jueves, 19 de noviembre de 2015

Historia 1 -Capitulo 27- Final

Desperté en una habitación llena de luz, eso siempre me hacia recordar que estaba en la casa de Mariana. Al intentar moverme me di cuenta que me dolía todo el cuerpo, parecía que había hecho mucho ejercicio el día anterior. Luego fui consiente de que estaba desnuda y de que el brazo de Mariana me rodeaba la cintura. Entonces me exalte, me di vuelta y caí de la cama.

-¡Auch!- me queje. En ese momento Mariana con su caballera despeinada y sus ojos como platos se asomo por el borde de la cama. 
-¿Estas bien?- me pregunto. 
-Si, solo resbale y caí- 

Cuando recordé que estaba desnuda sentí vergüenza, por lo que hale la sabana y me tape. 

-¿Segura que estas bien?- me dijo Mariana al sentarse en la cama y estirar su mano para ayudar a levantarme. 
-¡Estas desnuda!- le dije. 
-Si, tu también- me dijo ella con naturalidad. 
-¡¿Qué hora es?!- le pregunte seguidamente al recordar que era lunes y debía volver a la universidad. 

Ella se levanto para revisar su reloj, que se encontraba sobre un gabinete frente a la cama. No pude evitar pensar "me encanta su espalda"

-Las ocho quince- 
-¡¿Que?!- le dije sorprendida. -¡La clase de clínica comenzaba a las ocho!- entonces me levante y corrí al baño a darme una ducha. 

Después de ducharme, busque la ropa que había apartado para ese día, me vestí y peine lo más rápido que pude. Cuando baje, Mariana estaba en pijama sirviendo el desayuno. 

-Justo a tiempo- me dijo cuando me vio llegar. Pero yo estaba muy estresada. 
-¿Mariana que haces? ¡Dijiste que me ibas a llevar, necesito llegar ya!- 
-Son las ocho cuarenta y cinco- me contó ella con tranquilidad. 
-¡Si exacto! es muy tarde, aunque sea en pijama ¡llévame!-
-¿Puedo hablar?- me pregunto con cautela. Yo me quede callada y le dije que si con mi cabeza. 
-Tu próxima clase debe ser ¿como a las diez de la mañana si no me equivoco?- 
-Si-
-Otros cursos, en otro horario, ¿ven la clase que perdiste?- 
-Si, en la tarde hay un curso que ve la misma clase-
-¿Puedes entrar en ese horario?
-Si- 
-¡Problema resuelto!, desayuna conmigo con tranquilidad y te llevare a tiempo para la próxima, ¿No te parece un buen plan?- 

Yo me quede en silencio, mientras Mariana me sonrió y aparto la silla de la mesa para que me sentara, deje mis cosas sobre una silla vacía y me senté donde me indico. Luego me dio un beso en la mejilla y acerco un plato con pan tostado, huevo, queso crema y luego una taza de frutas, además sirvió jugo de naranja. Realmente no tenia apetito, me sentía muy rara. 

-Siempre había querido hacer esto- me dijo cuando comenzó a comer su fruta. Yo seguía en silencio. 
-¿Por qué estas tan nerviosa?- me pregunto seguidamente. 
-No estoy nerviosa- me excuse. 
-Entonces prueba tu desayuno, he estado practicando para que tuviera buen sabor cuando pasara esto- 

Esa ultima frase llamo mi atención y voltee a verla. 

-¿A que te refieres con "cuando pasara esto"?- 
-Mira- me dijo y estiro su mano hasta tomar la mía con delicadeza -Sé que todo es muy confuso, nuevo y extraño. Pero, yo siento muchas cosas por ti, ¿te pasa lo mismo?- yo suspire. 
-Claro que si- le respondí. 
-Ahora no tenemos tiempo de hablar, pero ¿Qué te parece si en la noche paso a buscarte y salimos a cenar? entonces yo te contare todo lo que siento por ti, tu me cuentas que sientes por mi y luego nos venimos a mi casa... ja, ja, ja, no es cierto. Solo quiero que tengamos una cita- Yo me reí con su broma y le dije que si. Después de eso me sentí más relajada y con apetito. 

Pensando en que solo había tostado pan, cocinado los huevos y exprimido las naranjas para el jugo, sí había logrado su cometido, todo sabia bien. Fue lindo que no me soltara la mano en la mayor parte del desayuno y charlamos tranquilas, como siempre lo habíamos hecho.

Después de eso Mariana fue a ducharse y yo salí al jardín mientras pasaba el tiempo. Junto a la piscina estaba aun nuestra ropa y comencé a reír al recordar aquella locura. La recogí después de eso, la lleve al cuarto de lavado y la introduje en la lavadora, como la maquina tenia secadora no habría de que preocuparse. 

Luego de media hora Mariana finalmente bajo, llevaba botines, jeans, camisa holgada blanca, chaqueta de cuero negra con el cabello suelto y su característico color chocolate. Corrió por toda la casa buscando las llaves del carro y cuando me di cuenta estaban en una mesa junta a la puerta de salida, donde siempre las dejaba y siempre las olvidaba. Las tome y me dispuse a zarandearlas para hacerlas sonar, ella volteo hacia donde yo me encontrada, sonrió, se acerco hasta mí, las tomó y me dio un beso en los labios.

Mi estomago salto de inmediato, Mariana siguió hasta la puerta pero la detuve por el brazo y cuando volteo de nuevo a verme la tome de las mejillas y la bese. 

Besar a Mariana era como trasladarse a otro mundo, uno más bello, donde los arboles eran más verdes, el viento soplaba suave y sin prisa, donde los animales silvestres no estaban a punto de desaparecer, donde no había guerras y el planeta era sano y rebosaba vida. 

Pronto estábamos recostadas en el sofá y cuando le estaba besando el cuello y quitando la chaqueta me dijo: 

-Se va a hacer tarde- 
-No importa, no debería ir hoy- le dije sin parar de besarla. 
-Si no vas, luego te arrepentirás y te molestaras conmigo- continuo Mariana. 
-No, no lo hare- le dije, pero ella sostuvo mi rostro y me dijo:
-Tendremos una buena noche, lo prometo, no quiero que te enojes en serio, no quiero comenzar así- 
-¿Desde cuando te hiciste tan cuerda?- le pregunte con un poco de odiosidad por apartarme de lo que yo quería. 
-Yo no soy cuerda y solo estoy pensando en mi misma- comencé a reír por su maquiavélica sinceridad. 

Finalmente tuvimos que levantarnos y partir hacia la universidad. Antes de despedirnos nos besamos un poco más. Mariana me dio pequeños y suaves besos en mis mejillas, en mi frente, sobre mis parpados, en mi nariz y mis labios. "Te amo" me dijo después de eso. "Te amo" le dije yo también y le di un ultimo beso en sus labios. 

-Pasare a buscarte a las siete- me recordó cuando me bajaba del carro y me dedico una de sus hermosas sonrisas. 

Entre a mis clases y al medio día comí algo ligero en la cafetería para luego asistir a la clase de clínica que había perdido. El profesor se percato de mi presencia y tuve que explicarle luego de que acabara la clase, que me había quedado dormida por ser el primer día después de las vacaciones. Posteriormente me vi obligada a escuchar un sermón sobre la importancia de la puntualidad para los profesionales que salvan vidas.

Cuando caminaba por la plazoleta para salir de la facultad, estaba pensando que siempre recibía regaños a causa de las chicas, definitivamente me descontrolan y no podía seguir actuando así, actuaria como adulta de ahora en adelante, más si tendría una relación con Mariana, bien podría perder la razón por ella... 

En ese instante mis pensamientos se detuvieron porque tuve la sensación de que alguien me observaba y tenia razón, cuando escudriñe los alrededores vi que Isabel estaba sentada en uno de los bancos de la plazoleta con algunas de sus compañeras y se encontraba mirándome. Me miraba abiertamente y con descaro, cuando debería ocultarse, ¿acaso no temía que su hermano el homófobo - bioanalista - pseudo artista frustrado, la sorprendiera en eso? 

Me limite a apartar la vista y seguir mi camino, ya tenia una nueva relación, tenia a Mariana, que me dijo que me amaba y yo también la amaba a ella. Quería que la noche llegara pronto, si tuviera teléfono la llamaría y le diría que ya quería verla. Como su novia, le exigiría que adquiriera un teléfono, no podíamos estar así. 

Espere a Mariana toda la noche y nunca llegó. 

A la mañana siguiente me levante somnolienta pues no pude conciliar el sueño hasta cerca del amanecer. No estaba molesta, no estaba triste, solo tenia sueño. Estaba completamente segura que Mariana no habría aparecido por una buena razón. Asistí a mis clases con normalidad, reí con las bromas de mis compañeros y levante mi mano para responder preguntas que nadie se atrevía. 

Salí de la universidad al medio día, iría a la casa de Mariana, la abofetearía y luego la besaría para demostrarle con mano firme que si me prometía algo debía cumplirlo. No es cierto, no iba a abofetearla, yo no era violenta y ella era muy hermosa como para que alguien le hiciera eso. Le hablaría con un tono de voz severo, sí eso haría. 

-Señorita Ana- 

Estaba tan concentrada en mis pensamiento que no me percate de que pasaba cerca del hombre fornido número 1, quien estaba fuera de la universidad junto a su auto.

-¿Sí? ¿Qué tal?- le dije. 
-Tengo un mensaje para usted- entonces esculco en los bolsillos de su chaqueta y me entrego una hoja blanca doblada. 
-Gracias- 
-Puede leerlo en mi carro si quiere- 
-No, aquí estoy bien- le respondí, no confiaba mucho en él.
-Entonces estaré cerca por si necesita mi ayuda- me respondió. Me dio un poco de miedo su comentario final, entonces me dispuse a leer. 


Querida Ana, 


Lamento profundamente informarte que no podré llegar a nuestra cita, espero puedas perdonarme. Tuve que cumplir con la petición que me hizo Rocky, y yo tenia razón, todo salió mal y tuvieron que enviarme lejos para protegerme. 

¿Sabes? he reescrito esto varias veces, tratando de evitar decir algo que pueda lastimarte o hacerte enojar, pero creo que es en vano. Si te enojas te doy toda la razón. 

Quería contarte que soñaba con llevarte a un restaurante que tiene una terraza privada, incluso hay músicos de esos que tocan violines y los otros instrumentos que parecen violines pero de diferentes tamaños que tanto te gustan. Luego de cenar nos podíamos quedar viendo las estrellas, como cuando estuvimos en el techo del edificio el día antes de navidad. Esa noche fue en mi mente nuestra primera cita. No te imaginas las ganas que tenia de besarte, especialmente cuando te volviste incoherente y desordenabas las piezas del juego de damas y me decías que tú habías ganado.

Desde que apareciste en mi vida saliendo como un bólido del centro LGBT, me sentí cautivada por ti. Yo solo quería hablarte, pero hablarte me hizo tener ganas de conocerte y conocerte me hizo tener ganas de que no te fueras nunca. Por eso, en ese entonces, me inventaba escusas para verte, por eso te llevaba a tantos lugares, solo quería estar contigo. Pero aunque nadie lo crea, yo soy capaz de diferenciar entre una chica grandiosa y una simple, por eso elegí ser tu amiga, yo no me sentía como una persona que supiera amar, no me sentía que valía lo suficiente para estar contigo. De hecho nunca fui muy buena amiga, estoy consiente de todas las veces que te hice sentir mal y créeme que lo lamento mucho, aun hoy lo lamento. 

Pero la vida no espera a nadie Ana, no esperó que yo creciera para si quiera recordar como era el rostro de mi madre, no esperó que yo madurara para decidir pasar más tiempo con mi padre, ni espero que yo tuviera el valor suficiente para decirte lo que sentía por ti. Cuando me estaba armando de valor para hacerlo apareció... tu sabes, la pelirroja. Se dio el lujo de ser tu primera novia y tu primera vez en muchas cosas. Todavía no me lo perdono. Tampoco nos espero, y ahora me llevan lejos de ti. 

Lo lamento mucho Ana, no sabes cuanto lo siento. Me han prometido que no será por mucho tiempo, me ha prometido que volveré pronto. Tu puedes no esperarme si quieres, pero yo se que volveré, y cuando vuelva no parare hasta encontrarte y no me importara si estas con otra y ya me olvidaste, yo no te voy a olvidar y haré que te vuelvas a enamorar de mi. 

Te amo, 
Mariana



El hombre fornido número 1, quien llevaba por nombre Lucas (debía preguntarle su nombre, pues cuido de mi y me llevo a casa), me contó que Mariana entro en la empresa a eso de las once de la mañana y logro con sutileza, escabullirse en los depósitos restringidos. Solo se había cruzado con un hombre que limpiaba pisos, él la conocía y la quería, pues Mariana le había regalado altas cantidades de una medicina que necesitaba su madre para vivir. Al llegar al deposito, Mariana pudo apoderarse de dos cajas de muestras.

Momentos antes, el hombre que trapeaba los pisos, observó que dos escoltas del ahora presidente de la empresa, se dirigían con actitud amenazadora hasta donde ella se encontraba, esos escoltas además iban armados. El trabajador considero unos instantes sobre si involucrarse o no en el asunto, pero sintió miedo de que le hicieran algo a esa chica y finalmente decidió asomarse con cautela por las ventanillas del deposito, comprobando entonces que uno de los escoltas había tomado a Mariana por el cuello y la lanzó contra el suelo como si se tratara de un trapo. El hombre se sintió muy nervioso, solo se le ocurrió llamar a la policía y entrar luego al depósito, exigiéndole a los escoltas con falsa valentía que dejaran a la Señorita León en paz. 

Los escoltas le dispararon al hombre y afortunadamente solo le rozaron un brazo, luego lo tomaron como rehén y amenazaron a Mariana con volarle la cabeza si no firmaba unos papeles que le habían dado. Ella los firmó y en ese instante la policía apareció. 

A pesar de los testimonios y las replicas de Mariana, el trapeador de pisos fue acusado de intento de violación, los escoltas fueron liberados, quedando como versión que solo hirieron al hombre para rescatar a Mariana y además el documento que ella firmó, había desaparecido. Este le atribuía al socio del Sr. Augusto el poder de comprar las acciones de la empresa si Mariana fallecía sin haber nombrado un sucesor. 


***

A todas nos ha pasado. Un día sin planearlo, ni esperarlo, te cruzas con una chica que desde el primer momento llama tu atención. Te das cuenta que la atracción es tal que ni siquiera sientes miedo de hablarle, y una vez le hablas estas perdida. 

A medida que la vas conociendo te atrae más y más, casi se te escapa de la boca un "te quiero", "te extraño", "eres grandiosa", "eres maravillosa", "eres genial". 

Es gracioso, luego ocurre todo lo contrario, con el correr del tiempo te vas llenando de miedo. Miedo de arruinar la siguiente conversación que tengan, miedo de dar el siguiente paso, miedo de no saber más de ella. 

Te prometes entonces ser su amiga, porque las amigas son más constantes en la vida que las novias. Porque te llamará a ti cuando necesite tu apoyo y eso es lo que más deseas, cuidarla y quererla. Ella vale oro y tu sabes apreciar un tesoro cuando lo encuentras. 

¿Vale la pena vivir así? ¿Ser una cobarde-paciente-enferma de pasión? Creo que por Mariana yo haría lo mismo un millón de veces. La extraño, pero no lamento haber perdido el tiempo como lo lamenta ella. Y no lo lamento porque de lo contrario, sus besos y estar en sus brazos no me hubiese hecho sentir como sí se separaran mis átomos y luego se volvieran a unir. 

Historia 1 parte 2

17 comentarios:

  1. Por qué me dejas así?:( moria por seguir leyendo, me encantó

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    1. Me encanto. Pero me gustaría saber más que paso con las chicas ana y mariana si volvieron algún día a juntarce.

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    2. Me encanto. Pero me gustaría saber más que paso con las chicas ana y mariana si volvieron algún día a juntarce.

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  2. me encanta como escribes, espero leerte pronto. esta historia me encanto 1000puntos

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    1. Muchas gracias! me alegra que te haya gustado, si, mi plan es seguir escribiendo =)

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  3. Excelente historia... Me dio un paseo por diversos sentimientos genial... Esperó leer varias historias mas

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    1. Me alegra que te haya gustado, ya estoy publicando mi nueva historia, la puedes leer mas arriba, un abrazo!

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  4. ¡Estoy llorando!
    Excelente historia Vianka, escribes muy bien y lograste involucrarme en todo. Me enojé, reí, lloré, me enamoré (como suele suceder cuando lees) jaja
    Definitivamente me quedaré a leer tu blog. Saludos

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    1. Muchas gracias! me alegra haber transmito eso en ti y muchas gracias de nuevo por seguir leyendo las próximas historias! un abrazo.

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  5. Ame tu historia de verdad, espero que haya una continuación porque considero que esto aun no tiene final. Pero la amé que brutal fue demasiados sentimientos.

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    1. Gracias por tu comentario! me alegras el día! si la continuo te aviso, un abrazo!

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  6. Excelente muy muy buena. M gustaría seguir leyendo ya q logro desvelarme, quitarme el apetito. Fue muy muy buena espero salga una segunda parte hay mucho x imaginar o quizás x vivir... exito

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    1. Muchas gracias! ya estoy escribiendo la segunda parte, pronto la publicare =)

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