jueves, 16 de junio de 2016

Historia 1 parte 2 -Capitulo 9-

El martes en la mañana, después de observar cerca de quince minutos la vasija rusa, decidí ir a ver a Ana. 

Mariana León era una adulta, no la chiquilla de 15 años que se le hacia difícil hablarle con franqueza a la chica de la que estaba enamorada. Llame a Sara para averiguar donde trabajaba Ana y luego me aventure a encontrarla. 

Al llegar a su consultorio me sentí orgullosa de ella, era un lugar bonito, cómodo y moderno, además olía muy bien y las personas en su espera eran varias. Le comunique a la asistente quien era yo y lo que quería. Ella charlo un momento por teléfono con la Doctora Villegas y me pidió que esperara.

Tres horas después por fin pude pasar. Fue una larga espera, pero grata, había varios ancianos que estaban muy deseosos de charlar y me dedique a escucharlos con atención. 

Al entrar en el consultorio Ana me esperaba con cara de espantó, aunque lo trataba de fingir sonriendo.

-Mariana- me dijo al saludarme. 

-Ana- le respondí yo mientras me sentaba donde me indico. 

-Se porque estas aquí, ¡lamento mucho lo que hice!, ¡me sentí muy mal!- se destapo de pronto.

-¿Por qué no me lo dijiste?- le pregunte serena.

-No se presentaba el momento adecuado- me dijo nerviosa.

-¿Que tal en el ascensor?, ¿Mientras conducías hacia el hotel? o ¿Justo antes de besarnos?-

-No pude hacerlo-

-¿Por qué?-

-No quería que lo supieras-

-¿Por qué?-

-No lo se-

-Si lo sabes, dime ¿Por qué?-ella guardo silencio.

-Dime, ¡Dímelo!-

-¡Porque no quería decepcionarte!- me dijo desesperada por mi presión.

-¿Decepcionarme? ¿Por qué no me esperaste?-

-Si-

-Es normal que no me hayas esperado-

-¿Tu tampoco lo hiciste verdad?- me pregunto como niña.

-Ambas dejamos de creer en que volveríamos a vernos- le dije.

-¡Yo si te iba a esperar! ¡Te espere mucho tiempo! Mi familia insistió que buscara alguien más y yo no quería- me dijo. 

-Hasta que desististe-

-Yo no desistí, Ruth logro que yo quisiera estar de nuevo con alguien- si se puede morir y seguir con vida, yo morí en ese momento.

-¿La amas?- le pregunte, ella se quedo en silencio y me dijo luego:

-No quiero que ocurra de nuevo, tu y yo... no quiero lastimarla, ella ha sido muy buena conmigo-

-¿La amas?- insistí. 

-Si-

-¿Más que a mi?- nuevamente silencio.

-Dime- le rogué.  

-Son amores muy diferentes-


Esta vez fui yo quien guardo silencio. 

-Lo he pensado Mariana, creo que... es mejor así. Quizás por eso nunca se han dado las condiciones para que tu y yo...-

-Te voy a detener justo ahí, ten bonito día- luego me marché.


Busque el teléfono de la chica que era recepcionista en la academia donde trabajaba Sara. La llame, la invite a cenar y le compre vino caro.

Ella estaba dichosa y danzo para mi en la habitación mientras se quitaba la ropa, yo le di placer en la cama, en el balcón y dentro de la bañera. 

Desde que comencé a tener sexo, generar gemidos de placer en las chicas ha sido un alimento para mi espíritu.  

Hay algunas que tienen recato a la hora de gemir y otras que poco les importa que se entere el mundo entero lo que esta ocurriendo entre sus piernas. Los gemidos nacen desde la garganta o cerca al exterior, en la boca. Pueden escaparse entre unos labios apretados o mientras están entreabiertos. Es de los sonidos mas hermosos del universo, y lo mejor de todo, es que cesan por causa de un evento aún mejor, el orgasmo.

Las mujeres cuando tienen un orgasmo sonríen, se ven radiantes. Se sienten poderosas y seguras de sí mismas. La sensación post orgasmo es igual a un ser místico susurrando al oído de una mujer "el mundo es tuyo querida, ve por él" quedando ellas plenamente convencidas de eso.

Las mujeres adoran que les entreguen poder, por eso quien les da orgasmos es capaz de despertar sinceramente su afecto. He aprendido a ser respetuosa de ese hecho y por eso, luego del sexo, las abrazo por un período razonable de tiempo...


Cuando pude disponer de mi dinero contrate 37 personas para que repararan la casa de mi padre lo mas rápido posible. Albañiles, maestros de obra, jardineros, carpinteros, pintores, plomeros y decoradores fueron continuamente presionados por mi durante 4 semanas.

Luego seguí el paso dos, concretar una cita con la Licenciada Juana para conversar sobre mi nuevo proyecto. Logre vivir 5 años sin Ana, incluso a veces fui feliz. ¿Por qué no iba a poder ahora? Era rica, joven y poderosa. Podría como siempre tener la chica que quisiera... bueno, cualquier chica menos ella.

Continuara... 

Capitulo 10

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