sábado, 13 de agosto de 2016

Historia 1 parte 2 -Capitulo 18-

Luego que se fue Ana revise mi teléfono para corroborar mensajes y llamadas. Efectivamente Juana me había llamado en 8 ocasiones. Regrese a mi oficina y termine de ojear las fotografías mientras llegaba la noche, luego iría hasta la casa de mi amante y administradora de bienes para disculparme por faltar a la reunión, sabia que debía estar enojada. Últimamente no habíamos conversado e intimado. 

Llegue pasada las siete de la noche. Juana vivía en un conjunto residencial pequeño que contaba con vigilancia privada. El celador me dejo pasar sin preguntar nada ya que era común que frecuentara ese lugar. El auto de Juana estaba en su estacionamiento, pare mi camioneta en el otro lugar disponible y me dirigí a la puerta. 

Toque el timbre un par de veces pero Juana no me abrió, en verdad estaba enojada. 

-No me dejes aquí afuera- le dije en voz baja junto a la puerta cuando percibí que ella estaba del otro lado espiandome. 

-Traje maní japonés- agregue, Juana tenía cierta predilección por aquel tentempié. 

En ese momento abrió la puerta. Vestía bata de seda, me dirigió una mirada fulminante y arranco la bolsa de maní de mi mano, luego volvió a cerrar. Yo sonreí un poco ante la escena y como me percate que había quitado el pasador, gire la manija y pude entrar. 

-Lamento que te enojaras porque falte a la reunión- 

Juana se dirigió a la sala de su casa dándome la espalda mientras le hablaba. El sobretodo que llevaba sobre su bata ondeo por la fuerza de su movimiento y a la par sus rizos saltaron con cada zancada. Yo la seguí y halle sentada en uno de sus sofá. 

-¿Quien era ella?- me pregunto de tajo dejandome perpleja ante su pregunta. 

-¿Quien era quien?- le respondí confundida. 

-La que te entretuvo toda la tarde, te fui a buscar y te ví en la galeria del Centro de Arte con ella- 

-Ahh, hablas de ella- dije sin saber que responder -Una amiga- se me ocurrió. 

-Una nueva amante querrás decir- me causo gracia el comentario y reí un poco recibiendo a cambio una lluvia de maní japones. 

-¡No te rías descarada!- dijo colérica. 

-¡Cálmate! Es una mujer casada- le explique. 

-¡Como si eso fuera capaz de detenerte!- y nuevamente me lanzó maní japones. 

-No estaba engañándote, te lo aseguro y no sabia que eramos exclusivas. Durante mi vida he sido promiscua pero infiel jamás- comente. 

Juana bajo la guardia y silencio unos minutos. Yo me senté junto a ella y coloque mi brazo sobre sus hombros logrando que se acurrucara en mi, entonces le di un beso en la mejilla y ella me ofreció maní de la bolsita que le había obsequiado. 

Mas tarde hablamos sobre el enojo que sufrieron los socios cuando no llegue a la reunión. 

El mismo grupo de hombres seguían insistiendo en reabrir el laboratorio de agroquímicos, Juana había preparado un grupo de científicos que propondrían producir venenos mas amigables con el ambiente, su plan era que ambas partes conociéramos la propuesta y tomáramos una decisión final, plan que fue frustrado por mi ausencia. Me sentí un poco mal por plantarla cuando se había esforzado tanto, indudablemente era una trabajadora ejemplar. Todos los problemas a mi alrededor los solucionaba. 

Cuando pasamos a su habitación y comencé a besarla me dijo que quería que le cumpliera su última fantasía. 

-¿Cuál es?- pregunte. 

-Hagamoslo como si me amaras- me dijo. 

Al escucharla sentí que se estremecieron mis órganos, también me sentí asustada, lo que se veía venir no era bueno. Lo sabia, tenia amplio conocimiento en ello. Igualmente la complací, era lo menos que merecía. 

Creo que fue la experiencia que más disfruto conmigo. La sentía vibrar, gemir como nunca, y al terminar lloró un poco. Yo la entendía, para mi las mejores relaciones sexuales de mi vida las había tenido con Ana. El sexo con una persona que amas es inigualable. La complicidad, el entendimiento, el disfrute siempre es mayor. Pero, como se sentía cuando solo una de las personas amaba lo desconocía, siempre estuve del otro lado. 

Espere hasta que creí que se había dormido, sin embargo en cuanto me moví para levantarme me dijo: 

-¿Recuerdas que me pediste que te avisara cuando estuviese pasando?- 

-Si- le dije. 

-Esta pasando- 

-Lo se- me levante y comence a vestir. 

Antes de irme me pregunto: 

-¿Volverás mañana?- "que pésimo momento" pensé. Entonces me plante de frente y le dije: 

-Cuando te propuse las condiciones hablaba muy en serio, no quiero lastimarte, créeme que es mejor así- 

Juana se sentó en la cama y me miro con ojos de cachorro mientras cubría su hermoso cuerpo con la sabana, me sentía súper mal, ¿Por qué no pensaba en estos momentos antes de dejarme llevar por la calentura?. 

Me acerque a ella y le di un último beso en los labios y le dije: 

-Te quiero, pero te aseguro que jamás te podre corresponder, ni lograr que seas feliz- 

La sentí tragar grueso, me di cuenta que tenia un nudo en la garganta y antes de que todo se pusiera más dramático me largue de allí. 

A veces pienso en todo el dolor que somos capaces de producir en las demás personas. En ocasiones inconscientemente. ¿Somos malvados de raíz? ¿Egoístas? ó ¿Juzgados duramente? ¿Los demás deberían entender cuando no queremos complacer sus deseos y compartir sus sueños? Existen miles de opiniones al respecto, pero sea como sea, el tiempo nos hace superarlo. 

Continuará...

Capitulo 19

5 comentarios:

  1. Es buenisima esta historia me encanta...
    Pero siempre quedo con ganas de seguir leyendo

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  2. Es buenisima esta historia me encanta...
    Pero siempre quedo con ganas de seguir leyendo

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  3. Muy interesante..
    Esperando con ansias los siguientes capítulos

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