domingo, 31 de marzo de 2013

Hermanos

...Hace tiempo me di cuenta que un tipo de amor que jamás conocere es el amor de hermanos...

Me hubiese gustado tener un hermano o hermana, habría sido un complice  y compañero de juegos durante la niñez. Seria alguien que entendiera y sintiera el mismo amor que siento por mi madre, y juntos lloraríamos desconsolados su partida. En esta etapa de nuestra vida muy probablemente seriamos confidentes y conversaríamos sobre lo que no nos atrevemos a decir a nadie más. También sufriré la ausencia de los sobrinos y sobrinas fraternos, tal vez eso originara que en el futuro visite menos parques y obsequie menos juguetes de los que pude obsequiar.

Quizás a los que si poseen hermanos mi aspiración con respecto a ellos les parezca un poco exagerada y algunos lleguen a pensar  "no todo es color de rosa". Yo les respondo que la relación con los hermanos o hermanas marche bien o mal depende de la actitud que asumimos hacia ellos.

Cada persona debería servir a su hermano como muro de contención cuando este traiga el alma hecha un tsunami. Presta tu hombro para que llore y este dará el suyo, compréndelo y el o ella te comprenderán, regalale un tiempo agradable y este también te lo obsequiara, brindale tu confianza y también te la dará. Y si a pesar de tu buena fe tu hermano ó hermana se comporta como idiota, no te rindas, comportaté tú como el mejor hermano o hermana del mundo. Recuerda que comparten la misma sangre y que es una persona a la que tu madre ama ó amó profundamente. Si no somos fieles y amorosos con la sangre de nuestra sangre ¿qué quedaría para el resto?  

Tomado de web: ojana.wordpress.com