sábado, 14 de noviembre de 2015

Historia 1 -Capitulo 26-

El último domingo de las vacaciones Mariana me rogo que me quedara con ella, pues decía que una vez iniciara la universidad no me vería nunca. Con ese argumento logro convencerme, era cierto, más porque sabia que iniciaría la ultima parte de mi tercer año y luego comenzaría, en el cuarto año, a cumplir horas en el hospital y tendría aun menos tiempo libre.
Fue divertido, vimos una película que nos hizo reír mucho y cenamos una ensalada para combatir la panza que nos dejo la navidad.

Cuando nos fuimos a dormir le conté sobre todo lo nuevo que ocurría con mi carrera y lo emocionada que yo estaba, ella se alegro por mi, me dijo que estaba segura que seria una buena doctora y se sentiría feliz de verme cuando me graduara.

-¿Tu que harás? ¿Volverás a la empresa?- le pregunte.
-No lo se, tal vez tome la palabra de tu madre y la deje que me ayude a encontrar mi vocación-
-¿Cuando te dijo eso?-
-En la fiesta de fin de año, dijo que las personas necesitan que su vida tenga objetivos y metas para sentirse plenos y que si sentía que no tenia metas ella podía ayudarme con unos test a encontrar mi vocación-
-Me siento mal de que te haya dicho eso- le dije apenada.
-¿Por que? yo no, me pareció que fue amable-
-¿Entonces lo harás?-
-Si, creo que si-
-¿Encontraras tu prosecución?-
-Si eso espero, por ahora mi prosecución será esta- 

Se abalanzó sobre mi a hacerme cosquillas en mi abdomen, por lo que reímos y tumbamos todas las sabanas y almohadas de la cama antes de acostarnos en serio a dormir.

A mitad de la noche me desperté porque tenia frio, había perdido la sabana que me arropaba. Me di cuenta que Mariana no estaba a mi lado. "Nunca duerme esta chica" pensé antes de levantarme para ir al baño, luego me preocuparía por ella.

Al salir el baño baje por un poco de agua para tomar, con suerte hallaría a Mariana por el camino. Pero cuando entre a la cocina no llegue hasta la nevera, pues una conversación atrajo mi atención y me detuvo.

-...el fiscal dice que necesita las muestras para que el caso sea sólido, el juez esta de acuerdo. Una vez tengamos eso el resto será un proceso judicial directo que no nos traerá más complicaciones ¡estará resuelto todo!-

El abogado y Mariana estaban conversando junto a la piscina. Yo me escondí detrás de una planta ornamental enorme, que se encontraba luego de atravesar las puertas corredizas que conectaban la cocina con el jardín. Con suerte no me verían.

-Dijiste que cuando descubriéramos que ocultaba el socio de mi padre todo estaría resuelto- le dijo Mariana.
-Lo se, pero nunca pensé que fuera una cosa así de grave, solamente creí que quería quitarte tu patrimonio-
-No lo se Rocky, no me da confianza volver allá-
-¡Vamos!, eres la legitima dueña, los empleados lo saben, nadie te detendrá. Si mis chicos pudieran entrar y tomar esas muestras no te lo pediría, se que si vas tu será más seguro- en ese momento la tomaba por los hombros como si eso le funcionara para ser más persuasivo.
-¿Que tal si saben que fui yo quien robe los archivos?- se justifico Mariana. 
-Ya hubiese pasado algo, ¿No lo crees?-
-Tal vez no se han dado cuenta por la época de navidad, pero mañana definitivamente lo harán- le insistió Mariana. Yo estaba comenzando a sentirme molesta, ella no quería volver a esa empresa y ese estúpido hombre insistía.
-¡Te cuidare! ¡siempre te he cuidado!-
-Mejor inténtalo con lo que tenemos, pide una orden o algo así para registrar la empresa. Yo no quiero volver allí, en serio esa gente es peligrosa, yo me di cuenta cuando desapareció ese chico del laboratorio que quiso ayudarme-
-¡Mariana, es que no lo entiendes! una vez hallamos sacado a la luz la denuncia, seremos enemigos declarados de Carlos, el vendrá por nosotros, ¡tiene mucho poder! si el caso no es sólido podemos declararnos muertos-

Cuando lo escuche decir eso ya no lo pude soportar más.

-¡Cierre la boca!- le grite al salir de mi escondite.

Mariana y el abogado se sorprendieron mucho y realmente parecían asustados, pero no me importo, estaba furiosa, yo generalmente no me enojo, pero una vez que pasa, mi vista se torna borrosa, siento mi cuerpo caliente y no puedo parar.

-¡Ella no quiere hacerlo! ¡No lo entiende!- le volví a gritar al abogado, luego fui hasta donde se encontraba y lo empuje.

Mi empujón no dio resultado y muy poco se movió, mientras tanto Mariana trato de sostenerme y me dijo: -¡Ana! ¿Qué haces?-

Yo luche contra ella, respiraba entrecortadamente y el abogado le dijo a Mariana que luego hablaban y se dispuso a marcharse.

-¡Si! ¡Lárguese! ¡Y no vuelva! ¡Ella no lo hará! ¡¿Me escucho?! ¡No lo hará!-
-Oye, ¡cálmate! vas a despertar a los vecinos- me dijo Mariana antes de soltarme. Yo voltee a verla y recuerdo que estaba segura de que ella finalmente haría lo que le estaban pidiendo, especialmente por lo peligroso que era aquello. Entonces le dije:

-¡Lo harás! ¿Verdad? ¡Se que lo harás!- y comencé a empujarla a ella y pegarle en sus brazos.
-¡Cálmate! ¿estas loca?- me dijo y me tomo por las muñecas, pero no me importaba, yo seguía luchando y luchando por zafarme mientras le decía:
-¡Te encantan esas cosas!, ¡te encanta ponerte en peligro!, ¡te encanta que yo te espere!, ¡te encanta tener a Sara preocupada por ti!-
-Voy a hacer algo que no te va a gustar pero que espero logre calmarte- entonces me empujo hacia la piscina.

Perder el equilibrio siempre es una sensación horrible. Tus brazos y tus piernas buscan desesperadamente una superficie que son incapaces de alcanzar, por eso giran como locos cuando vas cayendo. Tu estomago se queda en el último lugar donde tuviste control de la posición de tu cuerpo, porque el estomago es cobarde y te abandona, para luego regresar dentro de ti de sopetón, dejándote un estremecimiento tremendo, y si no tienes cuidado puedes luego vomitar. También cabe mencionar que mi piel se puso de gallina justo antes de entrar en contacto con el agua, ella sabia lo que le esperaba. Y una vez te rodea el solvente universal, primero debes controlar tus extremidades para hacer lo segundo importante, emerger a la superficie y respirar.

Cuando me quite el cabello del rostro, Mariana seguía junto a la piscina.

-¿Ya te calmaste?- me pregunto.
-¡No! ¡Te odio! ¡Te odio! ¡Te odio! ¡Te odio!- ella sonrió ante mi respuesta y se zambullo seguidamente para ir tras de mi.

Yo nade rápidamente para alcanzar la orilla y salir de allí, pero ella me atrapo, entonces la empuje y nade rápidamente hacia otra orilla y también logro atraparme en el último momento, luego me abrazo por detrás y me dijo al oído:

-¿A dónde vas?- yo me zafé y me voltee, ella me tenia atrapada entre su cuerpo y la pared.  
-Mala, ¿Cómo pudiste hacerme esto?- le dije con voz entrecortada. Ella puso cara de que se sintió mal.
-Lo siento, es que estabas como loca, yo no quería...- en ese momento comencé a reír y ella me miro sorprendida al darse cuenta que la había engañado.
-Caíste- le dije y le saque la lengua.
-Me muestras una nueva faceta-
-Déjame ir- le dije.
-No- me respondió ella.
-Déjame ir- le dije de nuevo.

Ella estaba mirando con atención mis ojos, luego mis labios y seguidamente mi cuello y mi pecho. Yo me sentí deseada y una especie de frenesí me invadió. Entonces le coloque mis brazos alrededor de su cuello y ella se acerco a mi y me beso. Nos besamos, porque obviamente yo le correspondí.

Me sentía muy bien, sus labios eran, suaves, dulces, besaba muy bien y me hacia sentir que todo alrededor se descomponía y se volvía a entretejer de una forma más armónica y estética. Ella se detuvo de pronto y me dijo:

-Lo siento, se que no ha pasado mucho tiempo desde Is...-

Yo la calle besándola de nuevo, no quería que aquel momento terminara. Ella sonreía entre besos, pronto nos abrazamos para estar más cerca y yo le expuse mi cuello para que lo besara. Lo hizo, lo beso, lo lamio, y lo mordisqueo un poco. Sentía como si el agua de la piscina se estuviera calentando, y tuve el impulso de rodear sus caderas con mis piernas. A ella le gusto, porque en ese instante volvió a besar mis labios y lo hacia con franco deseo y pasión, además de que acariciaba mis muslos y mis caderas.

Luego se separó de mi un momento, me tomó por la cintura y cargándome con facilidad gracias al agua, me sentó en el borde de la piscina, luego subió y busco mis labios de nuevo, yo estaba completamente extasiada y la tome con fuerza por la camisa que chorreaba agua y se la quite. Nos acostamos entonces sobre la terracota junto a la piscina y ella también fue despojándome de mi ropa.

Cuando quedamos desnudas, yo acostada sobre la terracota y ella sobre mi nos seguimos besando. Ella volvió a concentrarse en mi cuello unos momentos y siguió bajando hasta besar mis pechos, el placer que ya sentía fue haciéndose más intenso. Sobre todo cuando siguió bajando y beso mi abdomen, mordió suavemente mi zona inguinal y siguió su camino hasta besar mi entrepierna. Mi cuerpo empezó a contornearse en olas por el placer que me estaba generando, y mis manos buscaban desesperadamente algo a lo que sostenerse, porque estaba experimentando una explosión de sensaciones que me hacían pensar que podría perderme para siempre. 

Mariana tomo mis manos con las suyas y me hizo sentir segura, y aferrarme a ella me permitía llevar mejor el ritmo y sentir aun más placer, el cuál fue aumentando y aumentando hasta que alcance el más grande orgasmo que había sentido en lo que llevaba de vida.

Ella recorrió el camino de regreso, de mi abdomen a mis pechos, luego paso por mi cuello y mis labios. Nos besamos un momento, pero yo quería cumplir un deseo, besar los pechos de ella y fue lo que hice posteriormente. Mariana respiraba rápidamente y fui feliz porque era indicativo de que lo disfrutando. 

Luego enlazamos nuestras piernas y comenzamos a rozarnos mientras nos seguíamos besando, pero ya saben como es eso, llega un momento en que ya no puedes más porque el placer que sientes se vuelve intenso y solo nos abrazamos fuerte y continuamos con nuestros movimiento sincronizados hasta que llego el orgasmo una vez más, primero fui yo y ella unos segundos después y seguimos así hasta que logramos relajarnos.

Los besos vinieron otra vez, besos más lentos a los que nos dimos mientras hacíamos el amor, que curiosa frase "hacer el amor" ¿Qué se hará el amor luego que termina el sexo? ¿Por eso habrá que seguir haciéndolo con regularidad? ,ella me miro sonriendo y me aparto de mi reflexión filosófica cuando me dijo:

-Te amo- yo me quede perpleja y cuando mi cerebro me indico que había escuchado correctamente le dije:    
-No lo digas si no es cierto- ella me seguía sonriendo parecía muy feliz y me respondió:
-Tu tampoco- se acerco para seguir besándome, pero yo la detuve y le dije:
-Yo también te amo-

En ese momento ambas sonreímos y nos volvimos a besar.

Continuara...
Capitulo 27

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

¡Gracias por comentar!