sábado, 14 de enero de 2017

Historia 1 parte 2 - Capitulo 35-

El cuarto día luego del incidente, me encontraba desayunando con Sara y Lucía. Estábamos recluidas en casa, pero lo habíamos disfrutado viendo películas, jugando cartas, conversando y pasando tiempo junto a la piscina.  Eran unas pequeñas vacaciones para mis amigas, mientras que por mi parte me sentía continuamente preocupada por mi madre y Ana, además esperaba ansiosamente los resultados de las averiguaciones de Rocky sobre como podríamos proceder con Ruth. 

Cerca del medio día apareció el abogado con un nuevo teléfono para mi y la información que esperaba. Pasamos a mi despacho a solas dejando atrás los rostros preocupados de Sara y Lucia. 

Inmediatamente encendí el nuevo teléfono y comencé a configurarlo.

-¿Y bien?- pregunte dejando el aparato a un lado mientras todo se instalaba.

-No podemos tocarla- fue su respuesta.
-¿Qué? ¡Cuatro días para decirme esto?- tome entonces la caja vacía del nuevo teléfono que estaba sobre la mesa y se la arrojé.

-Deja que te explique-

-Eres un idiota- respondí y nos sentamos, yo en el puesto de mi padre tras el escritorio y él al otro lado.

-Esta protegida por la mafia, pertenece a los más bajos escalafones, pero es un elemento que no deja de ser importante- me dijo.

-¿De qué hablas?- pregunte confundida.

-Trabaja en la administración de ese hospital, tiene un grupo de enfermeras y médicos que sin abrir la boca atienden a los hombres que resultan heridos en los enfrentamientos, también atienden a cualquiera que el jefe mande que sea recibido. A cambio, Ruth cuenta con la protección de la organización, supongo que puede hacer cumplir las amenazas que te hizo solo con pedírselo al don- 

-¿Y si la eliminamos?- propuse.

-Le quitaríamos al don un miembro que le resulta valiosa y eso no le gustara-

-¿Podemos pactar para que nos permita hacerlo?-

-Tendríamos que ofrecerle un trato muy jugoso y eso nos involucraría para siempre en asuntos de la mafia-
 
-¿Qué propones entonces? ¿Le entrego lo que pide y dejo a Ana a merced de esa psicópata?- Rocky se encogió de hombros, me mostró una media sonrisa y movió su cabeza en negación. 

-¿Como estas segura que esa chica no esta involucrada en todo esto?- 

-¡No me des excusas para echarte de aquí!- lo amenacé.

-Por ahora estamos de manos atadas- respondió obviando el comentario anterior. 

-Quiero que te mueras justo ahora- le dije. Él suspiro.

-Podrías denunciarla con la policía por la agresión que te hizo... agregamos un cargo por extorsión, tu serias víctima y no tendrías que ensuciarte las manos- dijo a la par que cuantificaba con los dedos y la vista al techo.

-No es suficiente, seria una psicópata tras de mi de por vida- Rocky guardo silencio y miro alrededor. 

 -Traeme a Juana- le dije.

-¿Qué? No te pareció suficiente  tormento...-

-No he terminado con ella aún y estoy segura que puede darnos más información- 

-O.K la traeré- respondió en tono conciliador luego se levantó y se fue. 

Tome de nuevo el teléfono que estaba casi listo. Ultimé los detalles y las chicas entraron en el despacho.

-¿Qué ocurre Mariana? ¿Qué te dijo el abogado?- me pregunto Sara un poco temerosa.

Yo me entretuve revisando el aparato entre mis manos, Ana había estado llamando y escribiendo los últimos cuatro días. El corazón se me aceleró y experimenté alegría y melancolía ¿Cómo era eso posible?.

-¿Mariana?- me llamo Lucia.

-No se preocupen chicas, me ocupare de todo- les dije sonriendo.

La morena y la rubia intercambiaron miradas de preocupación. Yo volví mi atención al teléfono.

"Hola, te extraño" decía el primer mensaje. 

"Aunque me creas una tonta, te amo" había escrito el día siguiente.

"Todas las noches sueño contigo, por favor dime algo" eso había sido todo. De ese día tenia dos mensajes de voz llenos de silencio.

Me moría por llamarla, por verla, ¿Pero qué iba a decirle? No debía ir a buscarla, no podía salir de casa y no quería tentar a Ruth a que la lastimara.

-¿Mariana?- volvió a llamarme Sara un rato después, ambas chicas continuaban en el despacho observándome.

-¿Qué les pasa?- pregunté.

-¿Qué tiene que ver Juana en lo que paso? Escuchamos a esos hombres panzones y robustos decir que mandaste a buscarla- me preguntó la morena. 

-Lo averiguare pronto- respondí tranquilamente.

-Das miedo con esa actitud de mafiosa- me dijo Lucia y no bromeaba, parecía asustada.

En ese momento tocaron la puerta, era la enfermera anunciando que la hora de limpiar mi herida había llegado.

Me levanté del escritorio y les dije:

-Chicas no se preocupen vayan al jardín trasero y relájense un poco, yo me encargare de todo-

Las conduje fuera del despacho y deje entrar a la enfermera. En ese momento uno de los hombres que cuidaba la casa pasaba por allí.

-Por favor cerciórate que permanezcan en el jardín trasero hasta que yo te lo indique... se amable- agregué.

-Si señorita- me respondió y fue tras mis amigas.

Regrese junto a la enfermera, me subí la camisa y me recosté al escritorio. Ella saco de su maletín algodón y una sustancia marrón oscuro, luego comenzó su labor con el entreceño fruncido muy concentrada. 

-¿Desde cuando eres enfermera?- 

-Hace cuatro años- respondió.

-¿Donde trabajas?- pregunté seguidamente. 

-Me he dedicado a trabajar a domicilio, con ancianos mayormente-

-¿Conoces a Ruth Morales?-

-No-

Después de eso me quede en silencio. Al terminar me dijo que volvería más tarde para darme el antibiótico.

Seguidamente entro Rocky en la habitación.

-Eso fue rápido- le comenté. 

Tras él venia Lucas quien traía por el brazo a Juana que estaba hecha un mar de lágrimas. La presentó ante mi y le hizo sentar con brusquedad frente al escritorio.

-Lucas- le dije, llamando su atención, él me miró.

-Es una dama-

-Lo siento-  Se disculpó y se ubicó en la esquina derecha del despacho, Rocky por su parte se sentó en un sillón que estaba en el lado izquierdo de la habitación. Juana seguía llorando amargamente, yo respiré.

-Tráele whisky- le pedí  a Lucas. El hombre salio de la habitación. Mientras tanto le dije a Rocky.

-Quiero que despidas a la enfermera- 

-¿Por qué?- me preguntó sorprendido.

-Págale sus servicios completos, pero despídela- Él me miro extrañado, sin embargo asintió obediente.

Lucas regreso en ese momento y entrego el vaso de whisky a Juana. Ella lo recibió y lo sostuvo entre sus manos, no me había mirado en todo el rato que estuvo ahí, tenia la cabeza gacha. 

-Toma tu trago, te necesito calmada- le ordené. Pocos momentos después me obedeció.

Cuando paso del llanto al gimoteo le extendí un trozo de servilleta que tenia conmigo.

-Mírame- le dije. Juana obedeció y me miro al rostro.

-Estas aquí porque te daré una única oportunidad que te expliques y me des toda la información que necesito para resolver este problema- ella asintió.

-Ahora cuéntame la historia de como Ruth se enteró de la existencia de mi madre- le pedí con seriedad. Juana trago grueso dos veces y comenzó a hablar:

-Estaba enojada contigo por como término nuestra relación- Rocky se cubrió el rostro con las manos en ese momento. 

-Te extrañaba mucho y cuando Sara me invito a su fiesta creí que lo había hecho porque tu se lo habías pedido, me arregle para ti, fuiste amable y lo notaste, halagaste mi apariencia y entonces pensé que tuve razón cuando creí que estaba allí por ti. Hasta que llegó esa chica.

La misma chica con la que te descubrí desayunando antes que me dejaras. Ella llegó a la fiesta y desaparecí para ti, no le quitaste los ojos de encima en toda la noche, me fui y ni siquiera lo notaste. Pero te esperé, esperé que salieras, estaba furiosa por haber sido ignorada, quería hacértelo saber. Saliste con esa chica y la otra, la joven, no podía creer tu descaro y cuando te vi besarla rompiste mi corazón- nuevamente comenzó a llorar. Sinceramente quede en estado de shock, ¿De nuevo esto? Y ¿Como rayos esa historia llegaría hasta donde estábamos?

-¿Que tiene eso que ver!- pregunte exasperada por su llanto.

-Decidí separarte de ella. Si ella era el problema entre tu y yo, lo solucionaría. Entonces mande a investigarla, supe que tenia esposa y pensé que seria una buena aliada.

Mande a investigar a su esposa y encontré mucha basura- Rocky se torno más atento a la historia de Juana.

-¿Qué encontraste?- preguntó el abogado.

-Toma dinero del presupuesto anual del hospital y maquilla facturas donde señala que compró insumos, las supuestas empresas a las que les compra están a nombre de miembros de su familia, son empresas de maletín, en realidad el dinero termina siendo suyo- no pude evitar sonreír de oreja a oreja cuando escuche aquello, Rocky se notaba eufórico. 

-¿Que más averiguaste?- pregunté.

-Utiliza el nombre del hospital para adquirir narcóticos que distribuye a traficantes que le venden a adictos de clase alta. Esta relacionada con la mafia y tiene toda una red de médicos y enfermeras que atiende a heridos de los enfrentamientos del crimen organizado, incluso hay quienes realizan cirugías plásticas en ambientes no apropiados y robo de órganos a niños y personas de la clase baja que sus familiares dan por desaparecidos- después de decir aquello guardo silencio. Me daba cuenta que clavarle un cuchillo en el cuerpo a una enemiga no era nada comparado con lo que era capaz de hacer Ruth. 

-¿Qué más sabes?- preguntó Rocky impaciente.

-Es todo lo que sé- respondió Juana.

Rocky y yo nos miramos. Él asintió indicándome que con esa información seria suficiente. 

-Ejem- se aclaró Lucas la garganta. Yo voltee a verlo y me dijo:

-Aún no ha respondido la pregunta que le hicieron- me recordó.

-Escuchaste a Lucas, continua ¿Qué hiciste luego de eso?-

-La busqué y le conté lo cornuda que era, le di toda la información que podía ser relevante sobre la amante de su pareja, le dije que sabia todo de los negocios que hacia y que se lo contaría a su esposa si no hacia que ustedes se separaran- respondió mirando al suelo.

-¿Dices que Ana ignora todo eso?- preguntó el abogado. Juana levantó la vista y volteo en dirección donde se encontraba Rocky.

-Si, no tiene idea- 

-¿O sea que no es parte de ese grupo de médicos satánicos?- insistió.

-Lo único que hacia era trabajar y verse con Mariana. La investigue por semanas tratando de encontrar algo  que me sirviera para hundirla, pero no hay nada- 

-Por supuesto que no hay nada ¡Es mejor persona que cualquiera de los que nos encontramos en esta habitación!- les dije furiosa.

-Lo siento Mariana, lo hice dolida, lo hice por amor- agregó finalmente Juana.

-¡Amor? ¡Mira lo que me hizo tu amor!- le grite poniéndome de pie, luego me levante la franela y le enseñe mis hematomas y la herida del costado. Ella volvió a bajar la cabeza.

-No quería que te hicieran daño- murmuró.

-¡Por eso me lanzaste a las manos de una criminal!- le grite con desprecio,  Juana no me miro ni dijo más nada, luego comenzó a sollozar nuevamente.

-¡Llévatela de aquí!- le dije a Lucas, él la tomó de nuevo por el brazo con brusquedad y la sacó de la habitación casi a rastras. No me importo. Era una mujer egoísta.

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