la Licenciada Juana, era esbelta, firme y al mismo tiempo delicada, su piel la definiría bastante blanca y parecía brillar.

-¿Estas casada?- salio la pregunta disparada de mi boca cuando observe como la toalla resbalaba por su espalda. Ella me miro a través del espejo y sonrió de una forma que parecía que estaba pensando que a pesar de esperar esas acciones de mi parte, igualmente la tomaban por sorpresa.

-No, no lo estoy-me respondió sin apartar la mirada. 

-¿Comprometida de algún modo con alguien?- insistí en averiguar.

-Solo con mi trabajo-


En ese momento ingresaron al salón de duchas un grupo de 3 mujeres bastante ruidosas, por lo que me moleste y decidí irme a bañar, el agua fría calmaría todos mis instintos.

Al salir de allí decidí llamar a Lucia para invitarla a almorzar, ella acepto encantada y luego fuimos a buscar a Sara a la que prácticamente tuvimos que llevar arrastrada. Desde que regrese se comportaba así, no quería que le diera nada que no pagara ella misma y cuando no tenia como pagar rechazaba mi invitación de manera tajante. Aunque en esta ocasión había cedido luego de media hora de ruegos que le dedico la rubia.

Fuimos a un restaurante bonito, y comimos a gusto.

-¿Que tal tu nueva casa?- me pregunto Lucia. 

-No es nueva, es mi casa de siempre- le dije. 

-Si, pero esta completamente remodelada- acoto. 

-Solo mande a reparar lo que el tiempo había estropeado, esta super linda la verdad, deberían ir el fin de semana y estrenar la piscina-


Lucia accedió emocionada y Sara por su parte se limito a hacer una seña positiva con la cabeza.

-¿Salen con alguien?- se me ocurrió preguntarles. Ellas rieron un poco.

-No, ya no- me respondió Lucia. 

-Los hombres que me rodean son insoportables- me dijo Sara. 

-¿Desde hace cuanto?- seguí averiguando.


Lucia había tenido su última novia hace 8 meses, su relación había terminado porque la chica acuso a Lucia de dedicarle demasiado tiempo a su trabajo. Por su parte Sara había salido a lo largo de los años con unos cuantos chicos, pero siempre terminaba aburriéndose de ellos y los dejaba.

-¿Que tal tú?- me interrogo Sara. 

-No me gustan los noviazgos- confesé. 

-¿Por qué?- pregunto Lucia un poco impactada. 

-Requieren mucho y hay muy pocas personas que valen el esfuerzo- 

-No tienes alma Mariana- me dijo la rubia y las tres comenzamos a reír.


Esa noche antes de dormir le envíe un texto a la administradora de mis bienes: 

"Me preguntaba si puedo quitarte el adjetivo Licenciada y solo llamarte Juana, tu podrías también obviar el señorita y solo llamarme Mariana" 


"Esta bien" me respondió acompañado de una carita sonriente. Yo por mi parte le mande una guiñando el ojo.


Las siguientes semanas las pase visitando terrenos con Juana, almorzando con Juana, desayunando con Juana o entrenando con Juana. Era una mujer muy inteligente para los números y el dinero, aunque valorara cosas tontas (como las propiedades que cada quien poseía, los viajes turísticos que hayan hecho, o los equipos tecnológicos que utilicen) me agradaba y me parecía hiper hermosa.

A pesar de nuestras continuas visitas a ofertas de terreno, ninguno llegaba al tamaño que quería. Lo que hizo que se me ocurriera comprar varios negocios de mal aspecto que vimos a una cuadra del Teatro de las Zarzuelas y mandar a demoler todo cuando fueran míos para construir desde cero.

-Es una idea ambiciosa- opino Juana. 

-Hay que hacer las cosas a lo grande, ¿No crees?- le dije. 

-Es difícil convencer a las personas a vender cuando no quieren- 

-Compra el terreno del frente, construye para ellos unos lindos comercios, que sean mucho mas grandes y ofrecelos a cambio de los suyos- 

-Eso seria pagar demasiado por el espacio que quieres-


Yo resople exasperada y Juana me dijo un momento después.

-¿Te gusta esta zona?- 

-Si- 

-Encontrare lo que quieres y será mas económico a lo que estas pensando, ¿Esta bien?- 

-Si- le dije nuevamente.


Finalmente lo logro, encontró un terreno de 2000 metros cuadrados que había funcionado como deposito de chatarra. El lugar debía ser limpiado antes de que Lucia fuera con su empresa a hacer los estudios para crear el proyecto de obra, pues entre los trozos de autos y otros hierros que habían por montones, abundaban las cucarachas, los ratones y las iguanas.

Mientras eso pasaba, me fui con Juana a hacer un recorrido por todas las empresas de mi padre, ya que según ella, darse tiempo de conocer a los trabajadores creaba buenas relaciones laborales entre el patrono y los sindicatos. Yo no estaba muy convencida de hacerlo, pues me los imaginaba a todos esforzándose de más para que yo les agradara, y aunque algunos lo hicieron (los que trabajaban en cargos de oficina sobre todo) la mayoría les tenia sin cuidado que yo anduviera por ahí. 

Otros más se acercaron manifestando sus necesidades de ayuda con préstamos u otras cosas. Sabia que mi padre siempre ayudaba a las personas que lo solicitaban, así que le dije a Juana que les dijera que si a todas sus peticiones, pero ella en cambio los fue agendando en citas que tendrían conmigo y con ella en días posteriores "debemos analizarlo mas relajadamente" argumento.

Cuando visitamos el parque ecológico lleve a Sara y Lucia con nosotras. Al hacer una caminata por los senderos Sara se canso y Lucia la llevo cargada en su espalda el último tramo, mientras que cuando paseamos en caballo la rubia fue quien se espanto de como se sentía ir sobre aquel animal y Sara la llevo de la mano cabalgando junto con ella para que tuviera mas confianza. Se notaba que habían desarrollado una relación amistosa que casi rayaba en el amor. Por mi parte era renuente de creer que sintieran algo más que amistad la una por la otra, pero me recordaban a mi y a Ana en el pasado y eso me causo un leve dolor en el pecho.

Ana... ¿Donde estaría en esos momentos?

Al anochecer, luego de ducharme, me deje caer sobre mi cama en la habitación de la cabaña donde nos hospedábamos. Me di cuenta que por la ventana entraba un gran brillo y al levantarme a espiar me percate que se trataba de la luna, esa noche lucia poderosa. Escuche un ruido y voltee instintivamente hacia la cabaña donde se quedaba Juana y por su propia ventana contemple que seguía despierta, por lo que se me ocurrió ir a visitarla.

Toque la puerta y ella la abrió con cautela, ¿Si? Pregunto al verme.

-¿Ya viste la luna?- ella tomo una expresión de extrañeza y se asomo.
 
-Luce asombrosa- 

-Así es, deberíamos ir a dar un paseo- le dije. 

-¿Tan tarde?- me respondió dudosa. 

-¿Tu jefa te despide si te quedas dormida mañana?- le dije a modo de broma. 

Luego continúe: 

-¡Vamos! Apuesto a que nunca has paseado por el campo a la luz de la luna- 

-¿Y tu si?- me pregunto con perspicacia. 

-Tengamos nuestra primera vez juntas- le respondí riendo y ella volteo los ojos por mi mal chiste pero fue por un abrigo y salio conmigo a pasear.


El viento trajo a mi olfato su olor fresco y fragancia. Obviamente acababa de ducharse y colocarse crema corporal y perfume, yo estaba extasiada.
 
Caminamos conversando sobre tonterías hasta que nos cruzamos con un pequeño arrollo y nos detuvimos a ver pasar el agua que era muy clara y dejaba ver en el fondo pequeñas piedrecitas brillantes.

-Son piedras de luna llena- le comente. 

-¿Qué es eso?- me pregunto. 

-Los científicos no han logrado determinar porque, pero hay ciertas piedras que brillan cuando hay luna llena, algunos piensan que pueden ser trozos de la misma luna que cayeron hace millones de años aquí y que brillan así porque extrañan su lugar de origen-

  
-¡Vaya eso es muy interesante!- me dijo ella y yo reí confesándole que me lo acababa de inventar. Ella abrió los ojos de par en par completamente sorprendida y me quiso golpear levemente en el brazo mientras no paraba de reír.


-¡Eres increíble!- me dijo cuando pudo recuperar el aliento. 

-Pero te dije la verdad, solo fue un arrebato de inspiración que quise compartir contigo- alegue.  

-Si, si claro- respondió ella. 

-Yo siempre te diré la verdad y quisiera que tu también me la digas, no importa lo que sea. Por ejemplo tu me preguntas ahora mismo si me parece que tienes el físico mas perfecto que he visto y yo te diré que sí-

-¿Y eso a que viene?- 

-Solo estoy gestando una idea, ¿Quieres escucharla?- 

-No se- me respondió con duda pero capte que estaba adivinando de que se trataba. 

-Me atraes mucho y pienso que si yo también te atraigo y estas abierta a experimentar con una mujer, podríamos desarrollar otro tipo de actividades juntas-


Ella sonrió y medio suspiro mientras sus mejillas se pintaban de un poderoso rosa, tanto así que podía captarlo de noche ayudada claramente por la luna.

-¿Que opinas de mi?- le dije dando una pequeña vuelta para ella. Juana me respondió con timidez:

-Eres hermosa, tus ojos y tu sonrisa siempre parecen brillar... además posees un leve toque seductor que ciertamente cautiva a todos- 

-¡Muy bien! Estamos de acuerdo- le dije celebrando.


Acerque mi mano y tome delicadamente la de Juana, unos momentos después ella dio un paso hacia mi mirándome directamente a los ojos con expresión de que se estaba adentrando en algo que le daba temor y sin embargo deseaba. Yo le sonreí y ella me sonrió de vuelta cuando me acerque a besarle.

Era levemente más alta que yo, al principio solo nos dábamos besos labio con labio, ella tímida yo paciente, luego cedió a mi lengua que buscaba la suya y nos besamos mas gustosamente, como Dios manda. Enrolle mis brazos en su cintura y ella los suyos detrás de mi cuello. Nos besamos largo rato y fue muy agradable, Juana era toda una mujer, el sueño de cualquier lesbiana.

Cuando decidimos regresar a la cabaña fuimos en silencio una junto a la otra por todo el camino. Quise dejarla con sus pensamientos, con lo que había sentido, que decidiera si le había gustado y quería llegar a más.

Frente a la puerta de su habitación rompí el silencio antes de despedirnos.

-¿Te gustaría otro beso?- ella miro alrededor y asintió.

Me acerque complacida y esta vez Juana acerco mucho mas mi cuerpo al suyo. Estuvimos besándonos lo que pareció un par de minutos, luego sentí como su respiración se fue acelerando y entonces acerco una de sus manos a la perilla de la puerta, la giro, abrió y me llevo con ella al interior de su cabaña. 

Continuara... 

Capitulo 11

jueves, 16 de junio de 2016

Historia 1 parte 2 -Capitulo 9-

El martes en la mañana, después de observar cerca de quince minutos la vasija rusa, decidí ir a ver a Ana. 

Mariana León era una adulta, no la chiquilla de 15 años que se le hacia difícil hablarle con franqueza a la chica de la que estaba enamorada. Llame a Sara para averiguar donde trabajaba Ana y luego me aventure a encontrarla. 

Al llegar a su consultorio me sentí orgullosa de ella, era un lugar bonito, cómodo y moderno, además olía muy bien y las personas en su espera eran varias. Le comunique a la asistente quien era yo y lo que quería. Ella charlo un momento por teléfono con la Doctora Villegas y me pidió que esperara.

Tres horas después por fin pude pasar. Fue una larga espera, pero grata, había varios ancianos que estaban muy deseosos de charlar y me dedique a escucharlos con atención. 

Al entrar en el consultorio Ana me esperaba con cara de espantó, aunque lo trataba de fingir sonriendo.

-Mariana- me dijo al saludarme. 

-Ana- le respondí yo mientras me sentaba donde me indico. 

-Se porque estas aquí, ¡lamento mucho lo que hice!, ¡me sentí muy mal!- se destapo de pronto.

-¿Por qué no me lo dijiste?- le pregunte serena.

-No se presentaba el momento adecuado- me dijo nerviosa.

-¿Que tal en el ascensor?, ¿Mientras conducías hacia el hotel? o ¿Justo antes de besarnos?-

-No pude hacerlo-

-¿Por qué?-

-No quería que lo supieras-

-¿Por qué?-

-No lo se-

-Si lo sabes, dime ¿Por qué?-ella guardo silencio.

-Dime, ¡Dímelo!-

-¡Porque no quería decepcionarte!- me dijo desesperada por mi presión.

-¿Decepcionarme? ¿Por qué no me esperaste?-

-Si-

-Es normal que no me hayas esperado-

-¿Tu tampoco lo hiciste verdad?- me pregunto como niña.

-Ambas dejamos de creer en que volveríamos a vernos- le dije.

-¡Yo si te iba a esperar! ¡Te espere mucho tiempo! Mi familia insistió que buscara alguien más y yo no quería- me dijo. 

-Hasta que desististe-

-Yo no desistí, Ruth logro que yo quisiera estar de nuevo con alguien- si se puede morir y seguir con vida, yo morí en ese momento.

-¿La amas?- le pregunte, ella se quedo en silencio y me dijo luego:

-No quiero que ocurra de nuevo, tu y yo... no quiero lastimarla, ella ha sido muy buena conmigo-

-¿La amas?- insistí. 

-Si-

-¿Más que a mi?- nuevamente silencio.

-Dime- le rogué.  

-Son amores muy diferentes-


Esta vez fui yo quien guardo silencio. 

-Lo he pensado Mariana, creo que... es mejor así. Quizás por eso nunca se han dado las condiciones para que tu y yo...-

-Te voy a detener justo ahí, ten bonito día- luego me marché.


Busque el teléfono de la chica que era recepcionista en la academia donde trabajaba Sara. La llame, la invite a cenar y le compre vino caro.

Ella estaba dichosa y danzo para mi en la habitación mientras se quitaba la ropa, yo le di placer en la cama, en el balcón y dentro de la bañera. 

Desde que comencé a tener sexo, generar gemidos de placer en las chicas ha sido un alimento para mi espíritu.  

Hay algunas que tienen recato a la hora de gemir y otras que poco les importa que se entere el mundo entero lo que esta ocurriendo entre sus piernas. Los gemidos nacen desde la garganta o cerca al exterior, en la boca. Pueden escaparse entre unos labios apretados o mientras están entreabiertos. Es de los sonidos mas hermosos del universo, y lo mejor de todo, es que cesan por causa de un evento aún mejor, el orgasmo.

Las mujeres cuando tienen un orgasmo sonríen, se ven radiantes. Se sienten poderosas y seguras de sí mismas. La sensación post orgasmo es igual a un ser místico susurrando al oído de una mujer "el mundo es tuyo querida, ve por él" quedando ellas plenamente convencidas de eso.

Las mujeres adoran que les entreguen poder, por eso quien les da orgasmos es capaz de despertar sinceramente su afecto. He aprendido a ser respetuosa de ese hecho y por eso, luego del sexo, las abrazo por un período razonable de tiempo...


Cuando pude disponer de mi dinero contrate 37 personas para que repararan la casa de mi padre lo mas rápido posible. Albañiles, maestros de obra, jardineros, carpinteros, pintores, plomeros y decoradores fueron continuamente presionados por mi durante 4 semanas.

Luego seguí el paso dos, concretar una cita con la Licenciada Juana para conversar sobre mi nuevo proyecto. Logre vivir 5 años sin Ana, incluso a veces fui feliz. ¿Por qué no iba a poder ahora? Era rica, joven y poderosa. Podría como siempre tener la chica que quisiera... bueno, cualquier chica menos ella.

Continuara... 

Capitulo 10