jueves, 10 de septiembre de 2015

Historia 1 -Capitulo 16-

-Estábamos en la escuela haciendo revisión dental en los niños y llega este chico que es un completo patán con todos, y le dice a un niño que debe cepillarse más a menudo los dientes para que pueda encontrar novia en el futuro, el niño le responde que si eso es cierto ¿como hace él para encontrar novia? Jajajaja ¡Fue muy divertido! Fue uno de esos momentos en que todo se queda en silencio y escuchas lo que dicen en el rincón de la habitación… ¿Ana? ¿Me estas escuchando?-

-Si… que mal lo que paso…-
-¡No! Fue bueno que pasara, el karma se encarga de hacer justicia- 
-Que bueno amor- 
-¿Qué te ocurre?- me pregunto Isabel mirándome al rostro, estábamos en el asiento trasero de su camioneta, estacionadas en el mirador de la playa norte, allá íbamos a pasar el tiempo cuando queríamos estar solas. 
-Yo… solo quiero abrazarte- le dije y me acurruque entre su pecho y su brazo derecho. Ella aspiro el olor de mi cabello y me dio un beso en la frente. 
-Creo que algo te ocurre, pero si no quieres hablar de eso está bien- me dijo. 

Yo me sentía culpable, así que no aguante más y le dije:


-Te quiero- el rostro de la pelirroja se ilumino con alegría y me dio tres besos en los labios y me respondió:

-Yo también te quiero amor- 
-Creo que deberíamos ir a almorzar con mis padres- le dije seguidamente. 
-¿Me estás hablando en serio?- 
-Sí, ya tenemos dos meses juntas y creo que es hora de que te presente- 
-¿Entiendes que yo no puedo presentarte a los míos? ¿Verdad?- me dijo ella un poco preocupada.
-Sí, y no me importa, pero quiero que conozcas a mis padres, así que conduce hasta mi casa- 
-Como ordenes- dijo a manera de broma al abrir la puerta para sentarse en el asiento del piloto, yo la imite y tome mi asiento de copiloto. Luego mientras retrocedía me dijo:
-¿Podemos quedarnos esta noche en el apartamento de mi amigo? Hoy seguramente pasara la noche fuera- 
-Luego de ir a la presentación de Sara- le respondí como quien no quiere la cosa.
-¿Ah?- 
-Sí, es hora de que conozcas a mis amigas también- 
-¿En un día padres y amigas?- 
-Si- 
-¿Por qué?- 
-Porque es hora que las personas entiendan que estamos juntas, que te quiero y que soy feliz a tu lado, a tu lado… solo a tu lado- 
-Me gustaría que me explicaras que te ocurrió- me respondió Isabel. Yo no pude hacer más que guardar silencio. Luego de un rato le tome la mano, ella me miro, me sonrió, me la tomo devuelta y estuvimos así casi hasta llegar a nuestro destino. 

Cuando paramos fuera de mi hogar Isabel se veía inquieta, por lo que camine hasta ella y le tome la mano. Ella me miro con expresión de ¿estás segura de esto? Y yo le sonreí, le di un beso en la mejilla y le susurre “No estés nerviosa” 

Al entrar en casa se escuchaba que mis padres estaban en la cocina, cuando llegamos hasta allí, papá estaba diciendo algo a mi mamá en el oído y ella reía, luego lo empujo mientras el reía aun con más ganas. Yo aclare mi garganta para anunciar nuestra presencia y los dos voltearon en el acto. 

-¡Hola! ¿Qué tal?- le dijo mi padre a Isabel y se acerco para estrechar su mano, mi mamá lo hizo igual segundos después, luego le dijo:
-Eres la chica con la que sale Ana- 
-Ehhh si, un placer- le respondió Isabel ruborizada. 
-Es mi novia- acote seguidamente. 
-Muy hermosa- respondió mi mamá sonriente.
-Gracias- respondimos Isabel y yo al mismo tiempo y luego yo me reí. 
-Ana está muy orgullosa de tu belleza Isabel ¿Te quedaras a almorzar?- pregunto mi padre.
-Ehh Si, si no es molestia-
-¡Para nada! Vayan por allí y cuando esté lista la comida les avisaremos- nos dijo mi padre y volvió al mesón junto con mamá. 

Nos fuimos entonces y le mostré a Isabel mi cuarto, el jardín donde me escondía cuando era niña, el limonero al que mi hermana Victoria quiso subir hasta que se entero que era imposible cuando las espinas se le clavaron en las manos. La casa de muñecas que Elizabeth pidió a gritos tener, la casita del señor Mario el Jardinero. La biblioteca, la salita donde se sentaban todas las noches de semana mis padres tomados de las manos. El balcón con la mesa de ajedrez que nadie usaba y la enredadera de la pared por la que fácilmente se podía escalar hasta la ventana de mi cuarto. Finalmente terminamos en el sofá de la sala de televisión conversando, hasta que mis padres nos llamaron para almorzar. En ese momento emergieron de su cuarto las gemelas. Elizabeth se emociono al ver a Isabel y Victoria se mostró indiferente.

-Lamentamos que la comida sea tan sencilla, si Ana nos hubiese contado que te traería hoy, habría preparado algo especial- le comento mi madre a Isabel. 
-No se preocupe, la comida sencilla es mi favorita- le respondió Isabel de una manera encantadora, o yo la vi así porque me gusta mucho. 

Se trataba de milanesas al ajillo, puré de papas, ensalada cruda y jugo de limón. Además, mi padre anuncio que de postre habría helado.


-¿Cuéntanos a que te dedicas?- pregunto mi padre cuando comenzo a servir. 
-Estudio odontología- 
-Pero vas muy avanza ¿cierto? ¿Qué edad tienes?-
-¡Papá!- lo reprendí apenada. 
-¡Solo es curiosidad hija mía!- me respondió sonriendo. 
-No me molesta- me dijo Isabel y a continuación respondió -21- 
-Mmm ya ¿Deseas más aderezo en tu ensalada?- 

El resto del almuerzo fue un interrogatorio prolongado de ¿A que se dedican tus padres?, ¿Qué piensas hacer cuando termines la facultad?, ¿llevas tus notas al día?... temí que le preguntaran ¿Cuáles son tus intenciones con mi hija? ¿Habrá boda?... en cambio de eso decidieron contarles su historia de amor personal, en la cual, mi padre estaba tan enamorado de mi madre en la secundaria que cuando supo que ella ambicionaba estudiar psicología se esforzó para mejorar sus notas, y luego de pasar a ser un estudiante mediocre a uno brillante, logro seguirla hasta la universidad y posteriormente enamorarla y casarse con ella. 

Pensé que tal vez llevar a Isabel a mi casa por tanto rato no fue buena idea, pero la pelirroja se desenvolvió tan bien, que mi papá le ofreció un consultorio vacio que tenía junto al suyo para cuando ella se graduara. Al terminar el almuerzo me sentí aliviada. 

-Lamento el interrogatorio- le comente a Isabel. 
-No te preocupes, estoy tan sorprendida que respondí todo con gusto- 
-¿Sorprendida de que?-
-De los padres que tienes, de cómo te aceptan-
-Bueno eso no evita que pasar por ese interrogatorio fuera duro- insistí. –Me alegro de no tener que pasar por lo mismo- 
-No digas eso- me dijo ella y me tomo por el rostro y me beso. Ya estábamos junto a su camioneta, ella se iría para arreglarse y luego ir a la presentación de Sara. 
-¿A qué hora pasó por ti?- 
-A las cinco- 
-OK hermosa- me respondió, me dio un último beso y se fue. 


Sara estaba emocionada por su presentación y Lucia, Mariana y yo también. Sería la primera vez que le daban el protagónico de todo el espectáculo. En el afiche que usaron para la promoción del mismo, ella estaba justo en el medio, brillando entre todas las demás bailarinas de la academia. Me sentia verdaderamente muy feliz por ella. Por eso decidí para ese día alisar mi cabello, usar un vestido y tacones. Yo era una chica sencilla y Sara lo sabía, así que esperaba que ella notara que me esforcé en mi atuendo porque consideraba aquel evento como algo sumamente especial e importante. Aunque seguramente no se fijaría en eso, pues estaría primeramente muy nerviosa, y luego eufórica. Tal vez no la vería hasta después de terminado el espectáculo… 

Mis pensamientos banales fueron interrumpidos por Victoria, quien entro en mi habitación mientras me maquillaba. Creí que venía a decirme algo, sin embargo solo se sentó en la cama a mirar los alrededores, como me ignoraba, yo también la ignore. Pero al poco rato me sentí inquieta así que le dije:

-¿Necesitas algo?- 
-¿Vas a salir?- me pregunto. 
-Sara tiene una presentación, hoy será la estrella-
-Sí, que emocionante- me respondió con indiferencia y un poco de sarcasmo, tal vez estaba molesta porque Elizabeth iría a un concierto con sus amigas de la academia. Academia a la que Victoria había renunciado. 
-¿No extrañas bailar?- me aventure a preguntarle. 
-No, para nada- 
-¿Estás bien con sacudir solamente la cabellera con esa música que ahora escuchas?- 
-Perfectamente- 
-Pensé que te agradaba bailar, ahora te has vuelto un poco oscura- le comente, pues desde hace meses comenzó a vestir solo de negro y a llevar collares y pulseras con colmillos y púas. 
-Yo pensé que amabas a Mariana- cuando me dijo eso manche de rímel mi frente de la sorpresa que me llevé. Luego de limpiarme voltee a verla y ella me miraba con una ceja levantada y los brazos cruzados. 
-¿De dónde sacas eso? ¡Solo somos amigas!- 
-¿No quiso ser tu novia?- 
-¡No es eso! ¡Es que solo somos amigas!- 
-Está bien, si quieres desperdiciar energía mintiendo, está bien- luego se levanto y se fue, yo la seguí y le grite:
-¡No estoy mintiendo! ¡Sal de mi cuarto!- y lance la puerta tras ella. 

-¡Ana se buena con tus hermanas!- me grito mamá desde abajo. 


“Tonta mocosa que no entiende nada” pensé, posteriormente termine de maquillarme y aleje el suceso de mi mente. 

Continuara...
Capitulo 17

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