jueves, 9 de junio de 2016

Historia 1 parte 2 -Capitulo 7-

-Siempre te busque en google, al menos dos veces por semana desde que te fuiste- me dijo Ana a la puerta de mi habitación con su teléfono en la mano. Yo guarde silencio y ella continuo:

-Nunca te encontré- 

-Comencé a usar otro nombre cuando llegue a Italia- le conté.

-¿Cuál?- me preguntó.

-Tomasina León- 

-¿Tomasina?- 

-Recuerda que el nombre de mi padre era Tomas Augusto León-

Ella lo pensó un poco sonrió y me dijo -Cierto-

-¿Que haces aquí?- le pregunte sin más. 

-No pude irme-

-¿Le pasa algo a tu camioneta?- 

-Mas bien me pasa algo a mi- considere cerrarle la puerta en la cara pero finalmente me rendí.

-Pasa, te invito a tomar gaseosa de uva, comer papas fritas y helado- 

-Ya no consumo esas cosas- 

-¿Por qué?-

-Tienen muchas calorías y...- 

-Esta bien, las comeré frente a ti- le dije para cortar el discurso y le abrí paso haciéndole seña con el brazo de que entrara.


Finalmente entró mientras se concentraba en su teléfono. Justo antes de cerrar la puerta llego mi orden y luego de recibirla me senté en la cama junto a ella.

-Ahora si te encontré ¡Mira estas fuera de un museo!- yo eche un vistazo a la fotografía, la imagen me mostraba sentada en las escaleras de entrada de una galería posando sonriente.

-Es una galería en Roma a la que invitaron a muchos artistas jóvenes y exhibí Las Tres Ninfas-

-Si, dice algo sobre eso pero esta en italiano- me dijo mientras escudriñaba la pantalla.

-Permiteme ayudarte- le dije pasándole la gaseosa de uva y extendiendo mi mano para recibir su teléfono. Ella me obedeció, entonces leí.

"Tomasina León es una artista extranjera radicada en Florencia. Con tan solo 3 años de experiencia a cautivado a los críticos, podrás ver en el puesto 28 su obra Las Tres Ninfas, pintura que los expertos han catalogado de ejemplo de representación del amor fraternal y la pasión"

-Eso suena maravilloso- me comento Ana cuando le devolví su teléfono y ella a mi la gaseosa a medio tomar.

-Fueron muy amables- comenté, yo ignoraba la existencia de esa nota.

-¿Y como es?- 

-¿Qué?-

-Las Tres Ninfas- 

-Puedes verla por ti misma, esta en aquella esquina- le conté señalándole el oleo que había traído conmigo desde Italia. Ya no tenia apetito de papas, así que las deje sobre la mesa y metí el helado en la pequeña nevera de la habitación, luego lave mis manos y tome la pintura, posteriormente la desenrolle para mostrársela.


Las Tres Ninfas era un oleo que mostraba un paisaje celestial en el que había tres seres femeninos. Uno sostenía los pilares de aquel mundo, esa ninfa rubia, que estaba rodeada de destellos azul claro, representaba a Lucia. Otra ninfa, la morena, estaba dando giros de baile alrededor, de sus brazos y piernas brotaban arco iris, ella representaba a Sara. La tercera ninfa estaba en el centro de la pintura con los cabellos movidos por el viento y el corazón enorme y palpitante en el pecho. De ella salían destellos rojos y sus pies se transformaban en raíces doradas que estaban profundamente sembradas y se expandían por toda la tierra de aquel mundo,ella era mi Ana, al menos, mi antigua Ana.

-Es de las cosas mas hermosas que he visto- me comento, parecía conmovida. 

Yo estaba acostumbrada a ver esa reacción en las personas. A mi me hacia sentir alegría y orgullo mi pintura, a veces un poco de tristeza, pero hasta ahí. Nunca me hizo llorar, ni que hiciera llorar a las personas fue mi intensión, solo se me ocurrió mostrar como mi mente plagada de añoranzas imaginaba que estarían sus seres queridos.

-¿Te gustó?-

-Si, mucho- 

-¿Viviste una experiencia estética agradable?- le pregunte a modo de broma. 

-Absolutamente- 

-¿La entendiste?- 

-Perfectamente- me respondió con seguridad y algo de seriedad. Yo mientras enrolle la pintura le dije:

"¡Genial! Sigues siendo una chica lista" y la lleve a su esquina de nuevo. 


Cuando me di cuenta Ana se había levantado de la cama y estaba muy cerca de mi.

-¿Ahora si te apetece un helado?- le comente levantando mi ceja a modo de broma. Ella sonrío y nos acercamos tanto que terminamos besándonos.

Apenas toque sus labios mi mente paso a ser... algo así como una televisión sin señal de cable. 

Pequeños seres parecían estar surfeando sobre mi estomago, mi corazón palpitaba como un auto de formula 1 y literalmente deje de respirar. Nuestras lenguas danzaban rodeándose, tocándose tenuemente y luego acariciándose con desenfreno. Yo pase mis manos por sus brazos y noté como tenía la piel de gallina. Sentí que comenzaba a arder mi propia piel y que de mi entrepierna subía una onda de calor que reventaba en mi abdomen, fue ahí cuando pude respirar de nuevo y lo hacia profundamente. Ana me ofreció su cuello y presiono sus uñas contra mi espalda cuando lo bese y medio mordí. En respuesta apreté ambos lados de su cadera, la empuje hasta la cama y ella me termino de halar.

Nos seguíamos besando mientras nos colocábamos bien en el centro, y una vez allí  me detuvo, me miro a los ojos y comenzó a separar los botones de mi camisa. Cuando me la quito, fue por mi brassier y luego me empujo para que yo estuviera boca arriba mientras ella tenia el poder. Se sentó sobre mi y paso con delicadeza uno de sus dedos por mis labios, bajo por mi cuello, luego comenzó a rodear mis senos y toco brevemente mis pezones. Se dedico a besarme y besarme con frenesí en mi boca mi cuello y mis senos. Cuándo bajo por mi abdomen y comenzó a meter su lengua entre mi piel y mi pantalón ya mi cuerpo estaba contrayéndose y mis manos sostenían con fuerza las sabanas de alrededor. Por fin lo hizo, yo estaba a tres segundos de rogarle que lo hiciera. Beso mi intimidad y luego a la par comenzó a penetrarme, yo gemía y gemía como si el placer no lo hubiese conocido jamás.

Cuando estalle en orgasmos. Se acerco a besarme y yo la rodee con mis piernas queriendo probar aun más. Estuvimos así unos momentos, pero sentí unas incontrolables ganas de tomarla y acostarla boca bajo, me acosté sobre ella y la bese unos momentos, luego bese toda su espalda y glúteos a los que también mordí, ya ella estaba gimiendo cuando me volví a acostar sobre ella y comencé a penetrarla en esa posición. Primero apretó la almohada en respuesta a lo que le estaba haciendo sentir, pero luego movió sus brazos, con la mano derecha presionaba mi cuerpo con su cuerpo a la altura de la espalda, mientras con la izquierda presionaba mi cuerpo contra el suyo a nivel de mis glúteos.

Ambas estábamos enloquecidas de placer, así continuamos hasta que hubo un par de orgasmos y casi nos desmayamos agotadas. Ella sobre la cama, igualmente boca abajo y yo sobre ella. Unos momentos después me deje caer en el colchón y nos abrazamos y continuábamos besándonos.

Terminamos estimulándolos con nuestras piernas hasta que el ultimo éxtasis sexual que tuvimos, logró que nos durmiéramos rápidamente.

A eso de las cinco de la mañana Ana despertó exaltada.

-¡¿Que hora es?!- me preguntó.

-Ni idea- le dije somnolienta. Ella se levanto y anduvo a gatas por el suelo hasta que hallo su celular. 

-¡Joder! ¡Joder! ¡Joder! ¡Las cinco de la mañana!- yo me sorprendí, mi antigua Ana no decía ese tipo de palabras. 

-¿Y que? ¡Vuelve a la cama!- le dije.
 
-¡No! ¡No puedo!- me respondió al recoger toda su ropa y luego correr hacia el baño.

Yo me abofetee un poco para despertarme, cuando salio del baño comenzó a buscar con desesperación sus zapatos. Le insistí:

-¡Quédate! Te invito a desayunar- 

-¡No! Me tengo que ir- respondió mientras se ponía el calzado.  

-¿Por qué?- 

-Me están esperando- me dijo cuando caminaba hacia la puerta. 

-¿Quien?- le pregunte. 

-Mi pareja- respondió sin mirarme.

Luego abrió la puerta y después de dedicarme una fugaz mirada, agregó "Lo siento Mariana".


Yo me deje caer sobre la cama y tape mi rostro con la sabana. Del cielo al infierno se puede viajar en pocos segundos.

Continuara... 

Capitulo 8

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