miércoles, 8 de marzo de 2017

Historia 1 parte 2 -Capitulo 37-

Nunca me he sentido intimidada por los delincuentes. Si prestas atención, cuando te amenazan, puedes ver en sus ojos un profundo temor de que todo  salga mal. ¿Por qué debería entonces yo sentir miedo?.

La ciencia dice que hay seres humanos que en verdad nacen perturbados, estos tienen más posibilidades de convertirse en psicópatas. Sin embargo, tenemos la gran mayoría, a quienes le destrozaron la inocencia y se convierten desde muy corta edad en personas que atentan contra los derechos de los demás y de acuerdo a nuestro modelo de sociedad deben ser castigados. Los castigos en casi todo el mundo no sirven más que para perfeccionar su desprecio por el resto de las personas, afianzar sus lazos criminales y superarse a sí mismos en cuanto a actos malvados.

Es extremadamente difícil ser valiente si nos apuntan con un arma, si colocan un cuchillo cerca de un órgano vital o amenazan la vida de alguien a quien amas. A pesar de eso, ¿Quien no querría demostrarle a un delincuente que sientes pena de su comportamiento? eso lo dejaría desarmado al menos por unos instantes y seguramente afloraría ese pequeño e indefenso niño traumatizado que llevan por dentro.

La noche anterior al encuentro con Ruth no pude dormir. Los chicos me habían traído de la casa de Juana un expediente con toda la información de mi ahora peor enemiga.

Padre perdido, madre muerta, tía adicta. Durante la niñez vivió en barrios difíciles, estudio en escuelas sin recursos y terminó la educación básica de noche y a avanzada edad. Su primera detención fue a los 11 años por destrucción de obras públicas, el segundo arresto a los 13 por trafico de sustancias prohibidas. También la expulsaron varias veces de distintos colegios por pelearse, por destruir el vehículo de un maestro y por último, hurtar  una computadora.

A partir de ahí sus actividades fuera de la ley debieron ser más discretas, de profesionales. Solo señalaba un empleo como asistente administrativo en un bufete de abogados (casualmente con fama de defender a integrantes de la mafia), estudios universitarios nocturnos, finalmente el trabajo en el hospital central y sus sucesivos ascensos hasta el puesto de ostentaba hoy, jefa del departamento de compras.

Sus parejas, siempre mujeres de su entorno, excepto hace poco más de dos años cuando comenzó a relacionarse con  una doctora: Ana Villegas.

Luego estaba el expediente de Ana. 

Tenia información sobre sus padres y sus hermanas. A que se dedicaba cada uno y donde vivían. La universidad donde había estudiado Ana, incluso información de sus notas.

Ana había sido el segundo lugar en su promoción de pregrado, el expediente tenia una copia del papel que lo acreditaba. Estaba después la información de su postgrado, esta consistía en reportes de sus tutores donde se leían halagos como: "impresionante habilidad para diagnosticar", "desempeño impecable", "talento de cirujanos de mayor experiencia", "completa dedicación al trabajo". 

Seguí las fechas, seis meses luego de mi desaparición Ana se convirtió en una súper estrella. 

Sentí el corazón un poco roto, anteriormente me dedicaba a interrumpir los estudios de Ana persuadiéndola de que faltara a clases para estar conmigo, le decía: "No estudies tanto" "Siempre te quejas de que ese tema se te hace aburrido" "¡Salgamos!". Quizá que desapareciera fue lo mejor para ella. Incluso en la actualidad la distraía mucho mientras trabajaba, la sacaba del trabajo o iba a visitarla solo para tener encuentros breves conmigo que a mi parecer eran emocionantes. Me sentí tonta e inmadura al pensar en todo aquello y me llene de tanta vergüenza que cerré la carpeta.

Haría algo mejor y eso seria pintar.

Cuando me sentaba frente al lienzo era por alguna de estas dos razones: había llegado a mi mente una imagen que quería mostrar, o me sentía muy pesada o muy liviana y buscaba dejar ir ese sentimiento. 

Justo en ese momento me sentía muy pesada y estar así hacia que saliera de mi algún óleo oscuro y negativo, por lo que busqué transformarlo en una imagen que a cualquier pesimista pudiera hacer sentir mejor.
 
Decidí pintar un campo lleno de mariposas en el que finalmente apareció un gorila que las aplastaba con la palma de sus manos e iba dejando los cadáveres ensangrentados a un lado... Creo que no puedes forzar el arte.

Cerca del amanecer, en ese momento en que las aves inician su canto y hace más frío, logró dominarme el cansancio terminando con mi estado de consciencia sobre el sofá del taller donde pintaba. Desperté dos horas después iluminada. Cuando le conté a Rocky mi idea casi le da un infarto, estuvo en total desacuerdo conmigo, pero yo era la jefa y su deber era obedecerme.

Al final de la tarde me vestí elegante para el encuentro con Ruth y ordené a Rocky y los demás acompañantes que hicieran lo mismo, si mi enemiga se sentía humillada ante el poder y la riqueza, la haría padecer.

Nos trasladamos en cuatro autos de lujo del año. Dos de ellos permanecieron retirados, pero lo suficientemente cerca para intervenir por si requeríamos apoyo. Al llegar nos esperaba el pequeño auto azul de Ruth y la camioneta en la que me secuestraron.

Lucas, Julio y Juana bajaron del auto que nos acompañaba, luego los chicos se acercaron a nuestro auto y abrieron las puertas de Rocky y la mía.

A la par, otro hombre que nos acompañaba bajó de la parte delantera de nuestro auto, extendió una mesa plegable entre los bandos y se retiro para colocarse junto a Julio, que estaba junto a Rocky, yo a su lado y a mi izquierda se posiciono Lucas. Detrás de mi y Rocky se ubico Juana.

El cielo estaba crepuscular, el este pintado de azul y el oeste naranja. Ambos puntos cardinales a cada lado de nuestra ubicación. Me quite los lentes de sol que llevaba, Ruth me miraba con expresión de perspicacia, yo permanecí seria. 

-¡Mariana! ¡Mira que bien te vas recuperando de nuestro último encuentro!-  expresó y rió acompañada de sus robustas amigas que estaban cada una a su lado. La chica de ojos saltones probablemente se hallaba dentro de la camioneta.

-Vayamos al grano- fue mi respuesta y dirigí una señal a Rocky.

El abogado extendió una carpeta de documentos sobre la mesa.

-Verás, no negocio bajo condiciones de amenaza. Por eso lo que tienes ante ti es mi contra oferta, esta trata de un expediente que mi abogado armó con las pruebas suficientes de los delitos que cometes para condenarte de por vida- 

Ruth fue a replicar pero le hice una seña e inmediatamente cerró la boca. Reí por dentro.

-Pero, ¡soy millonaria y piadosa!. Como podrás adivinar me informé sobre tu vida, tu personalidad, lo que valoras, las aspiraciones que tienes, y a pesar de tus amenazas te tengo un obsequio- dirigí una segunda seña a Rocky, quien extrajo un cheque de su traje y se lo entregó a Ruth. Esta vez el tono de voz que le dedique fue de amenaza:

-Es una suma suficiente para que te pierdas para siempre de la vida de Ana, una persona como tú no merece estar a menos de 10 kilómetros de ella- 

No pude evitarlo, me encolerice recordando las palabras que le dedicó a mi chica cuando casi nos descubre en el cubículo del baño de aquel restaurante, imaginaba todas las cosas que le  pudo haber dicho anterior a ese momento a lo largo de dos años y me enojaba aún más. Ruth comenzó a reír nuevamente y me respondió enojada:

-Creo que no lo has entendido, ¡Bajo ninguna circunstancia ella acabara siendo tuya!- luego miró hacia la camioneta, posteriormente de aquel auto bajó Ana acompañada de la chica de ojos saltones. El suelo desapareció ante mis pies.

-¿Escuchaste eso amor? ¡Mariana quiere comprarte!-

Ruth estiro su brazo indicándole que se acercara y Ana la obedeció. Luego la abrazó  y le enseñó el cheque. Lucas y Julio se notaron tensos.

-Es una buena cantidad, ¿Verdad mi amor?- le dijo mirándola y le estampó un beso cerca de sus labios, yo sentí que me apretaron el estómago dos enormes manos.

-Quiero que sepas Mariana que anoche le conté a Ana que sabia sobre su infidelidad y ella logró contentarme con un casi perfecto oral- luego de decir aquello comenzó a reír por tercera vez. 

Ana miró hacia el suelo mientras que mi vista se nubló, quería descargar un arma sobre Ruth, la furia que experimente no ha tenido igual. Sorprendentemente la mano de Juana me tomó del brazo derecho haciéndome retroceder y me dijo casi al oído:

-No cedas Mariana, lo dice para provocarte-

Fue un antídoto, esa simple frase junto a ese gesto fue capaz de serenarme. Juana me aconsejaba como siempre lo había hecho en los negocios, sentí nostalgia y agradecimiento de que hiciera desaparecer la espantosa imagen que se había hecho mi mente después de lo que dijo Ruth.

-Evita que esto se ponga feo, toma el dinero y dejala en paz- le respondí lo más calmada posible. Ruth abrazó a Ana estrechamente y volvió a reír.

-¿Quien dice que ella no quiere estar conmigo?- preguntó y le estampó varios besos en los labios. Ana actuaba como una muñeca de trapo pequeña e inerte entre los brazos y besos de aquella mujer.

-Toma el dinero, es lo más conveniente para ti, se te agota el tiempo- le dijo Rocky con voz seria. Ruth soltó a Ana y sosteniéndola de la mano me dijo:

-¡Vaya, vaya! Mira cuantos amigos has traído Mariana- Luego dirigiéndose a Ana:

-Amor, ¿Sabias que esa hermosa mujer que esta detrás de Mariana es también su amante?- volviendo a salir de ella una risa forzada e irreverente. Ana me miró con una expresión destrozada y yo así me sentí. Le negué con mi cabeza pero ella prefirió volver a mirar el suelo. 

Fue entonces cuando el teléfono sonó, Ruth había perdido su oportunidad de sacar provecho. Todas las de su banda me miraron perplejas cuando me dedique a contestar y saludar al don.

-No, no ha querido comprender, quizás usted pueda hablar con ella- le dije al jefe de la mafia para luego extender el teléfono a Ruth.

-Es para ti- ella me miró furiosa, empujó a Ana de su lado, me arrancó el teléfono y se alejó un poco para conversar...

Las dos horas que estuve dormida soñé con mi padre. Estábamos en un campo lleno de mariposas, sentados uno al lado del otro.

-¿Que te preocupa hija?- me preguntó.

-Estoy consciente de lo peligroso que es este asunto, no dejo de pensar que todo saldrá mal-

-No confías en Hugo- me respondió afirmando algo de lo que estaba seguro.

-Dudo mucho que Ruth se sienta intimidada por lo que Rocky preparó- mi padre volteo a mirarme y me tomó por el hombro.

-Recuerda, tú eres una León, todo el mundo te conoce, sobre todo los que tienen dinero y poder, usa ese privilegio para tener la libertad de vivir como deseas-

Fue muy claro el mensaje, me sentí eufórica al despertar y luego de contárselo a Rocky partimos a visitar al don.

Había vivido en Italia, conocía un poco sobre como se manejaba "la mafia". En nuestro país son vistos como malhechores, en su país son más que todo patriarcas, hombres adinerados que procuran el bienestar de los suyos. Debes tratarlos con sumo respeto y si has de pedirle algo debes ofrecer a cambio tu disposición de ayudarlos cuando lo necesiten  para inspirar respeto de vuelta.

Me permitió pasar a verlo, afortunadamente se encontraba leyendo el periódico. Como dijo mi padre, no necesité presentarme, sabía exactamente quien era yo.

Le hable de Florencia, él me preguntó por el centro de arte. Después le comenté sobre Ana y él  de como se enamoró perdidamente una vez, pero la chica había muerto repentinamente. Luego le hable sobre el proceder de Ruth y como su comportamiento me había contrariado. Me dijo sentirse apenado y fue cuando me preguntó que podía hacer por mí. Le ofrecí mi amistad y como obsequio por ello 150 mil acciones en Farmacéuticas León. Él se mostró encantado e insistió en retribuir la ofensa que yo había recibido, le pedí que sugiriera a Ruth dejar ir a su mujer, quien era la Ana de mi historia.

El don se sorprendió y rió un buen rato. Me dijo que me llamaría poco después de la hora de reunión para concederme el favor que le había pedido si anterior a eso no habíamos logrado llegar a un acuerdo.

...Ruth estuvo conversando unos minutos con ese poderoso hombre, su espalda permaneció gacha, como perro humillado, obviamente le temía.

-Si, si mi don. No se preocupe- le decía. Cuando por fin se despidieron pateó su auto y arrojó mi teléfono al suelo "Genial ahora debo comprar otro" pensé.

Posterior a eso fue dominada por la actitud de un toro furioso y vociferó:

-¡Muy lista Mariana! ¡Muy lista! ¡Me dejaste sin nada y me acusaste con el don!- las venas de su cuello se veían palpitar. 

-Te advertimos que tomaras el dinero antes de que fuera demasiado tarde- le respondió Rocky.

Ruth gritó como águila enfurecida y sacó un arma que tenia detrás del pantalón.

-Ana, ven aquí- le dije rápidamente a mi chica, mientras Lucas, Julio y el otro acompañante nos cubrieron.

Las chicas de Ruth también sacaron sus armas y nos apuntaron.

Ruth movía el cañon de su pistola entre nosotros, dudosa, como tratando de decidir a quien volarle la cabeza.

-Ana, ¡Ven aquí!- le repetí dominada por la ansiedad que me producía el miedo de que le dispararan. Ella no me obedeció, en cambio se dirigió a   Ruth.

-Cariño, baja el arma, toma el cheque y vayamos a casa- le dijo con serenidad.

-¡No! ¡Si lo tomo se molestará!- le respondió Ruth refiriéndose al don.

-No lo sabrá, ninguno de nosotros se lo dirá, toma el cheque y vayamos a casa- repitió.

Note como Ruth comenzó a respirar con mas calma y bajar un poco el arma.

-Vayámonos cariño, ya es hora de cenar- le insistió Ana mientras Ruth iba cediendo.

La escena era sorprendente, aquella mujer actuaba como un animal peligroso que estaba siendo domado por las palabras amorosas y tranquilas que Ana le dedicaba. La doctora se atrevió luego a avanzar hacia Ruth poco a poco, cautelosa, hasta que estuvo cerca y le hizo guardar el arma. Le hablaba en voz baja tomándola por el rostro. Momentos después Ruth ordenó a sus chicas irse y me gritó:

-¡Si el cheque rebota juro que te lo haré pagar!-

Nuestros escoltas abandonaron su estado de tensión y Ana se dirigió hacia el puesto del piloto del auto azul.

-¡Ana!- la llamé.

-Vete a casa Mariana- me respondió sin mirarme. Ambos vehículos del bando enemigo se pusieron en marcha y se alejaron de nosotros dejándome con la sensación de haber regresado al principio de esta historia.

Continuara...

Capitulo 38

1 comentario:

  1. Yooooooooo laaaaaaaa matooooooooo
    Yo matoooooooo a la Anaaaaaaaaa si traiciona a mi Mariana :@

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