sábado, 24 de diciembre de 2016

Historia 1 parte 2 -Capitulo 33-

La mujer robusta me obligo a entrar a la camioneta, en la parte trasera me esperaba otra fémina fornida, mientras que manejando iba una chica delgada de ojos saltones y junto a ella, en el puesto del copiloto estaba Ruth. 

Mi captora se sentó junto a mi descartandome la posibilidad de huir por la puerta de la derecha. Una vez dentro y estando todos los vidrios y puertas cerradas el vehículo emprendió marcha.

Estaba oscuro pero las luces de la calle me daban cierta visión del rostro de Ruth, quien volteo, me sonrió y dijo:

-Déjame presentarme, mi nombre es Ruth Morales, soy la esposa de Ana- estiro su mano para estrechar la mía, yo a regañadientes recibí el saludo y le respondí con un apretón firme para "demostrar la fortaleza de mi carácter" como me enseño mi padre.

Ella volvió su vista al frente y acomodó el espejo retrovisor de tal manera que se enfocaban sus ojos y los mios. Luego continuo hablando. 

-Verás Mariana, ambas sabemos que estas aquí por las actividades que has estado desarrollando con Ana- guardó silencio unos instantes y sonrió.

-De donde yo vengo ese tipo de comportamiento es considerado una falta de respeto imperdonable y dicha ofensa se paga con la vida- Yo le mantuve la mirada sin inmutarme. 

-Pero me he enterado que Ana no se enredo con cualquiera si no con una famosa heredera llamada Mariana León. Entonces me di cuenta que podía sacar provecho de la situación-

Hizo una nueva pausa y yo respire profundamente tratando que el coraje que estaba experimentando no reventara.

-Quiero 150 mil acciones en Farmacéuticas León, cuando me las entregues considerare la ofensa saldada y te perdonaré la vida- No pude evitar reír. Ruth adoptó una expresión seria y me preguntó: 

-¿Qué es tan gracioso?- 

-Todos quieren una parte de esa empresa, me causa gracia, además de tu ignorancia en el tema.  No puedo simplemente concederte 150 mil acciones de la noche a la mañana. En la compañia hay una junta de accionistas, si decido en algún momento deshacerme de unas cuantas acciones los miembros de la junta tienen prioridad de adquisición y la asamblea de socios debe darme su aprobación, no puedo simplemente introducir en el juego a una desconocida que quiere... ¿Cómo dijiste? Ah si, "sacar provecho". Creo que tu única opción será saldar la deuda que crees que tengo contigo, ya sabes, a la antigua- reí un poco más al terminar de hablar. 

La chica que manejaba volteo temerosa hacia Ruth y luego dirigió esa misma mirada a mi captora. Ruth por su parte asintió a las dos robustas que iban a mi lado.

La que estaba sentada en el lado izquierdo me tomó por el cuello y acostó en su regazo a la fuerza, luego me aplicó una llave en mis brazos. Mientras que la del lado derecho hizo una llave a mis piernas. Yo luche pero ambas lograron inmovilizarme. Ruth se dio vuelta, sacó una navaja y se arrodillo en el asiento del copiloto, luego levantó mi camisa descubriendo mi abdomen y me dijo con los dientes rechinando de coraje: 

-Esta es una demostración de lo peligrosa y piadosa que puedo ser, pues cuando te vean esta cicatriz imaginaran que fue una cirugía de apéndice- 

Enterró entonces todo el filo de la navaja en la parte baja de mi costado derecho y una vez dentro lo dirigió hacia abajo con un recorrido tortuoso abriéndome una herida irregular de unos siete centímetros. 

Sentía que el corazón se me iba a salir del pecho y grite del dolor como nunca había gritado en mi vida. Cuando alejo el cuchillo de mi cuerpo me percate del ardor que dejo en la zona y como fluía de allí un líquido espeso y caliente.

Las chicas robustas y Ruth rieron con ganas de mi muestras de dolor por lo que decidí soportarlo en silencio y así como me doblegaron, volvieron a sentarme produciéndome aún mas dolor por el brusco movimiento.  Como pude acerque mi mano a la herida para detener un poco la hemorragia y me encorve pues la posición me resultaba muy incomoda.

Ruth tomo mi rostro clavando sus largas uñas postizas en mis mejillas y me levantó la cara.

-¡Escúchame bien Mariana! no quieras jugar conmigo, los ricos pueden hacer lo que se les antoja, ¡Has lo que te estoy ordenando! Y ya que intentas demostrar lo poco que te importa tu vida me encargare de que te quedes sola y cortaré la garganta de Sara, de Lucia y Ana ¡Me escuchas?- clavó con más fuerza esas asquerosas uñas en mi rostro y agregó. 

-¡También buscare a esa maldita vieja que ama los caballos y le sacaré las entrañas!- luego me soltó y empujó contra el asiento. Pero no iba a ser tan fácil.

Estire mi mano y la tome de la cola de caballo que llevaba y hale su cabello con todas mis fuerzas, no debió amenazar a mis chicas y mucho menos a mi madre. 

Ella grito como gata atropellada y antes de que sus amigas camioneras pudieran retirar mi mano de su cabello logre tres movimientos de tracción y tres gritos de dolor y de venganza.

Cuando lograron separarla de mi, la chica que me capturó me dijo:

-¡Oh, no debiste hacer eso cariño!- y comenzó a utilizarme como saco de boxeo.

Mientras te golpean repetidas veces  entras en un estado de shock en el que no eres muy consciente de donde proviene cada golpe o donde será el próximo, el único aviso de que te están golpeando son las zonas en las que sientes dolor  y sin embargo, si te golpean lo suficiente llega un momento donde te sientes sumergida en un mar de dolor sin identificar que parte de tu cuerpo es la que esta siendo machacada. 

Al finalizar la golpiza me dolía hasta respirar, me dieron ganas de no seguir haciéndolo y a la vez mi cuerpo me exigía desesperado que tomara todo el oxigeno posible.

Finalmente mi verdugo enterró sus dedos en la herida de mi abdomen y los removió a un lado y otro haciendo que me quejara con los dientes apretados.

En algún momento la camioneta se detuvo, abrieron la puerta y me arrastraron fuera, cuando me arrojaron al piso escuche la voz de Ruth decir:


-Tienes siete días para entregarme los documentos de mis acciones y será mejor que no te retrases, cada vez se me hace mas difícil dormir junto al cuello de Ana y no aplastarlo- luego me percate que la camioneta emprendió marcha y se alejó. 


Mi corazón seguía muy acelerado y mi cabeza estaba aturdida, adicional a eso me estaba dando mucho sueño. No sabia donde estaba y no podía moverme. Tampoco escuchaba autos pasar, ni voces de personas. Era un lugar silencioso, solo se oía un perro ladrando a lo lejos y los grillos y chicharras comunes de la noche.


Moví mi mano derecha explorando como se hallaba la herida y note que gran parte de mi camisa y pantalón estaban llenos de sangre. Esperaba no haber perdido mucha. Al tocar mi bolsillo sentí el celular y poco a poco lo saqué, con los ojos medio abiertos revise su estado. La iluminación de la pantalla me encandilaba y algún golpe le había roto la mica, pero el tactil aún funcionaba. Como me encontraba muy débil tuve que bajar mi mano y esperar un poco para usarlo. 


Aproveche de mirar con un ojo abierto y otro cerrado los alrededores, estaba en una acera acostada, sobre mi habían árboles y entre ellos faros de luz. Imagine que no estaba muy lejos de donde me secuestraron, quizás habían dado vueltas alrededor. Desee que mi nuevo amigo Guillermo el indigente me encontrara y ayudara, pero no tenia fuerzas para llamarlo.


Respire profundamente sintiendo mucho dolor y volví a intentar usar el celular. Logre marcar el número de emergencias y deje caer el aparato sobre mi pecho, luego de tres repiques me contestaron:


-Buenas noches, ¿Cuál es su emergencia?- me dijo la operadora, sonreí porque recordé que no tenia fuerzas para hablar y mientras la operadora repetía una y otra vez:


-Buenas noches ¿Cuál es su emergencia?- seguí sonriendo hasta quedarme dormida.


viernes, 23 de diciembre de 2016

Historia 1 parte 2 -Capitulo 32-

Al siguiente día cuando desperté, tenia una jaqueca de madre pecaminosa. Los rayos del sol causaban dolor a mis ojos por lo que cerré toda entrada de su luz y fui a ducharme. Vestí lo primero que encontré y me coloque los lentes oscuros antes de salir. Era lunes, el desayuno lo sentí tosco y amargo, el transito insoportable, los empleados del centro de arte incompetentes y el grupo de chicas del arte en movimiento más ilusas que nunca.

Me encerré en mi oficina y pedí no ser molestada solo para torturarme comprobando el teléfono, donde no había nuevos mensajes, ni nuevas llamadas de Ana.  Más tarde salí a deambular por las instalaciones del centro. Al entrar en el teatro encontré que el grupo de danza estaba ensayando y cerca de Sara se hallaba Elisa, entonces me encamine con velocidad hasta frente del escenario.

-¡Elisa! Quiero hablar contigo- le dije interrumpiendo abruptamente el ensayo. Sara me miro preocupada y me preguntó:

-¿Pasa algo Mariana?-

-Quiero hablar con Elisa. Elisa, sígueme- le ordené. 

La chica adopto una mirada temerosa y a la vez curiosa. La conduje por una de las puertas laterales que llevaba tras bambalinas.

-¿Qué ocurre?- me preguntó ansiosa cuando estuvimos solas.

-Quiero que me digas lo que Ana te contó sobre su pareja-

-¿Te refieres a la razón de porqué sigue con ella?-

-¡Si! Lo que sea que te haya dicho- le respondí con fastidio.

-No puedo contarte, le prometí que no le diría a nadie-

-Debes contarme- exigí de manera cortante.

-No quiero romper la promesa que le hice, ella confió en mi al apenas conocerme-

Que se negara a hablar me hizo enojar y perder los estribos. Por lo que la acorrale en la esquina del cuarto y señalándola con el dedo le dije:

-¡Necesito saberlo! ¡No me interesa lo especial que te sientas al tener esa información! ¡Dímelo ya!-

-¡Auch!- exclamó Elisa al pegar su espalda contra la pared.

En ese momento Sara entró a la habitación y me empujó para separarme de la chica.

-¡Qué crees que haces? ¡Te has vuelto loca? ¡No le pongas una mano encima!-

-¡Sara debes decirle que me cuente lo que le estoy pidiendo!- refunfuñe.

-¿De qué hablas?- me preguntó la morena mientras comprobaba si Elisa estaba bien.

-¡Ella sabe porqué Ana se priva de dejar a Ruth!-

Mi mejor amiga me miró con los ojos desorbitados y me dijo furiosa:

-¡No me interesa en que locura andas con Ana! ¡No tienes ningún derecho de tratar así a Elisa!-

-Es que ustedes tienen razón, Ana debería irse conmigo y dejar a esa horrible mujer ¡No entiendo porqué sigue con ella! ¡No lo entiendo! ¡Y necesito entenderlo! ¡Me esta volviendo loca!-

-¡No pretendas utilizar de excusa lo que Lucia y yo te preguntamos! ¡Ni uses tus frustraciones para justificar tu comportamiento y el escándalo que estas ocasionando!- respire profundamente para detener la discusión allí.

-Es porque Ruth intento suicidarse- escuche decir a Elisa. 

-¿Qué?- pregunte.

-¿Disculpa?- dijo por su parte Sara.

-Hace tiempo Ana quiso terminar la relación y cuando Ruth la vio recogiendo sus cosas tomó un cuchillo de la cocina y se lo clavó a si misma en el estómago. Gracias a que Ana es doctora pudo controlar la hemorragia mientras llegaba la ambulancia y la trasladaron al hospital. Ana no pudo dejarla luego de eso, le da miedo que se haga daño, se siente responsable y no pudo contarle a nadie, ¡Ni a sus padres! y tuvo que alejarse de sus amigas para mantener tranquila a Ruth-

Sara se cubrió la boca con ambas manos, mientras que yo, cuando escuche aquello, sentí que mi corazón cayo hasta el suelo y luego fue impulsado hacia arriba por lava ardiente de cólera que irrumpió en mi cabeza.

-¡Es la estupidez más grande que he escuchado en mi vida!- exclamé y me largue de allí.

-¡Mariana! ¡Mariana! ¡Dónde vas? ¡Ten cuidado por favor!- le grito la morena a mi espalda.

Pasa que cuando estas muy enojada el corazón late con más fuerza y toda esa sangre va pasando tan rápido por tu mente que la calienta y se enturbia tu visión. Te lleva a ponerte como un toro loco, de esos de lidia cuando están a punto de morir asqueados y dolidos por su suerte. Luego un gran pesar te invade y te sientes agotada, enferma y anciana. Es allí cuando tu sistema baja la velocidad porque identifica que debe relajarse o colapsara.

En ese momento alcancé las afueras del centro de arte, suspire y seguí caminando esta vez con mis manos dentro de los bolsillos. 

Saber que Ana se dejaba manipular por magna tontería me decepcionaba y hacia aborrecerla. Ana... una chica dulce, inteligente, honesta, buena, cariñosa. Tímida, introvertida, reservada, insegura. ¿Por qué la amaba tanto? ¿Como podría yo amar a alguien que tenía características que me hacían devolver la hiel? Supongo que era lo suave que se veía su piel, la sonrisa modesta que siempre me regalaba, sus anécdotas plagadas de datos que no tenia idea en que momento los aprendía, su integridad y el amor que le veía rebosar al mundo. Y ahora que lo pensaba, esa timidez y esa inseguridad que cuando la descubría invadida por ella me impulsaba el deseo de abrazarla, besarla, de protegerla y hacerle ver que no había nada que temer. 

Era tonta, la vida siempre tendrá momentos terribles, y esos momentos nada se comparan con pasar el ridículo, ser mal vistos o criticados. Los momentos terribles de la vida son mucho más funestos,  te parten el alma, el corazón, incluso la piel. No el orgullo, ni el autoestima. 

Realmente me parecía extraño que me sedujeran los defectos de Ana. Probablemente eso esta involucrado con algún trastorno psicológico que sufro, pero ¿Qué más da? yo la amaba.
 
Si Ruth quería acabar con su vida cuando Ana la dejara, era perfectamente libre de hacerlo ¿Es su vida no? Ana no debería sentirse responsable de eso, repito ¡Es una estupidez!. Entonces saltaron a mi mente sus palabras: "Jamás lo entenderías" "Hay cosas que no te preocuparían pero a mi si" "No pensamos igual" "No vemos el mundo igual". 

Ruth estaba demente si era capaz de clavarse un cuchillo en la panza, y cualquiera podría pensar que si era capaz de hacérselo a si misma bien podría apuñalar a otra persona. Ese último pensamiento me asustó. ¿Qué tal si hubiese regresado de Europa y las chicas me contaran que Ana había sido asesinada por su pareja hace años? Creo que habría sufrido un colapso, creo que hubiese buscado a Ruth y terminado con su existencia con mis propias manos ¡Y al carajo las consecuencias!.

Cuando mis pies pararon me di cuenta que era el final de la tarde y estaba cansada y hambrienta. Cerca de allí observe a unos chicos vendiendo hamburguesas y decidí comprarme una. Después de comer camine dos cuadras y me cruce con una tienda donde adquirí cigarrillos y una botella de vodka. Al salir de la tienda llevaba rato de haber anochecido, me dirigí hacia una plaza cercana y me senté en una de las banquetas, posteriormente abrí el vodka y comencé a ingerir licor mientras miraba aquí y allá.

Era una plaza solitaria, un poco descuidada, con el césped crecido y los asientos oxidados, incluso habían arrancado el busto del monumento central y dibujado grafitis alrededor. Nunca había estado allí pero el trafico se hallaba lejos y podía escuchar a los grillos. Esa plaza, el vodka y los cigarrillos ayudarían a relajarme. 

Luego de media hora entre trago y trago se me acercó un indigente. Era un señor mayor, de baja estatura, tenia la piel bronceada, cabello y barba blanca, ojos café y destilaba un poderoso olor a suciedad. Vestía zapatos  desgastados de cuero negro, pantalón azul, chaleco marrón sobre una camisa blanca percudida, corbata naranja, una cachucha de Good Year cubría su cabeza, llevaba en la espalda un pequeño y deteriorado morral y en su mano izquierda un saco repleto de revistas.

-Buenas noches señorita, ¿Tiene algunas monedas que me obsequie?-

-¿Para que las usaría?- pregunté.

-Para comprar vodka- respondió y luego sonrió mostrando unos cuantos dientes ausentes. Yo reí y le dije:

-A mi madre le agradan las personas sinceras-

-La sinceridad es un poco de lo que aún me queda- respondió. 

-¿Por qué no me pide mi botella? Es de vodka- le pregunte al hombre. 

-No quiero importunarle- yo tome la botella y se la ofrecí, el hombre dudo unos instantes y la recibió. Tomo un gran trago y luego me dijo:

-¿Puedo?- refiriéndose si podía sentarse a mi lado, yo asentí y saque un cigarrillo y el encendedor. 

-¿Gusta?- le pregunté y me dijo que no fumaba.

-¿Qué hace una chica como usted en un lugar como este?- preguntó. 

-Me pareció agradable sentarme por aquí a tomar vodka ¿Y usted?-

-Duermo en aquel callejón, por ahora- me dijo señalando diagonal a donde nos encontrábamos luego tomó más licor.

-¿Desde cuando vive en la calle?-

-Hace 30 años me parece-

-¿Y que pasó antes de eso?-

-Me escape de un psiquiátrico-

-¿Y que hacia ahí?- 

-Mis amigos me ingresaron porque solía obsesionarme con el tema de los visitantes de otros mundos-

-Eso no fue muy amable, ¿Es horrible estar en un psiquiátrico?- 

-Si, todos piensan que cada cosa que dices o haces esta impulsado por la locura. No se puede ser uno mismo- 

-Entonces el mundo debe ser un psiquiátrico gigante porque no se puede ser uno mismo en ningún lado- le dije botando una bocanada de humo. El indigente rió.

-Es cierto- dijo y continuo tomando. 

-¿No extraña una cama cálida y una casa limpia?- le pregunté. 

-Ya se me olvido como es tener eso- seguí fumando en silencio y él tomando, al rato le pregunté.

-¿Es feliz?-

-Cuando pruebo una buena bebida, consigo un sándwich y duermo durante toda la noche lo soy-

-Puedo conseguir para usted una casa y asegurar sus tres comidas para siempre, soy algo así como millonaria- le explique. 

-¿Por qué harías eso?- preguntó.

-¿Para que tener tanto dinero guardado en el banco?- le dije. 

-Para que los políticos se lo lleven poco a poco con sus impuestos- me respondio con audacia, ambos reímos. Luego continuo: 

-No necesito una casa y tres comidas, yo mismo puedo conseguir eso, pero no negaré  que seria agradable ducharme alguna vez en algo diferente a una alcantarilla-

Mi cigarro se había agotado por lo que apague lo que quedaba y lo lance al cubo de basura que estaba junto a nosotros.

-Si es lo que desea- respondí seguidamente, entonces requise mis bolsillos y no encontré nada que me sirviera para dejar mi dirección. 

-¿Tendrá lápiz y papel?- pregunte sin mucha esperanza. 

El indigente metió la mano en su saco y me entregó una pequeña libreta y un lapicero. Yo sonreí y anote la dirección del centro y mi nombre. 

-Puede buscarme allí por lo que sea que necesite-

-Gracias chica, mi nombre es Guillermo- me dijo y estiro su mano presentándose.

-El mio Mariana- yo le estreche la suya.

Luego me acercó la botella de vodka.

-¿Deseas un poco más?- preguntó. 

-No gracias, fue suficiente para mi-

-¿Es por que hace años no me lavo los dientes?- se atrevió a adivinar, yo reí.

-Exacto-

-También eres sincera, tu madre debe estar orgullosa- sonreí por el halago, luego me despedí de Guillermo para marcharme a casa, ya me sentía mejor.

Salí de la plaza y miré alrededor, como había dejado mi camioneta en el centro de arte tenía que tomar un taxi, pero para llegar hasta una calle transcurrida debía caminar unas cuantas cuadras. 

Al andar por la segunda acera escuche unos pasos tras de mi. Voltee a ver y una persona corpulenta venia unos ocho metros detrás. El lugar estaba lleno de árboles, estos cubrían la luz de los faros de la calle haciendo todo mucho más oscuro e imposibilitando que contemplara el rostro de mi acompañante. Decidí cruzar hacia la acera de la izquierda inquietándome un poco  porque la persona corpulenta también cruzo. No quise ser  paranoica y trate de relajarme. Al alcanzar la cuarta cuadra acelere el paso y note que quien venia detrás también lo aceleró. Luego reduje la velocidad de mi andar esperando que por fin me pasara y siguiera su camino, me perturbaba sentir esa presencia tras de mi. Sin embargo, esa persona volvió a imitarme redujendo esta vez la velocidad de sus pasos. 

Finalmente me harté de la situación por lo que me detuve y el misterioso persecutor me alcanzó.

-¿Qué quieres?- le pregunté.


-Que demos un paseo cariño-  respondió. Al escuchar su voz me di cuenta que se trataba de una mujer, no pude evitar reír ¿Quería ligar?, no era una manera muy apropiada de hacerlo.


-No gracias, me voy a casa- respondí y reanude la marcha, la mujer enorme continuo siguiéndome esta vez con pasos más rápidos. 


No lo pude evitar, el pánico se apodero de mi y salí corriendo muy rápido, la mujer corpulenta hizo lo mismo y cuando llegue a la siguiente esquina una camioneta se atravesó haciendo que me detuviera de tajo. ¡Estuvo a un segundo de atropellarme! entonces la perseguidora me tomó del hombro y doblo mi brazo haciéndome una llave que me inmovilizó. Trate de zafarme pero ella tenia mucha fuerza, el corazón me latía como loco. 


Luego el vidrio de la ventanilla del copiloto bajo revelando a una mujer cuyo rostro parecia estirado por la cola de caballo que usaba en su cabello. 


-Tranquila Mariana, solo quiero charlar- se trataba de Ruth.  


En ese momento la puerta trasera de la camioneta se abrió y mi captora me introdujo dentro.


jueves, 15 de diciembre de 2016

Historia 1 parte 2 -Capitulo 31-

El maestro de ceremonias anunció que la próxima conferencista era una joven artista que había contribuido  con el desarrollo del arte nacional al ser la creadora y directora de un centro donde se le daba oportunidad de educación y participación a todo aquel que sintiera la necesidad de manifestar el hilo de sus pensamientos mediante la fotografía, la pintura, la escultura, artes musicales, lingüísticas o escénicas.

Se escucharon aplausos por parte del público, un público de aproximadamente trescientas personas que me hicieron sentir temblorosa.

El escenario estaba oscuro, los tacones que calzaba retumbaron en la madera lustrosa mientras concentraba mi atención en el subir y bajar de mi respiración para tratar de olvidar la situación en la que me hallaba.

Finalmente había aceptado el reto de dar un discurso por la celebración del aniversario del instituto nacional de arte y cultura. Me había dedicado a escribirlo durante quince días y lo daría en ese momento previa revisión de mis mejores amigas. 

"Buenos días,

Quiero agradecer al INAC por otorgarme el honor de participar en estas actividades. Saludo a todos los miembros de su directiva, personal administrativo, obrero y al público en general presente"

Recibí aplausos y tenía la garganta seca pero no podía atorarme apenas comenzando.

"Me pidieron que les hablara sobre mi experiencia en el mundo artístico de modo que sirviera de inspiración a los más jóvenes. Eso me hizo sentir que tenía unos 50 años" 

Los presentes rieron un poco.

"Les respondí: No tengo muchos años de experiencia en el tema, pero haré mi mayor esfuerzo"

Desvíe la mirada a la primera fila del público y pude vislumbrar el rostro de Lucia animándome a continuar.

"Durante mi niñez no mostré alguna intención o habilidad que indicara que mi futuro estaría tejido con el mundo del arte. No era muy aplicada en los estudios y alcanzaba las expectativas solo por aprobar. Incluso si evalúo la educación artística que tuve, recuerdo una frase inspiradora durante la primaria, un trabajo fastidioso que terminé a última hora durante la secundaria y una obra de teatro casi al final de mi educación diversificada. 

La frase inspiradora de la que hablo fue la siguiente: "Si el artista desea pintar un árbol  violeta poco deben criticarlo pues es arte y el arte es una expresión libre" No es muy inspiradora realmente, y fue lo mejor que la educación primaria me dio" 

Nuevamente se escucharon risas en el público.

"El trabajo fastidioso que termine a contratiempo trataba sobre imitar once grandes obras del mundo del arte. Las hice a última hora y todas me quedaron horrendas"

Más risas.

"El contacto final que tuve con el arte fue en una obra de teatro sobre Romeo  y Julieta donde en una escena de 15 segundos interprete a una de las sirvientes que llevaba una bandeja de copas a la gran fiesta" 

El público esa vez estalló en risas. Incluso yo también reí. 

"Se lo que se están preguntando ¿Como terminó esta chica con un pincel en la mano? Yo también me lo pregunto a veces. 

Verán, es tan literal como una tarde venia caminando y el arte me llamó. Gracias a que me he caracterizado por seguir cuanta locura se me presenta, fui tras él y ahí comenzó todo. 

Alguna vez me mencionaron que seguir cuanta locura se presenta es propio del alma de un artista.
Seguí entonces el llamado del arte y comencé a pasar la totalidad de mi tiempo junto a grandes pintores. Que aunque no son reconocidos por nadie y quizás nunca lo sean, fueron mis maestros, mis guías y quienes transformaron mi vida.

Hay una frase de una canción de rock en español que dice "Rodeate de sabios y algo en ti se quedara" y así fue. Aquellos artistas tuvieron la amabilidad de transmitir su sabiduría durante todo el tiempo que pase con ellos. Sombras, lineas, técnicas, colores... me hablaron de todo lo que se les ocurrió hablarme. 

En esos momentos estaba pasando por una temporada muy fúnebre en mi vida, gracias al arte todo fue más llevadero y pude dejar fluir la negatividad que había en mi en oleos que algunos catalogaron de aceptables y buenos. 

Lo que quiero enseñarle a los que apenas comienzan o aún no se atreven con el arte, es que a veces podemos sentirnos perdidos, deprimidos  y luego ocurre algo inesperado, como que el arte nos salve la vida. No olviden nunca escuchar los llamados y seguir las oportunidades"

Recibí aplausos. 

"Pero no es solo esto de lo que les quiero hablar. La historia continua. 

Una vez que te descubres como artista y comienzas a sentirte pleno y feliz, la vida se encargara de hacerte  miserable nuevamente. No quiero asustarlos, pero si comentarles que puedes ser un talentoso artista y no tener posibilidad de pagar las cuentas. Muchos artistas que son famosos hoy en día, cuyas obras se cotizan en millonarias sumas de dinero, están muertos y fueron pobres mientras vivían. 

Para ninguno de nosotros es un secreto que el dinero es el personaje protagónico del mundo. Puedes detestarlo, criticarlo, hacer campañas en su contra y el siempre seguirá mandando. 

Por esa razón es que en mi educación escolar, básica y diversificada no recibí educación artística y el enfoque con "valor" fue la lectura y las matemáticas. 

¿Imaginen cuantos artistas en potencia están contando montones de dinero que no les pertenece y redactando documentos que nada tienen que ver con su vida? Todo porque la educación enterró el don con el que habían nacido. 

El dinero es tan canalla que simplifica todas las actividades humanas cuando en cada una de ellas puedes crear arte. 

¿Quien puede demostrar con argumentos sensatos que un albañil, un ingeniero, un médico o un contador no hacen arte? 

El arte es un concepto ambiguo, puede ser definido generalmente como la utilización de la materia por parte del ser humano para crear formas que nuestra especie cataloga bellas. Personalmente agregaría que nuestros deseos de crear formas bellas es impulsado por la pasión, y la pasión puede verse estallando en los ojos de las personas cuando están embriagados por ella. 

¿Acaso a un maestro no le estalla la pasión en los ojos cuando contempla a un estudiante problemático con talento innato para las matemáticas?

¿Acaso no puedes descubrir esa misma explosión en los ojos de un chef cuando se encuentra con una trufa blanca en un paseo casual por el campo? 

¿O que tal un administrador cuando consigue crear un plan para encaminar una empresa que esta sumida en el desastre? 

Todos ellos tienen en común con los artistas que se percatan del potencial que hay en una pequeña parte de la materia del universo y se las ingenian para  transformarlo en cosas aún más bellas. 

Debemos darnos cuenta del grandioso papel que podemos desarrollar en el mundo, y me refiero a todos, desde donde sea. Por eso detesto que los artistas se crean superiores al resto y detesto que el resto se crea superiores a los artistas.  Solo contribuimos al reinado del dinero. Y no le hace ninguna falta más poder. 

Si un ser humano se encuentra quejumbroso y se topa con un un chico cantando a la par que toca su guitarra, con un titiritero o con una pintura hermosa, indudablemente se sentirá más animado. Y la estética de ese momento quedará para siempre en su memoria.  

En la memoria no queda tan claro el monto de nuestra cuenta de ahorros de noviembre del año pasado. Pero sí cuando en agosto caminabas por una plaza y te cruzaste con la escultura de un hombre atravesando otra dimensión. 

Así de grandioso es el arte. Para eso existe, para enaltecer el alma de los seres humanos. Nuestra especie ama la estética mucho más de lo que ama el dinero. Incluso uno de los fines de tener dinero es hacer estético tu propio cuerpo y tus alrededores. 

Nunca olvidemos el papel fundamental que los artistas cumplimos en el mundo.

Por estas razones creé el centro de arte, para impartir educación, para tomar esos dones, escudriñarlos, ponerlos a trabajar y llevarlos fuera de los limites. 

Si quieres ser artista visitanos, si no quieres ser artista visitanos, si estas feliz visitanos y si estas desdichado por favor visitanos aún más. 

El mundo es suficientemente tétrico, trabajemos juntos para hacerlo más hermoso, pienso con firmeza que es la razón de poseer este don. 

Muchas gracias" 

Me aleje del podio rodeada por el sonido de los aplausos. Unas chicas de protocolo se acercaron y me entregaron una placa. El maestro de ceremonias volvió a tomar el micrófono y les comento a los presentes que el instituto estaba muy feliz por mi participación y podrían ver mis obras en la sección E de la exposición de oleos. 

Baje entonces del escenario y Sara y Lucia me recibieron alegres, llenándome de besos, abrazos y felicitaciones. 

Después de eso nos sentamos a escuchar las otras participaciones y posterior a aquello nos unimos a la fiesta. 

En cierto momento me hallaba solitaria contemplado todo y tomando un coctel cuando se me acercó la rubia francamente emocionada. 

-¡Mariana!- me dijo al estar cerca de mi casi sin aliento. 

-¿Que ocurre?- le pregunte sonriente. 

-¿Ves aquellas chicas de protocolo?- me dijo casi en el oído y yo voltee en todas direcciones tratando de ubicarlas. 

-¿Las que están junto a los bocadillos?- 

-¡Siiii! ¿No son hermosas?- 

-Si, muy hermosas- le reconocí. 

-Le pedí el número a la morena para salir luego y me pidió que consiguiera una chica para su amiga y ¡te ofrecí a ti!- 

-¿Ah si?- 

-¡Siii! ¿No te parece fantástico?- 

-No, no quiero salir con esa chica- 

-¡Por qué no?-

-No me apetece- 

-¿Es porque quieres a la morena? No puedo ayudarte en eso, ¡Yo la vi primero!- 

-No es eso, simplemente no me apetece salir- Lucia me miro con ojos desorbitados, como si no entendiera lo que le estaba diciendo. 

-¡Sara!- llamo a todo pulmón a nuestra amiga quien pasaba cerca en ese momento. 

-No grites Lucia, van a pensar que no tienes modales- la reprendió la morena. 

-¡Sara! ¡Sara! ¡Sara! ¿Ves esas chicas de protocolo?- 

-¿Las que están junto a la mesa de bocadillos?- 

-¡Siii! ¿Verdad que son hermosas?- 

-Si. Supongo que si- 

-Conseguí sus números y una invitación a salir y ¡Mariana no quiere acompañarme!-

-¿Hablas de una cita doble?- pregunto Sara. 

-¡Exacto!- 

-Es que Mariana tiene novia- respondió la morena de manera resuelta. 

-¿Qué?- yo reí. 

-Hace tiempo tiene novia- 

-¿Por qué no me había enterado?- pregunto Lucia dolida mientras colocaba con dramatismo su mano cerca del corazón. 

-¡No ha querido contarme nada!- 

-¿Por qué asumes que tengo novia?- intervine. 

-Desapareces, ya no quieres salir con otras chicas, además Raúl te vio desayunando con una- 

-¿Y qué? Puedo estar en lugares que nadie conozca y también puedo desayunar con cualquiera, cualquier día- 

-Se que tienes novia, no podrás convencerme de lo contrario- mientras me decía aquello me señalo con el dedo.

-¿Es Ana?- pregunto de pronto la rubia. Yo me atore con el coctel y me ataco la tos. 

-Eso es imposible- opino Sara. 

-Tiene que ser, Mariana no se haría novia de ninguna chica excepto de Ana- 

-Chicas, deberían dejar las especulaciones- recomendé al recuperar mi voz. 

-¡Claro! Por eso lo mantiene oculto- reflexiono Sara. 

-¡Porque Ana sigue con Ruth!- completó Lucia. 

"Demonios" pensé. 

En ese momento ambas amigas lanzaron sus miradas anhelantes sobre mi. 

-¿Desde cuando Mariana?- pregunto Lucia. 

-¡Están locas!- les dije y trate de marcharme. Pero me tomaron de las muñecas y me sentaron en una silla cercana. 

-Comienza a hablar- me recomendó Sara. 

-Se supone que no deben saber nada, se enojara conmigo si se entera- 

-¿Por qué?- pregunto Lucia. 

-Le da vergüenza- respondí. 

-¿Estar contigo?- pregunto Sara ofendida. 

-Obvio que no, le da vergüenza que nos enteremos que es infiel- le aclaró Lucia. 

-¿Cómo haces para soportar que duerma todas las noches con Ruth?- me pregunto la rubia. 

-¡Lucia! ¿Como le haces a la pobre esa pregunta?- le reprendió Sara. 

-Trato de no pensar en ello- acote. 

-¿Hace cuanto comenzó?- siguió ínterrogándome Lucia. 

-Unos cuatro meses- 

-¿Y como pasó?- 

-La busqué. La invite a salir...-

-Eso lo recuerdo- mencionó Sara. 

-Unas semanas después apareció, creo que solo quería que fuéramos amigas y simplemente paso- terminé. 

Lucia me miro sonriente y luego me abrazó. 

-¿Que ocurre?- 

-Ana solo seria infiel para estar contigo y tu solo tendrías una novia estable si se trata de ella-
-Quizás- respondí. 

-Es muy bonito, esas cosas no pasan a menudo- me dijo sin dejar de abrazarme. 

-Ven aquí Sara- le dijo a la morena estirando su brazo derecho para incluirla, y así nos quedamos unos momentos.  

-¿Por qué no esta aquí hoy?- preguntó Sara más tarde. 

-No lo se, nunca dijo que vendría-

El resto del día lo pasamos en el evento mirando obras, conversando, tomando y comiendo. 

Llegue a casa casi a las dos de la mañana, me quite la ropa y me lance a dormir. 

A mitad de mañana recibí una llamada que me despertó.

-¿Puedes decirle a tu vigilante que tienes novia y que me deje pasar cuando venga a verte?-

-Andamos un poco gruñonas el día de hoy-

-Lo siento, pase la noche de guardia y estoy molesta por no haber ido a verte- yo voltee mis ojos y colgué. Luego llame al vigilante y le pedí que dejara pasar a Ana. 

Un rato después llegó hasta mi habitación.

-Pensé que dormías en tu nueva habitación-

-Solo cuando estas conmigo- Ana me miro sonriente y se metió a la cama.

-Estas preciosa- me dijo acariciando bajo las sabanas mi cuerpo desnudo mientras besaba mis labios.

Al poco tiempo yo también la había despojado de su ropa y terminamos haciendo el amor.

Luego se acurrucó en mi pecho y yo seguí dándole besos.

-Estuvo genial tu discurso-

-¿Como lo sabes?-

-Esta en internet, lo busque y lo vi-

-Yo quería que asistieras-

-Lo se, yo también quería ir- me dijo lloriqueando. En las últimas dos semanas no habíamos podido vernos, no desde esa escapada que tuvo toda una noche y todo un día conmigo.

-¿Dónde has estado?-  

-Ruth se puso como loca por todo ese tiempo que estuve desaparecida la última vez que nos vimos-

-¿Que le dijiste?-

-Que estuve en casa de mis padres-

-¿Y te creyó?-

-No, porque fue a buscarme allá y tuve que decirle luego que estuve en casa de Lucia, y como no sabe donde vive ni tiene manera de comprobarlo accedió a creerlo-


-Quiero que la dejes y te quedes conmigo-

Cuando le dije aquello para Ana fue como si hubiese recibido la descarga de un rayo.

-¿Qué dices?- pregunte para que reaccionara.

-¿Por qué me pides eso justo ahora?- me dijo alejándose de mi abrazo y sentándose en la cama, yo la imite segundos después.

-No quiero que estés ocultándote de nadie, ni que faltes a los momentos importantes de mi vida o que pasar un día ó una noche contigo sea un golpe de suerte, un evento afortunado- Ana solo guardo silencio.

-Me has dicho que me amas, me has dicho que estar conmigo te da paz, me has dicho que eres feliz a mi lado ¿Pero no es suficiente?-

-¡Claro que si lo es!- replicó.

-¿Entonces que haces con ella?, si eres tan feliz como yo, Ruth solo nos esta estorbando-

-Mariana no te expreses así de ella-

-¿Por qué? Es la verdad, nos esta estorbando- repetí.

Ana levanto sus rodillas, las abrazo y se recostó sobre ellas.

-Sabia que tarde o temprano me pedirias eso, pero no puedo hacerlo de tajo-

-¿Por qué no?-

-No lo entenderías-

-Creo que he demostrado en reiteradas ocasiones que no soy estúpida-

-No creo que eres estúpida, solo que no vemos el mundo de la misma forma hay cosas que a ti no te preocuparían pero a mí si-

-¿A que te refieres?- luego se levanto de la cama y comenzó a ubicar la ropa que vestía cuando llego a visitarme.

-Creo que mejor me voy- esa decisión me hizo encolerizar.

-¿Y que pretendes que hagamos?-

-Que hablemos luego-

-¿Cuando decida olvidarlo porque te extrañe lo suficiente?- ella volteo y me miro a los ojos.

-No soy así Mariana-

-Estas en camino de ser así-

Ana suspiro y se dirigió al baño, yo me levante y me puse ropa de casa mientras salia. Cuando la tuve de frente nuevamente le dije:

-He tratado de hacerte entender durante todos estos años que somos tan libres como nos permitimos ser y tu continuas empeñada en esclavizarte a las cosas, a las personas y a las opiniones de los demás. Es una decisión sencilla, se trata de fijarte en quien realmente amas, con quien verdaderamente quieres estar y atreverte, e ir por ello. No quiero que vuelvas aquí si esa persona no soy yo. No me importa lo mucho que te amo y lo enamorada que estoy de ti. No quiero a una esclava, quiero a mi lado a una mujer que contemple libre- 

Durante el tiempo que estuve diciendo aquello, de los ojos de Ana brotaban lágrimas de esas gigantes y silenciosas que nacen y forman ríos en tu rostro sin que te des mucha cuenta de ello. 

Luego tomó su bolso y se marchó. 

No salí en todo el día o noche de la habitación, no comí, ni bebí nada. Fue la primera y última vez en mi vida que llore amargamente y sin descanso por una chica. 

Continuara... 

Capitulo 32