miércoles, 16 de septiembre de 2015

Historia 1 -Capitulo 17-

-Eres tremendamente hermosa- me dijo Isabel a la puerta de mi casa y me beso y me beso.
-Mi vida, ¡el maquillaje!- le dije riendo.
-Te puedes volver a maquillar- me respondió y siguió besándome. Cuando se apaciguo, limpie el desorden de sus labios con un pañuelo que llevaba en mi bolso y volví a colocarle labial y luego hice lo mismo conmigo.
-Ya te quiero volver a besar- me rogó.
-No, en la noche tendrás todos los besos que quieras. Ahora debemos ir por Lucia- le respondí con firmeza. 
-Está bien- me dijo con pesar y fuimos a su vehículo.

Cuando llegamos al edificio donde vivía Lucia, baje de la camioneta y la llame por el intercomunicador, al cabo de 10 minutos apareció por la puerta de salida y cuando subimos al carro, le presente a mi novia. 

-¡Es un enorme placer conocerte!- le dijo Lucia mientras le estrechaba la mano una y otra vez. Isabel me miro como diciendo ¿?
-Ella es una dramática natural- le aclare a la pelirroja. 
-¡No seas mala! ¡Mira que comenzare a contar secretos de ti!-
-¿Cómo cuales?- pregunto Isabel, yo sentí un vació en el estomago, pero aposte por la lealtad de mi amiga.
-De cómo no para nunca de hablar de ti…- le dijo Lucia con picardía. 
-¡Mejor vayámonos!- les dije y voltee el hombro de Isabel para que se sentara en posición de conducción. 

Fuimos entonces hasta la casa de Veruska, la nueva conquista de mi amiga. Era una chica típica, parecía que asistía al gimnasio. Nunca le preguntaba a Lucia donde conocía a las chicas con las que salía, eso tal vez era una falta de mi parte como amiga, por lo que decidí prestarle más atención a ese tema en el futuro.

-Deberíamos llevarle flores para obsequiarle a tu amiga Sara después de la presentación ¿No creen?- comento Isabel luego de recoger a Veruska. 
-¡Es una excelente idea!- opino Lucia emocionada. 

Encontramos una floristería luego de un rato, paramos y compramos un ramo de lirios que la encargada de la tienda arreglo con una cinta dorada. 

Al llegar entregamos las invitaciones y nos condujeron hasta nuestros asientos que estaban ubicados a unas 10 filas de la orquesta. El teatro era impresionante, yo nunca lo había visitado. En el exterior parecía la Acrópolis de Atenas y estaba sumamente iluminado, lo que hacía ver su arquitectura mucho más hermosa. En el interior, las butacas, la alfombra, y la cortina del escenario, eran de terciopelo rojo, todo el borde ajeno a la zona donde se desarrollaría el espectáculo estaba formado por 5 niveles de butacas separadas en salas privadas como en las que se sientan los aristócratas en las películas de época. 

-Te gustan este tipo de cosas ¿verdad?- me pregunto Isabel
-Sí, ¡mucho! ¿Por qué?- 
-Tu cabecita da vueltas como una lechuza- me dijo a modo de broma. Yo le saque la lengua y desvié mi vista hacia la orquesta. 

Eran aproximadamente 50 músicos, los hombres llevaban trajes y las mujeres vestidos, ambos negros. Se veían concentrados y a mi parecer muy interesantes. Una de las violinistas tendría 15 años, completamente impresionante a mi criterio, jamás podría hacer algo tan grandioso. 

Poco a poco se fue llenando la sala y cada vez eran más estridentes las conversaciones de las personas, pero afortunadamente en cuestión de 5 minutos, las luces se hicieron tenues, lo que anunciaba el inicio del ballet. 

El maestro de la orquesta se levanto y todo el público comenzó a aplaudir, luego de una reverencia se hizo el silencio, cuando finalmente se posiciono dio inicio la música, que era una introducción con tonos poderosos. Cuando se abrió el telón y la música paso a ser más suave, apareció en el escenario una pequeña aldea. 

Entro en escena un joven cazador, que traía un conejo de utilería muerto y unas flores rojas. Miraba, danzaba y gesticulaba con emoción hacia una casa, parecía que allí vivía alguien de quien estuviera enamorado. Colgó entonces el conejo en una esquina de la casa y coloco las flores en el pórtico. Al poco rato llego una mujer mayor que agradeció el conejo al joven y entro. El joven cazador regreso a su casa. 

Luego apareció un príncipe acompañado de un paje o quizás escudero. Vestían ambos ropas muy elegantes, nada que ver con el humilde cazador o la señora mayor que aparecieron antes. Este príncipe se disfrazo de humilde y le pidió a su acompañante que se ocultara. También demostraba devoción por la casa donde entro la señora mayor, y al poco tiempo toco la puerta y se escondió. 

De la casa salió Sara, se veía muy hermosa, mi corazón comenzó a latir muy fuerte, me sentía orgullosa, dichosa, emocionada de verla allí y de esa manera. Comenzó entonces a danzar por todo el escenario, su personaje era una chica muy dulce, muy alegre, parecía desbordar luz.

Luego de buscar por aquí y por allá, el príncipe disfrazado de humilde salió de su escondite y comenzó a cortejarla, ella al principio se negó, pero él era muy insistente. Finalmente cayó presa de sus encantos y ambos ejecutaron una danza que claramente simbolizaba el éxtasis del amor. 

Apareció en seguida el cazador y se quedo anonadado de ver al príncipe y a su chica juntos y felices, se acerco entonces a reclamar a Sara. Le explico con sus gestos y bailes que la amaba, pero ella no le correspondía, él le implora, y sin embargo ella lo rechazo de nuevo. Entonces el príncipe se interpone y el cazador saca su cuchillo, este lo empuja, pero el cazador se abalanza sobre él una vez más. El príncipe hace ademan de desenvainar una espada y cuando nota que ya no la carga se detiene y el cazador se impresiona ante el gesto de su adversario y huye. Parece reconocer algo. 

Posteriormente aparecen muchos más bailarines de ambos sexos e inicia una especie de fiesta. Sara y su amado danzan y danzan celebrando su gran amor, hasta que son interrumpidos por la señora mayor, quien parece ser la madre del personaje de Sara. Esta se preocupa por su hija y le advierte de lo que parecen espantos. Se lleva a Sara dentro de la casa y el príncipe se queda solo, luego aparece su paje y le advierte de algún peligro y este le ordena que le traiga su traje de príncipe y se marchan. 

El cazador entra de nuevo, encuentra la espada que olvido el príncipe y se la lleva a su casa, luego pasa por la aldea una princesa acompañada de su corte, los aldeanos salen a homenajearla, y entre ellos Sara, quien le dedica una danza muy hermosa. Al marcharse la princesa, el amado de Sara vuelve a aparecer y danzan enamorados un rato más. Pero el cazador desenmascara al príncipe, para luego hacer que regresen la princesa y su corte. El príncipe descubierto se excusa y termina marchándose con la dama. Sara al comprender el engaño realiza una danza muy triste y finalmente muere. 

Entonces la orquesta paro y todos comenzamos a aplaudir, pero no terminaba allí. Porque entraron en escena muchas bailarinas que semejaban espectros y la música dio inicio nuevamente. Entre ellas había una reina. Todas comenzaron a danzar alrededor de Sara y poco a poco se la llevaron a la oscuridad. 

Esta vez el telón se cerró y la orquesta ejecuto por un lapso de tiempo música suave, agradable y relajante. Mire entonces a Isabel y se había emocionado con la muerte de Sara. Por lo que me pareció adorable y le di un beso en la mejilla. Me quede pensando en ese momento que Sara había estado hasta ahora extraordinaria, ¿Qué pensaría Mariana?, por cierto, ¿Dónde estaba?, ¿Por qué no estaba allí? 

El telón volvió a abrirse y esta vez la escena ocurría en un campo santo, el príncipe estaba llevando flores a la tumba de Sara, parecía triste y arrepentido. Ejecuto una danza donde claramente se lamentaba por lo ocurrido. A continuación todo se ensombreció y aparecieron los espectros con las que partió Sara. Estos comenzaron a atacar al príncipe obligándolo a danzar sin descanso, mientras este les suplicaba perdón. 

Sara emergió entre ellas y trataba de defenderlo, pero los espectros le insistían que debían castigarlo. Ella a pesar de eso, seguía protegiéndolo. Los espectros danzaban tratando de alcanzarlo y Sara danzaba entre el príncipe y los espectros.

Logro entonces resguardarlo hasta el alba, ya que en ese momento las castigadoras comenzaron a esconderse, y conmovidas por los pocos deseos de la protagonista por tomar venganza, la despojaron de la oscuridad que le habían otorgado para luego partir. 

Sara y el príncipe ejecutaron una danza donde este le pedía perdón y ella se lo concedía, finalmente el príncipe se marcho en paz y Sara regreso placida a su tumba. Allí todo termino y el público estallo en aplausos mientras el telón se cerraba.

Al poco tiempo se abrió de nuevo el telón y todas las bailarinas y bailarines hicieron una reverencia, entre ellos la más aclamada fue Sara, que dio un paso al frente y el público se levanto y le dedico vítores. Yo sonreía de oreja a oreja al observar aquello, y aplaudí lo más fuerte que pude. 

Cuando finalizo todo, salimos y esperamos a nuestra amiga fuera de los vestidores, pasaron cerca de 15 minutos y la aplaudimos de nuevo y la abrazamos cuando llego ante nosotras. 

-¡Eso estuvo genial! ¡Genial, genial, genial!- le dijo Lucia mientras pegaba pequeños saltitos abrazándola. 
-¡Fue asombroso! ¡Increíble!- le dije al abrazarla y ella me sonrió.
-Un placer, ¡Felicitaciones!- le dijo Isabel estrechando su mano, luego le dio un beso en la mejilla y le entrego el ramo. 
-Muchas gracias por invitarnos, estuviste muy bien- le dijo Veruska y le estrecho la mano. 
-¡Gracias! ¡Me alegra que les haya gustado! Y gracias por las flores, están muy lindas- nos respondió y abrazo el ramo con cariño. 

En ese momento llego la madre de Sara acompañada por Mariana. 

-¡Estoy tan orgullosa!- le dijo su madre mientras la abrazaba con fuerza. Cuando la soltó corrían las lágrimas en ambas, luego Mariana la abrazo y le dijo algo en el oído, Sara lloro aun más y me impresione al ver que Mariana también sucumbió ante las lágrimas. 

Me distraje de la conmovedora escena en ese momento porque Isabel soltó mi mano y se alejaba de nosotras, la seguí y le pregunte:

-¿Dónde vas?- 
-Regresare pronto, voy al baño- me dijo de manera breve y siguió su camino sin mirar atrás.

Fue extraña aquella actitud, pero no podía seguirla, parecería loca, por lo que volví con el grupo. Mariana en ese momento comentaba sobre como se había impresionado de varios sucesos y todas reían de sus ocurrencias. 

-¡Bueno deberíamos llevar a la estrella a cenar!- opino Mariana finalmente. Todas estuvieron de acuerdo. 
-¿Dónde te gustaría ir?- le pregunto Lucia a Sara. 
-Al lugar de la Avenida 15-
-Pero solo venden pizza- le dijo Mariana.
-¡Sí! Sabes que me encanta la pizza- 
-¿Justamente hoy quieres pizza?- se cercioro Mariana. 
-Si- le respondió Sara sonriendo. 
-No tienes remedio… ¡está bien! hay que complacer a la estrella- 

Sara menciono que iría a cambiarse y su madre la acompaño. Lucia conversaba con su cita y yo pensaba en Isabel, que estaba tardando mucho. 

-Estas muy hermosa- me dijo Mariana cuando se acerco. 
-Gracias, tu también- le respondí sin darle importancia mientras continuaba mirando el pasillo por el que desapareció la pelirroja.
-Fue un lindo detalle el ramo para Sara, lastima no se me ocurrió- 
-Fue idea de Isabel, la novia de Ana- intervino Lucia, al acercarse a nosotras acompañada de Veruska.
-¿Y donde esta?- pregunto Mariana. 
-Sí, ¿Dónde está?- pregunto Lucia también. 

Yo no quería rebelar que Isabel enloqueció y salió corriendo al baño, así que me limite a responder que ya iría a buscarla. 

Cruce por el pasillo en que la vi desaparecer, este se encontraba solitario ya que casi no quedaba gente en el teatro. Halle la puerta del baño casi al final, aquel lugar era gigantesco. 

Empuje la puerta y la llame con duda ¿Isabel? Ella abrió la puerta de uno de los WC y me miro, parecía preocupada y asustada. 

-¿Qué te ocurre?- le pregunte al entrar. 
-Mi hermano estaba cerca de nosotras- me respondió, parecía a punto de llorar. 
-¿En serio? No me di cuenta-
-¡Si no lo conoces! ¡Cómo te vas a dar cuenta!- me respondió alterada.
-Está bien, cálmate- le respondí, me acerque a ella y le tome las manos. 
-Si estaba ya se debe haber ido, la mayoría de la gente se marcho- 
-Solo vayámonos ¿Si?- me rogó con los ojos llenos de lagrimas. No entendía porque se asustaba tanto, pero trataba de ser comprensiva. 
-A las chicas se les ocurrió ir por pizza, y cargamos a Lucia y su novia. No podemos irnos y dejarlas-
-No quiero ir a ningún lado- me respondió y se soltó de mis manos. Yo respire profundamente y trate de hacerla entrar en razón. 
-Vamos a un lugar lejos de aquí y muy sencillo, no creo que tu hermano vaya a llegar allí- ella no me respondió nada. 
-Por favor, solo tenemos que irnos de aquí y estarás segura, quiero que mis amigas conozcan lo divertida y encantadora que eres- 

La pelirroja respiro profundamente, limpio las lagrimas que no alcanzaron a salir de sus ojos y acepto mi petición con la condición que no nos tomáramos de la mano, así le podría decir a su hermano que solo éramos amigas si nos cruzábamos con él. Me molesto un poco eso, pero tenía que aceptar sus condiciones debido a que siempre conocí la realidad de su familia. Cuando íbamos de regreso por el pasillo, llegaron a mi mente los comentarios de Mariana sobre lo aburrido que era andar con chicas que estaban en el closet, como me comenzaba a sentir molesta hice el esfuerzo por apartarlos de mi cabeza. No quería por nada del mundo que Mariana y las demás se dieran cuenta de lo que estaba pasando. 

-¿Por qué tardaron tanto?- nos pregunto Lucia cuando llegamos de nuevo, junto a ellas ya se encontraba Sara lista para partir, al igual que su mamá.
-¡Eso no se pregunta Lucia!- la reprendió Sara. Yo la ame profundamente en ese momento, le compraría la pizza más grande del lugar. Ame también toda su existencia, porque siempre me sacaba de momentos incómodos. 

-Iremos con ustedes y Mariana llevara a Sara y su madre- nos informo Lucia luego de obedecer a Sara. 
-¡Hola! ¿Qué tal?- le dijo Mariana a Isabel y le extendió la mano para presentarse. Mi novia solo se limito a estrecharla fugazmente y decirle un tenue “Hola”, estaba más pendiente de mirar los alrededores, yo también eche un vistazo y no quedaba nadie por allí, la verdad estaba un poco paranoica, tal vez hasta lo había imaginado. 

-Vayámonos ya- les dije a todas y comencé a caminar a la salida. 

Afortunadamente durante el viaje a la pizería Lucia se concentro en cortejar a su chica y no nos atiborro de preguntas. Yo miraba a Isabel y ella se veía seria, preocupada y nerviosa. Continuamente miraba por el retrovisor. ¿Acaso pensaba que su hermano (que tal vez imaginó), nos seguía?

Llegamos al restaurante favorito de Sara y al entrar nos acomodaron una mesa donde pudiéramos sentarnos juntas, ya que éramos 7 personas en total. El lugar se hallaba casi vacío, solo había una familia integrada por padre, madre e hijo cenando. Cuando nos sentamos le pregunte a Isabel si se encontraba bien y me sonrió y me dijo que sí. A pesar de eso no se acerco a darme un beso como estaba yo acostumbrada.

Después de ordenar las pizzas, Sara comenzó a contarnos que su personaje se llamaba Giselle y que el ballet que interpreto era de origen Alemán. Los espectros que llevaron a Giselle a la oscuridad se llamaban Willis y no estaba segura si eran invención del autor o pertenecían a la mitología Nórdica, Mariana (que estaba sentada junto a mí y a Isabel) comento que los espectros después de Sara fueron su parte favorita. 

La cena transcurrió tranquila, aunque yo sufría por dentro al ver la apatía de Isabel, quien no charlo, no opino nada y cuando todas reían por algo ella se limitaba a sonreír. Además ni siquiera comió mucho, y se excuso diciendo que no tenía hambre cuando Lucia le pidió que comiera un poco más. 

-¿Ustedes son muy buena amigas verdad?- le pregunto la madre de Sara a Lucia y Veruska, quienes se estaban comportando descaradamente hacía rato. 
-Como hermanitas- respondió Mariana y comenzó a reír. Entonces Lucia se recato un poco más el resto de la cena. 
-Tu chica es callada y distraída- me dijo luego Mariana casi en un susurro. 
-No es así, solo que esta no es su noche- le respondí de manera cortante. 
-¿Qué te tiene de mal humor?- me pregunto calladamente. 
-¡Tus preguntas!- 
-Si solo he hecho una- 

Sara se aclaro la garganta y llamo la atención de Mariana, luego cuando esta la miro movió la cabeza en forma negativa. Por fortuna las demás no notaron nada, debido a que la madre de Sara se encontraba narrando la historia de una amiga muy querida que tuvo en la juventud. 

Al despedirnos Isabel le dijo a Sara que disfruto mucho la función y que esperaba que tuviera mucho éxito en el futuro, que ella pensaba que lograría ir a escenarios internacionales. Sus palabras hicieron a Sara sonrojar y yo me sentí complacida, al menos un punto para mi novia en toda la noche, aunque el ramo creo que también fue bueno. Me moría por preguntarle a las chicas su opinión sobre la pelirroja, espero fuera buena, y espero Mariana se sintiera muy ce… luego me sentí mal de pensar eso, y durante el viaje a casa de Lucia me invadió la culpa. 

Mi amiga bajo en su casa junto con Veruska, me pregunte si pensaba subir con ella hasta su casa, sus padres y hermanas seguramente estarían allí. 

-Lucia…- le dije. 
-¿Qué?- me pregunto al parar de reír cuando llevaba a su cita de la mano al interior del edificio. 
-¿Qué haces?- le pregunte preocupada. Ella como es mi amiga entendió a que me refería y de nuevo rió y con picardía coloco su dedo índice sobre sus labios insinuándome que le guardara el secreto. 
-¡No te preocupes!- me grito antes de cerrar la reja. 
-Está loca- le comente a Isabel. 
-¿Te importa si cancelamos lo de esta noche y te llevo a tu casa?- fue su respuesta. Yo me quede fría, y me sentí mal, incluso hasta sentí nauseas o mareo, fue una sensación extraña en mi corazón y mi estomago. 
-Me siento cansada y sin ánimos- acoto, antes de que yo pudiera responder. Yo no era una imbécil, así que lógicamente le diría que sí. 

Cuando llegamos a mi casa me quede en la camioneta un momento sin moverme, estaba decidiendo si expresarle mi descontento o no. Por mi mente y nuevamente por mi estomago pasaron muchas emociones difíciles de explicar, quizás podría mencionar ira, vergüenza, decepción, comprensión y tristeza. Sobre todo tristeza. Respire hondo para tratar de relajarme y sentí que Isabel me observaba, tal vez estaba pensando ¿Por qué rayos no se aleja de mi?

-Lo siento- me dijo, yo me sorprendí y voltee a verla, ella tomo mi mano y le dio un beso.
-Esto es difícil- le respondí. 
-Lo siento- me dijo de nuevo. 
-Si te quedas un rato- le dije, estaba siendo manipuladora, lo sé.
-¿Quieres sentarte atrás?- me sugirió, y yo le sonreí. 

Continuara...

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